Un cuerpo sin costillas
Sacar el agua de debajo de la tierra sin control alguno es como quitarle las costillas a un cuerpo: se quedar¨ªa sin soporte, se le abrir¨ªan grietas y finalmente se vendr¨ªa abajo
Eso que vemos no es una zanja, es una llaga de varios kil¨®metros surgida en la superficie terrestre de una localidad de Pakist¨¢n. Imag¨ªnese que a usted se le abriera de s¨²bito una ¨²lcera de semejantes caracter¨ªsticas en el muslo, en medio de la espalda o atraves¨¢ndole el pecho de arriba abajo. Acudir¨ªa al m¨¦dico enseguida, quiz¨¢ llamar¨ªa a urgencias. Los m¨¦dicos ya han estudiado esta clase de heridas, que se dan en muchas partes del mundo, no solo en Pakist¨¢n, y han concluido que se debe a la sobrexplotaci¨®n de las aguas que corren bajo la tierra y que representan un porcentaje interesante sobre el total de la riqueza h¨ªdrica del planeta. Cuando estas aguas desaparecen, el suelo se hunde porque los acu¨ªferos, pese a su liquidez, le sirven de esqueleto o de m¨²sculo, no s¨¦, el caso es que forman una especie de malla que contribuye al sostenimiento de la epidermis terr¨¢quea.
De hecho, y seg¨²n la informaci¨®n que acompa?aba en el peri¨®dico a esta imagen, en Lorca (Murcia) el suelo se ha hundido cinco metros desde hace 50 a?os. Imag¨ªnese un hundimiento de cinco metros en el suelo de la cocina de su casa: estar¨ªa usted ya dos pisos m¨¢s abajo para disgusto de quienes vivieran all¨ª. Quiere decirse que no es ninguna broma. Sacar el agua de debajo de la tierra sin control alguno es como quitarle las costillas a un cuerpo: se quedar¨ªa sin soporte, se le abrir¨ªan grietas y finalmente se vendr¨ªa abajo. Tal es lo que le ocurre al 10% de la superficie de la Tierra: que se hunde f¨ªsicamente sobre s¨ª misma y deprime de paso al que la contempla, pues todos vivimos de ella.
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