C¨®mo cerrar (bien) una etapa vital
Cuatro claves para poder terminar una relaci¨®n sentimental o un acuerdo laboral y seguir adelante sin mochilas emocionales.
El estrepitoso relevo en la presidencia de Estados Unidos ha sido un ejemplo de c¨®mo no terminar una etapa. La historia pol¨ªtica norteamericana, por suerte, cuenta con cr¨®nicas de traspaso de poder mucho m¨¢s constructivas. Richard Nixon, al perder en 1960 las elecciones contra J. F. Kennedy, dijo: ¡°Una de las caracter¨ªsticas singulares de Estados Unidos es que tenemos contiendas pol¨ªticas, que son muy disputadas (...), pero una vez se toma la decisi¨®n, nos unimos detr¨¢s del hombre que fue elegido¡±. Una lecci¨®n de elegancia y dignidad a la hora de dar un paso al lado. Otros perdedores han optado por el humor para quitar hierro al asunto. Ese fue el caso del republicano Bob Dole, que al ser desbancado por Bill Clinton asegur¨®: ¡°Dorm¨ª como un beb¨¦; me despertaba llorando cada dos horas¡±. Dos buenas maneras de aceptar el cambio cuando las cosas no han salido como se esperaba, algo extensible a nuestra vida cotidiana, en la que muchas veces nos vemos obligados a pasar p¨¢gina.
Eso implica despedirse de personas y situaciones que han formado parte de nuestro d¨ªa a d¨ªa, lo cual no siempre es f¨¢cil. Los libros para emprendedores ense?an a ser proactivos, a tomar la iniciativa y arrancar proyectos. Sin embargo, nadie nos prepara para cerrar etapas de nuestra vida. Si sabemos terminar una relaci¨®n sentimental o un acuerdo laboral de manera madura, con la comunicaci¨®n adecuada, podremos seguir ligeros de equipaje.
Veamos cuatro claves para cerrar bien cualquier v¨ªncu?lo, responsabilidad o situaci¨®n y seguir adelante con la conciencia tranquila.
1. Tomar el tiempo necesario para despedirnos. La precipitaci¨®n no ayuda a hacer un buen tr¨¢nsito hacia una nueva etapa. Luis Bassat, referente de la publicidad en Espa?a, opina que el mismo tiempo que se ha invertido en contratar a una persona hay que dedic¨¢rselo para explicarle por qu¨¦ es mejor que no siga en el cargo. Si las entrevistas de trabajo sumaron un par de horas, hay que reservar ese tiempo para un final lo m¨¢s amistoso posible. Esto es aplicable a todo ¡°divorcio¡± para que sea lo menos traum¨¢tico posible. Necesitamos ese tiempo para explicarnos, escuchar, comprender y desear lo mejor a quien en adelante recorrer¨¢ un camino distinto.
2. Trabajar el ¡°para qu¨¦¡±. Aunque al ser humano le gusta encontrar una raz¨®n para todo, en los cambios repentinos no siempre hay un porqu¨¦. A veces nos vemos obligados a despedir una etapa debido a un problema de salud, a un rev¨¦s econ¨®mico o a cualquier otro agente externo. No podemos atribuirlo todo al destino, ya que en la vida hay accidentes y golpes que son obra del azar. Sin embargo, s¨ª podemos decidir para qu¨¦ nos sirve la nueva situaci¨®n. Los primeros meses de la pandemia sirvieron a muchas personas para iniciar proyectos que de otra manera no habr¨ªan hecho. Aunque el cambio se haya producido contra nuestra voluntad, siempre podemos encontrar una utilidad a lo que est¨¢ sucediendo.
3. Desapegarnos del pasado. Cuando se cierra una puerta, cualesquiera que sean las causas, la ¨²nica actitud positiva es mirar hacia delante. Si alimentamos la frustraci¨®n y el resentimiento o revisamos constantemente lo que ocurri¨®, en un vano intento de editar nuestra historia, seguiremos atados al pasado por un ancla de dolor. Tras asumir los hechos, la mejor terapia es empezar a sembrar nuevos proyectos e ilusiones. Las energ¨ªas que utilizar¨ªamos en lamentarnos por lo que sali¨® mal pueden usarse para construir una nueva vida.
4. Completar la traves¨ªa del desierto. Al finalizar una ¨¦poca importante de nuestra vida es necesario tomarnos un tiempo de reflexi¨®n. Esto es sobre todo relevante tras una ruptura amorosa. Saltar de una relaci¨®n a la siguiente ¡ªlo que popularmente se denomina ¡°el s¨ªndrome de Tarz¨¢n¡±¡ª para ahorrarnos el duelo solo servir¨¢ para reproducir las mismas equivocaciones. Se requiere una traves¨ªa del desierto, que es mucho m¨¢s f¨¦rtil de lo que parece a simple vista, ya que en ese impasse podemos aclarar nuestras ideas, comprender nuestros errores y preparar el futuro.
Saber cerrar una etapa, en resumidas cuentas, nos permitir¨¢ abrir un nuevo inicio libre de mochilas emocionales.
Francesc Miralles es escritor y periodista experto en psicolog¨ªa.
Sin abrazo ni despedida
La psic¨®loga Cristina Llagostera, especialista en cuidados paliativos y duelo, se?ala la dificultad de integrar una p¨¦rdida cuando ya no tenemos relaci¨®n con un familiar o las circunstancias impiden el adi¨®s, como ha sucedido bajo la pandemia. La imposibilidad de acompa?ar, de despedirnos, es muy dolorosa y puede dejar heridas emocionales. En sus palabras, ¡°la persona no est¨¢, pero la relaci¨®n pervive. Se puede despedirse internamente expresando lo que nos hubiera gustado poner en palabras. Es posible integrar el legado que ha dejado en nosotros¡±. Llagostera propone abrazarse a uno mismo o juntar las manos para enviar ese contacto afectuoso, as¨ª como celebrar una ceremonia o ritual a distancia para honrar a quien se ha ido. Conectarnos a allegados de quien despedimos es otra forma de acoger las emociones que surgir¨¢n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.