?tica en las aulas: el debate
La nueva ley educativa, la Lomloe, contempla la asignatura de Valores C¨ªvicos y ?ticos en detrimento de ?tica, de corte puramente filos¨®fico. Pensadores, profesores, alumnos y la ministra de Educaci¨®n debaten sobre la controversia.
Entre las sucesivas acepciones de la palabra ¨¦tica que ofrece la RAE ¡ª¡±recto, conforme a la moral¡±, ¡°conjunto de normas morales que rigen la conducta de la persona¡±, ¡°persona que estudia o ense?a la moral¡±, ¡°parte de la filosof¨ªa que trata del bien¡±, etc¨¦tera¡ª no figura la de ¡°motor de controversias¡±¡, aunque debiera. Quiz¨¢ por eso, en el denominado ¡®Aviso antipedag¨®gico¡¯ de su libro ?tica para Amador (de cuya primera edici¨®n se cumplen estos d¨ªas 30 a?os), Fernando Savater ofreci¨® en 1991 su acepci¨®n personal: ¡°No creo que la ¨¦tica sirva para zanjar ning¨²n debate, aunque su oficio sea colaborar a iniciarlos todos¡±. Y el tiempo le da otra vez la raz¨®n al viejo profesor de Zorroaga: un debate ¨¢spero aunque a buen seguro constructivo de cara al futuro ha sido el generado por la nueva ley educativa aprobada en diciembre por el Parlamento, la Lomloe (Ley Org¨¢nica de Modificaci¨®n de la LOE, esto es, de la Ley Org¨¢nica de Educaci¨®n de 2006), popularmente conocida como ley Cela¨¢ por el nombre de su impulsora y defensora, la ministra de Educaci¨®n y Formaci¨®n Profesional, Isabel Cela¨¢. La controversia se centra en la no inclusi¨®n de la asignatura de ?tica en 4? de la ESO, a la que el Gobierno ha preferido otra, Educaci¨®n en Valores C¨ªvicos y ?ticos, que englobar¨¢ materias como el valor social de los impuestos, los valores constitucionales, la igualdad de g¨¦nero, los derechos de los animales o c¨®mo comportarse en las redes sociales.
?Un mundo sin ?tica para los adolescentes espa?oles en tiempos en los que una pandemia ha mandado a la lona los principios morales de tanto dirigente pol¨ªtico? ?En tiempos de transfuguismo y abandono de cargos institucionales a cambio de unas monedas en forma de listas electorales? ?Una escuela sin la deseable ¡°eticidad¡± de la que nos habl¨® Hegel? ?Sin la moral como el reino de libertad de la que nos habl¨® Kant? ?Sin la corriente integradora de filosof¨ªa pol¨ªtica y debate ideol¨®gico que defiende Habermas como vectores de los valores democr¨¢ticos en las sociedades de hoy? ?Sin meter el bistur¨ª educativo en el perenne dilema aristot¨¦lico consistente en que sabemos que queremos ser felices, pero no sabemos qu¨¦ es la felicidad? ?Adolescentes hipertecnificados, hipertecnologizados, hiperpreparados para el mundo interconectado¡, pero hu¨¦rfanos de conocimientos y de valores morales? Tampoco nos pongamos tremendistas. Vayamos por partes.
Los cr¨ªticos con el tratamiento otorgado a la ense?anza de ?tica en la Lomloe, especialmente agrupados en torno a la Red Espa?ola de Filosof¨ªa, denuncian la decisi¨®n de mezclar en una misma materia los valores ¨¦ticos con los valores c¨ªvicos en vez de primar la dimensi¨®n puramente filos¨®fica de la asignatura. Seg¨²n esas cr¨ªticas, la ley Cela¨¢ ignora el consenso parlamentario alcanzado en 2018. En aquella ocasi¨®n, en efecto, todas las fuerzas pol¨ªticas del Parlamento alcanzaron una ins¨®lita unanimidad en la necesidad de la asignatura de ?tica obligatoria en 4? de la ESO. El objetivo era completar un ciclo educativo de ense?anzas filos¨®ficas: ?tica en 4? de la ESO, Filosof¨ªa en 1? de bachillerato e Historia de la Filosof¨ªa en 2? de bachillerato. Hasta el Partido Popular, a quien el resto de fuerzas hab¨ªa criticado con dureza en el pasado con motivo de la ley educativa promulgada por el ministro de Educaci¨®n Jos¨¦ Ignacio Wert (la Lomce, donde Valores ?ticos era una simple optativa a la asignatura de Religi¨®n), recul¨® y apoy¨® en 2018 la inclusi¨®n de la materia de ?tica en la ense?anza secundaria.
¡°No incluir ?tica en 4? de la ESO es negar a los j¨®venes el derecho a recibir una formaci¨®n b¨¢sica y rigurosa en filosof¨ªa moral impartida por profesorado especializado y en l¨ªnea con lo que la sociedad demanda: un comportamiento ¨¦tico responsable, tanto en la ciudadan¨ªa como en sus dirigentes¡±, denuncia la Red Espa?ola de Filosof¨ªa, formada por la Conferencia Espa?ola de Decanatos de Filosof¨ªa, el Instituto de Filosof¨ªa del CSIC y m¨¢s de 50 asociaciones filos¨®ficas de diferentes campos tem¨¢ticos, niveles educativos y comunidades aut¨®nomas. Tambi¨¦n la plataforma Estudiantado en Defensa de la ?tica, nacida en las redes sociales, critica duramente la ley.
¡°No tenemos nada en contra de algo como Valores C¨ªvicos; al contrario, est¨¢ muy bien que los chicos sepan lo que son los derechos, la Constituci¨®n, la igualdad, etc¨¦tera, pero lo que decimos es que eso, formulado as¨ª, no basta¡±, explica Esperanza Rodr¨ªguez, presidenta de la Comisi¨®n de Educaci¨®n dentro de la Red Espa?ola de Filosof¨ªa y profesora de Filosof¨ªa en el Instituto Margarita Salas de Majadahonda (Madrid) durante m¨¢s de 20 a?os: ¡°No sirve de nada aprender de memoria los derechos humanos o los porcentajes de desigualdad que existen, lo importante es que el alumno piense si ser¨ªan posibles otras cosas y por qu¨¦, y que resuelvan dilemas morales y sean capaces de decidir qu¨¦ derechos est¨¢n por encima de otros: eso es lo que hace la ?tica¡±.
Especificidad o transversalidad: el trasfondo del debate
El trasfondo del debate atiende, entre otras cosas, a la disyuntiva entre especificidad y transversalidad. Unos creen que la ?tica tiene que ser eso y solo eso, y en ese sentido estamos hablando de una asignatura de Filosof¨ªa. Otros piensan que puede ser ense?ada asoci¨¢ndola a los problemas concretos de la vida de cada d¨ªa, y ah¨ª ya nos acercamos al concepto de una educaci¨®n para la ciudadan¨ªa. Isabel Cela¨¢ est¨¢ convencida de que ambas cosas pueden unirse en una misma asignatura: ¡°La Lomloe hace una apuesta por la ?tica, que bajo nuestro punto de vista supera con mucho una ordenaci¨®n de materias¡±, comenta la ministra en el sal¨®n Goya de la sede del Ministerio de Educaci¨®n. En un tono en¨¦rgico que no esconde cierto enfado con algunas de las cr¨ªticas recibidas, Cela¨¢ defiende as¨ª la nueva ley: ¡°La Lomloe restituye no solo la Filosof¨ªa y la Historia de la Filosof¨ªa en 2? de Bachillerato convirti¨¦ndola de nuevo en obligatoria en el curr¨ªculo, sino que adem¨¢s incorpora la ?tica con valor propio, no como alternativa a la Religi¨®n y solo para la mitad de los estudiantes, sino para todos. As¨ª que, lejos de retirar la ?tica de la ense?anza, lo que hacemos es afirmarla¡±.
?Y qu¨¦ contenidos concretos tendr¨¢ la asignatura de la pol¨¦mica? La ministra detalla pormenorizadamente el ¨ªndice de materias que a priori se encontrar¨¢n en adelante los adolescentes espa?oles: ¡°Pues ni m¨¢s ni menos que el conocimiento de los valores constitucionales, el respeto de los derechos humanos, el de los animales, el de la infancia, y la cultura de la paz y la no violencia, el valor social de los impuestos, el sentido que la religi¨®n puede tener en nuestras vidas, el respeto al inter¨¦s superior del menor, la igualdad entre ni?os y ni?as, la educaci¨®n para el desarrollo sostenible, el reparto equitativo de vacunas contra la pandemia entre pa¨ªses ricos y pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, la digitalizaci¨®n con conocimientos cr¨ªticos, y que el alumno sea capaz de discernir de d¨®nde sale la informaci¨®n y de distinguir entre informaci¨®n y opini¨®n¡±. Cela¨¢ asegura que esos valores c¨ªvicos y ¨¦ticos que se dar¨¢n en la ense?anza secundaria ser¨¢n impartidos por fil¨®sofos, ¡°y esto es muy importante¡±, y que en ense?anza primaria habr¨¢ ¡°una formaci¨®n muy espec¨ªfica de algunos profesores para impartir la materia¡±.
No hay que descartar que, en el fondo y como tantas otras veces, esta pol¨¦mica haya nacido de una cuesti¨®n de palabras, de lenguaje. En cualquier caso, la responsable de la Red Espa?ola de Filosof¨ªa recurre a los cl¨¢sicos para aludir a esa vocaci¨®n de ense?anzas pr¨¢cticas y ciudadanas que la propia Lomloe reivindica: ¡°Si lo que han pretendido en la ley es ense?ar cosas pr¨¢cticas, yo les digo que pocas cosas tan pr¨¢cticas como la ?tica se ense?an hoy en un instituto, ya habl¨® Arist¨®teles de ella como de una ciencia sobre todo pr¨¢ctica. Pongamos un ejemplo, el dilema moral de las vacunas. Al alumno habr¨ªa que decirle: ¡®Esto es lo que ha pasado, ?por qu¨¦?, ?qu¨¦ crees que ser¨ªa lo mejor y qu¨¦ cabr¨ªa hacer desde el punto de vista de la ¨¦tica de Kant, de Arist¨®teles, de los utilitaristas?¡±.
Desde su casa de San Sebasti¨¢n, Fernando Savater quiere dejar claro de entrada que ¡°¨¦tica¡± y ¡°ciudadan¨ªa¡± no son la misma cosa: ¡°A lo mejor es ¨²til para los chicos saber para qu¨¦ sirve la Constituci¨®n, y c¨®mo funciona un Parlamento, y qu¨¦ es un juez y qu¨¦ es un impuesto, porque es cierto que cada d¨ªa estamos comprobando que la gente no sabe nada de eso, pero desde luego es algo muy distinto a la ¨¦tica. La ¨¦tica digamos que es previa a los valores c¨ªvicos. La filosof¨ªa es una reflexi¨®n sobre las preguntas humanas, a qu¨¦ apuntan esas preguntas que no se refieren a lo que vamos a hacer sino a lo que somos. En ning¨²n caso debe ser un recetario sobre cosas diversas. Una cosa son las cuestiones pr¨¢cticas, lo que hay que hacer y lo que no, y otra distinta las preguntas sobre por qu¨¦ hay que hacerlas o por qu¨¦ no. Pero como la Filosof¨ªa no est¨¢ precisamente de moda y va m¨¢s o menos diluy¨¦ndose en otras materias para no tener que afrontarla directamente, pues no me extra?a que hayan descartado la ?tica como asignatura¡±.
Savater public¨® ?tica para Amador (Ariel) en 1991 precisamente para centrar la asignatura de ?tica, ante las peticiones de numerosos profesores de Filosof¨ªa de la ¨¦poca que no ten¨ªan clara la materia que ten¨ªan que impartir, y para dejar clara su postura esencial: que no fuera una asignatura optativa frente a la de Religi¨®n. Hoy sigue pensando que es clave separar lo que hay que hacer del por qu¨¦ hay que hacerlo. Y que cuanto antes se les ense?e eso a los alumnos, mejor: ¡°Es ese momento de la ¨²ltima infancia y de la primera adolescencia el ideal para responderles con planteamientos filos¨®ficos. Las mentes juveniles se encuentran en una especial disposici¨®n a lo esencial, a lo amplio, a lo profundo, a la es?peculaci¨®n y a comerse el coco, y no necesariamente con aspectos pr¨¢cticos e inmediatos. Es quiz¨¢ el ¨²nico momento de la vida en el que la persona necesita de verdad hacerse las preguntas esenciales, porque luego ya empieza a preguntarse sobre cosas como la rentabilidad o sobre c¨®mo ganarse el jornal. A casi todos los ni?os y adolescentes les interesa la filosof¨ªa, que no sirve para salir de dudas, sino para entrar en dudas. Se hacen preguntas de ni?o, y son valiosas. De hecho, a S¨®crates, los sofistas le acusaban de eso, de hacerse preguntas de ni?o. Y Plat¨®n dec¨ªa que filosofar es jugar en serio: eso es la filosof¨ªa¡±.
Una ¨¦tica c¨ªvica de m¨ªnimos
Pero volvamos a la cuesti¨®n de lo espec¨ªfico y lo transversal, y de las posibilidades de que estos conceptos incluso puedan viajar juntos. Y hag¨¢moslo por boca de Adela Cortina, catedr¨¢tica de ?tica y Filosof¨ªa Pol¨ªtica en la Universidad de Valencia y autora de ?tica m¨ªnima (Tecnos, 1986), uno de los grandes tratados sobre filosof¨ªa moral publicados en espa?ol. En el pr¨®logo a la 18? edici¨®n, publicada en 2020, escribe la autora: ¡°Potenciar una ¨¦tica c¨ªvica de m¨ªnimos en la pr¨¢ctica cotidiana desde una s¨®lida fundamentaci¨®n filos¨®fica es una obligaci¨®n irrenunciable para la filosof¨ªa¡±. Sin embargo, la profesora, pensadora y escritora quiere dejar clara su preferencia: le habr¨ªa gustado que la ley educativa hubiera optado por la asignatura llamada ?tica a secas, sin a?adidos ¡°c¨ªvicos¡± o ¡°ciudadanos¡±: ¡°Transversalizar una materia es, sencillamente, suprimirla. Transmitir las propuestas ¨¦ticas carece de sentido si la transmisi¨®n no va acompa?ada del di¨¢logo en que se intercambian argumentos y experiencias, la reflexi¨®n compartida y la fundamentaci¨®n de las opciones. Todo eso requiere una materia monogr¨¢fica. A nadie se le ocurre transversalizar la F¨ªsica o las Matem¨¢ticas, ni tampoco la Historia y la Literatura. No hay oposiciones a materias transversales¡±.
Cortina, que acaba de publicar un nuevo libro, ?tica cosmopolita: una apuesta por la cordura en tiempos de pandemia (Paid¨®s), insiste: ¡°Una asignatura de ?tica es necesaria en la ley de educaci¨®n de una sociedad democr¨¢tica. Como bien dec¨ªa Arist¨®teles, lo importante no es solo el ¡®qu¨¦¡¯, sino sobre todo el ¡®por qu¨¦¡¯, y ofrecer esa fundamentaci¨®n ha sido y es tarea de la filosof¨ªa moral, que no es una moral de la vida cotidiana¡±. Y otra distinci¨®n que esta autora considera indispensable: la que delimita educaci¨®n moral y formaci¨®n en ¨¦tica: ¡°La educaci¨®n moral se recibe por ¨®smosis en la familia, en el grupo de edad, en el entorno social, a trav¨¦s de los medios y de forma abrumadora en las redes sociales. Toda la sociedad educa moralmente, lo queramos o no. Pero en esa educaci¨®n hay de todo, como en botica. Se ense?a la mentira, el desprecio a los peor situados, la obediencia ciega para obtener ventajas, el conformismo, la insolidaridad, entrar en el juego de los bulos y la posverdad, exacerbar los conflictos¡, pero tambi¨¦n el respeto a la dignidad de cada persona, el cuidado de la naturaleza, la compasi¨®n por los vulnerables, la grandeza de la justicia y la solidaridad. Por eso es necesaria en la educaci¨®n una asignatura, un espacio para reflexionar sobre los comportamientos que se aprenden en la calle y para elegir con argumentos los que realmente valen la pena¡±.
No opina exactamente igual el ensayista italiano Nuccio Ordine, autor de uno de los m¨¢s sonoros aldabonazos en forma de libro contra la progresiva desaparici¨®n de las humanidades en el orden de prioridades de los sistemas educativos a nivel global: La utilidad de lo in¨²til (Acantilado). El profesor de la Universidad de Calabria no es partidario de asignaturas espec¨ªficas, sino m¨¢s bien de un espectro transversal que acierte a cubrir toda la Educaci¨®n C¨ªvica (que es, de hecho, la materia que se estudia en Italia, aunque de forma residual, frente al caso franc¨¦s, donde se imparte Educaci¨®n Moral y C¨ªvica como una de las materias preferentes). ¡°Creo que se comete un error de fondo: no existe una disciplina ¨²nica que pueda educar para la ciudadan¨ªa. Todas las disciplinas, de forma transversal, deben contribuir al objetivo principal de la educaci¨®n: formar ciudadanos cultos capaces de abrazar los grandes valores que nos hacen m¨¢s humanos: democracia, justicia, libertad, amor al bien com¨²n, solidaridad, pluralismo, protecci¨®n del medio ambiente, lucha contra las desigualdades¡¡±. Y destaca la importancia no solo de las aptitudes, sino tambi¨¦n de las actitudes, de cada maestro: ¡°Un buen profesor de Literatura o de Filosof¨ªa que lea a S¨¦neca en clase podr¨¢ hacer comprender a sus alumnos que solo quien vive para los dem¨¢s puede vivir para s¨ª mismo: esa simple p¨¢gina servir¨¢ para cuestionar los lugares comunes contra el extranjero o el diferente que hoy alimentan el odio y el racismo. Del mismo modo, los profesores de Biolog¨ªa o de F¨ªsica pueden mostrar hasta qu¨¦ punto son peligrosos quienes, despreciando la ciencia, afirman que la Tierra es plana o que las vacunas son una grave amenaza¡±.
Uno de los asuntos que m¨¢s ampollas han levantado entre quienes como Nuccio Ordine creen que las humanidades est¨¢n condenadas a una muerte lenta en la escuela es el de la supuesta profesionalizaci¨®n del alumno. Dicho en otras palabras: lo importante es que te preparen en las habilidades t¨¦cnicas y tecnol¨®gicas necesarias para tener m¨¢s posibilidades de obtener un puesto de trabajo, y lo dem¨¢s son elucubraciones baratas de intelectuales. El exponente m¨¢s extremo y reciente de esta escuela es el profesor de la Universidad George Mason de Virginia (EE UU) Bryan Caplan, autor de The Case Against Education. En su libro llega a escribir cosas como: ¡°Si de verdad quieres aprender, es mejor comprarte libros de referencia o ver buenos tutoriales en YouTube que ir a la escuela o a la universidad¡±. Caplan, un economista libertario a quien tampoco hay que prestar m¨¢s atenci¨®n de la justa, considera que la educaci¨®n escolar est¨¢ ¡°ampliamente sobreestimada¡± y que ¡°los gobiernos deber¨ªan dejar de apoyarla tanto y de financiarla tanto¡±.
Desde luego, seguramente mejor escuchar a Nuccio Ordine, que tiene su propia y argumentada posici¨®n sobre la cuesti¨®n: ¡°?No es una forma de lavarse la conciencia instituir la hora de los valores c¨ªvicos y ¨¦ticos en una escuela que hace creer a los alumnos que el estudio debe responder a las exigencias del mercado? Hemos olvidado que hay que estudiar sobre todo para aprender a vivir y para esforzarse en ser mejor¡±. Coincide con ¨¦l en lo esencial Luc¨ªa Bodas, doctora en Filosof¨ªa y profesora de Filosof¨ªa en bachillerato y de Teor¨ªa del Conocimiento en bachillerato internacional en el colegio privado Brains School Mar¨ªa Lombillo de Madrid. ¡°?Ja, ja, ja, s¨ª, yo he hablado con alumnos que me han dicho que no han cogido Filosof¨ªa porque no da dinero! ?A lo mejor no saben todav¨ªa que hay por ah¨ª fil¨®sofos con mucho dinero!¡±, bromea. Ya m¨¢s en serio, sentada en el vest¨ªbulo, explica: ¡°Es que la educaci¨®n no consiste solo en que consigas un trabajo, consiste en que te formes como persona, y no te formas si no sabes pensar cr¨ªticamente¡±.
Indagaci¨®n, inteligencia emocional, convivencia...
Entre los proyectos educativos de colegios p¨²blicos y privados para formar en ¨¦tica, el de este centro es un modelo de ense?anzas filos¨®ficas impartidas desde la primera edad hasta el final del ciclo de bachillerato. Proyectos como Filosof¨ªa para Ni?os, Escuela de Indagaci¨®n, Programa de Inteligencia Emocional, Plan de Convivencia o el Club del Debate vertebran la educaci¨®n en valores del colegio, impartida tanto en ingl¨¦s como en espa?ol. Respecto al debate en torno a la especificidad o transversalidad de la materia de ?tica, su directora, Cristina Miralles, explica: ¡°Es clave contemplar al alumno tanto desde una faceta humana como ciudadana. Los valores de libertad, de respeto, de convivencia y de honestidad no se tienen porque nazcas con ellos, se tienen que aprender¡±. Miralles opta por una vocaci¨®n transversal de la ense?anza en ¨¦tica, y porque vaya unida a la de los valores c¨ªvicos y ciudadanos: ¡°Los valores de ciudadan¨ªa hay que mantenerlos. La ¨¦tica no se trabaja para uno mismo, sino con el fin de estar en sociedad¡±, reflexiona con el bullicio infantil de la hora de patio como banda sonora de fondo. Uno de los profesores del centro, Sergio D¨ªez, que imparte Filosof¨ªa y Valores ?ticos en primaria, explica c¨®mo es esa especie de escudo autoprotector que este centro utiliza frente a eventuales vaivenes en las leyes educativas: ¡°Nuestro sistema pedag¨®gico nos permite que siempre est¨¦ presente en nuestras clases la disposici¨®n al pensamiento filos¨®fico, y eso haya o no haya una ley que nos respalde¡±. ?Y c¨®mo? ¡°Procurando en los cr¨ªos el asombro, la duda met¨®dica y la audacia de construir un pensamiento propio; nuestro m¨¦todo es la pregunta motivadora, que procura mirar un poco m¨¢s all¨¢ de lo protocolario y de lo pol¨ªticamente correcto para generar en los ni?os una sensaci¨®n como m¨ªnimo de extra?eza, sac¨¢ndolos, como suele decirse ahora, de su zona de confort¡±. Un colegio, podr¨ªa decirse, con sus propias leyes respecto a la educaci¨®n de las materias filos¨®ficas¡
Su colega la profesora Luc¨ªa Bodas se muestra abiertamente contrariada ante los planes del ministerio. Ella opta por la especificidad: ¡°La exclusi¨®n de ?tica como materia aut¨®noma me parece un error grav¨ªsimo. Aunque planteemos todas las asignaturas desde una perspectiva cr¨ªtica, es necesaria una asignatura espec¨ªfica que ense?e a pensar cr¨ªticamente y a entender por qu¨¦ unos puntos de vista son mejores que otros¡±. Para ella, llueve sobre mojado en cuanto al trato recibido por las ense?anzas filos¨®ficas: ¡°La actitud de los gobiernos, sean del color que sean, ha sido muy negativa con la Filosof¨ªa, y probablemente es porque la Filosof¨ªa es inc¨®moda, tiene ese punto de peligrosa porque no da las cosas por sentadas; y en este momento en el que estamos viviendo cosas como la posverdad y los hechos alternativos, dejar a los ni?os sin una herramienta como la ?tica a m¨ª me parece una barbaridad¡±. Apoya con decisi¨®n sus tesis una de sus alumnas, Claudia Moreno, de 16 a?os, que cursa 1? de bachillerato internacional: ¡°Algunos creen que la ¨¦tica es algo innato en el ser humano, pero no es as¨ª: la ¨¦tica se aprende, es algo que necesita reflexi¨®n y aprendizaje. Nos pueden ense?ar reglas, pero yo necesito saber la raz¨®n de esas reglas. Y la ¨¦tica es eso: fortalece la reflexi¨®n y el pensamiento cr¨ªtico¡±.
Ya fuera como asignatura espec¨ªfica o ya sea como lo ha decidido la Lomloe, unida a Valores C¨ªvicos y Ciudadanos, lo cierto es que muchas de las voces consultadas para este reportaje coinciden en que la ense?anza de ?tica deber¨ªa servir para curar una de las grandes enfermedades sociales actuales: la profunda y creciente desafecci¨®n de la ciudadan¨ªa ¡ªy especialmente de los m¨¢s j¨®venes¡ª por los asuntos pol¨ªticos. As¨ª que ci¨¦rrese el debate con la voz de Claudia Moreno, una alumna nada m¨¢s¡ y nada menos: ¡°Somos, por naturaleza, bastante vagos a la hora de pensar y de cuestionarnos las cosas, pero es un ejercicio que voluntariamente tenemos que hacer. Podemos optar por no votar, por no interesarnos por la vida pol¨ªtica de nuestro pa¨ªs, pero desde la perspectiva de una persona joven es imprescindible que nos involucremos en ello, porque nosotros vamos a ser el futuro y, si nosotros no lo hacemos, ?qui¨¦n lo va a hacer?¡±. ?Eh, qui¨¦n lo va a hacer? Ni Arist¨®teles ni su idiotes lo habr¨ªan expresado mejor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.