Mujeres artistas: ignoradas por los museos, celebradas en las redes
Impulsado por historiadoras, comisarias y creadoras, un movimiento defiende el ¨¢mbito digital como la nueva sala de exposiciones que a veces niegan museos, galer¨ªas y escuelas a las mujeres.
Como los p¨®steres que colgaron en 1968 las Guerrilla Girls denunciando la escasa representaci¨®n femenina en los museos neoyorquinos, los posts que muestran las obras de Plautilla Nelli, Paula Moder?sohn-Becker o Marianne von Werefkin son dardos contra el canon hegem¨®nico. Las mujeres han encontrado en las redes sociales la sala de exposiciones que a menudo les ha sido negada en museos, galer¨ªas y escuelas.
Eso, en lo que al panorama del arte actual se refiere, donde la escasa presencia femenina es una evidencia. Salvando las distancias, tambi¨¦n en el contexto de la perspectiva hist¨®rica, las instituciones apenas han empezado a andar el camino. La National Gallery de Londres expuso por primera vez en 2020 a una artista del Barroco, Artemisia Gentileschi. Y desde que tuvo lugar en 2016 la primera exposici¨®n temporal dedicada a una pintora (la flamenca Clara Peeters, de principios del XVII), el Prado ha acogido solo a tres m¨¢s. El porcentaje de presencia femenina en la pinacoteca es del 0,8%. Mientras, gente como Concha Mayordomo y Mai Der o colectivos como MAV y Visionary Women llevan a?os divulgando la obra y vida de las artistas que quedaron en la penumbra.
La historiadora brit¨¢nica Katy Hessel dice que abri¨® el perfil de Instagram The Great Women Artists ¡°por pura necesidad¡±, cuando, siendo una estudiante de Bellas Artes, se percat¨® de que no era capaz de nombrar a m¨¢s de cinco creadoras. Ocho a?os despu¨¦s, con m¨¢s de 230.000 seguidores, ha sido nombrada por Forbes una de las personas m¨¢s influyentes de la cultura en Europa. ¡°Mi objetivo es llegar a las masas. Los museos progresan, pero a¨²n queda mucho camino por recorrer, sobre todo en el trabajo de mujeres anteriores a 1950¡å, explica por tel¨¦fono. La proliferaci¨®n de estas iniciativas en redes se debe a su f¨¢cil acceso e inmediatez, su car¨¢cter visual y el renovado inter¨¦s por el feminismo en internet. La soci¨®loga Amparo Luengo resume: ¡°Las redes favorecen a las personas que no encuentran espacio en otros lugares¡±. Para la historiadora especializada en g¨¦nero Eugenia Tenenbaum, ¡°Instagram es la democratizaci¨®n de los saberes y del poder que no ocurre dentro de las instituciones¡±.
Seg¨²n el ¨²ltimo Informe sobre la aplicaci¨®n de la Ley de Igualdad, solo el 26% de las piezas que se expusieron en 2019 en Arco eran de autor¨ªa femenina, de ellas un 6% de artistas espa?olas. En contraste, en 2018 las mujeres registraron m¨ªnimamente m¨¢s obras art¨ªsticas en el Registro de la Propiedad que los hombres (50,1%). Hoy representan solo el 21% en el Guggenheim y el 14% en el Reina Sof¨ªa, seg¨²n datos de los museos. Para la subdirectora del Centro Dos de Mayo, Tania Pardo, a¨²n existe ¡°esa concepci¨®n del genio encerrado en el taller, en la que parece que no tenemos cabida. Pero la mujer ha estado siempre¡±.
Las redes no se erigen ¨²nicamente como mundo paralelo. Tambi¨¦n despiertan un inter¨¦s en los espacios convencionales. Pardo se?ala que las redes son para los programadores de centros ¡°una ventana para descubrir nuevos artistas¡±. CA2M acaba de adquirir la investigaci¨®n de Diana Larrea, quien public¨®, durante dos a?os, a una artista al d¨ªa en su perfil de Facebook. Convertida ahora en obra de arte, Tal d¨ªa como hoy re¨²ne el trabajo de 625 mujeres.
Historiadoras, comisarias y creadoras trabajan desde los m¨¢rgenes para empujar el cambio en la narrativa de los museos y en el curr¨ªculo de las universidades. Tenenbaum, que acude a las redes porque sostiene que dentro de las instituciones los discursos a los que se adscribe ¡°no son bienvenidos¡±, lo tiene claro: ¡°Si no vais a hablar de esto, pues tendr¨¦ que hacerlo yo¡±.
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