¡®Apps¡¯ contra la violencia machista: ni problema ni soluci¨®n
La tecnolog¨ªa se ofrece para prevenir el acoso y las agresiones a las mujeres en el Reino Unido.
Rutas libres de criminales, botones de emergencia, alertas a contactos en caso de ataque y grabaciones para tener pruebas. En el Reino Unido, donde los asesinatos de Sara Everard (33 a?os) y Sabina Nessa (28) han vuelto a poner la violencia machista en el centro del debate p¨²blico, triunfa toda una artiller¨ªa de aplicaciones para llegar sana y salva a casa. La tecnolog¨ªa se ofrece como salvavidas y muchas mujeres se sienten, m¨®vil en mano, algo m¨¢s protegidas. Pero quiz¨¢s esto no sea m¨¢s que una tirita, una nueva forma revestida con la p¨¢tina de la innovaci¨®n, de llevar las llaves entre los dedos. En el Reino Unido, el 90% de las mujeres han sufrido acoso sexual en p¨²blico, seg¨²n una encuesta de 2021 de YouGov ONU Mujeres.
La app Hollie Guard comparte tu ubicaci¨®n y grabaciones de v¨ªdeo y audio con tus contactos preseleccionados. Con Where You At, tus amigos ver¨¢n tu ubicaci¨®n exacta dentro del local nocturno incluso cuando no haya se?al. Los navegadores WalkSafe y Safe and the City utilizan los datos de la polic¨ªa para evitar que camines por callejones oscuros. El reloj Epowar, un proyecto de la Universidad de Bath, mide el movimiento corporal para detectar si el usuario est¨¢ en peligro. BSafe, SafeUP¡, la lista es larga.
Tras el asesinato de Everard, WalkSafe tuvo m¨¢s de medio mill¨®n de descargas y en los ¨²ltimos seis meses su bot¨®n de emergencia ha sido pulsado m¨¢s de 20.000 veces. La creadora de la aplicaci¨®n, Emma Kay, reconoce que esta no es la soluci¨®n definitiva a la violencia, pero enfatiza: ¡°Hasta que estos problemas sociales cambien desde el punto de vista de la legislaci¨®n o la educaci¨®n, a muchas personas les reconforta saber que hay una herramienta que les ayuda a estar m¨¢s seguras¡±.
Entre los cr¨ªticos de estas aplicaciones preocupa el uso final de los datos y el sesgo racista que pueden tener la polic¨ªa y los ciudadanos a la hora de marcar ciertas zonas como peligrosas. Varias organizaciones feministas reprueban que estos m¨¦todos parezcan centrar la responsabilidad de la violencia machista en la mujer. En octubre, en respuesta al respaldo del Gobierno a una aplicaci¨®n que consiste en enviar un mensaje con la hora estimada de viaje para comprobar despu¨¦s si el usuario ha llegado a casa y, en caso contrario, alertar a la polic¨ªa, la vicepresidenta del Partido Laborista, Angela Rayner, sentenci¨®: ¡°En lugar de seguir los movimientos de las mujeres mientras hacemos nuestras vidas, ?qu¨¦ tal si el Gobierno aborda la violencia masculina?¡±.
Para Maya Tutton, cofundadora de Our Streets Now, una plataforma para la criminalizaci¨®n del abuso sexual en la calle, el problema de estas aplicaciones es que no son preventivas: ¡°Tenemos que dejar de ser reactivos y cortoplacistas para abordar realmente la ra¨ªz del problema, empezando por la educaci¨®n y las leyes¡±. El verdugo sigue siendo la violencia masculina. Mientras, estos parches tecnol¨®gicos ¡°est¨¢n ah¨ª para quien lo necesite¡±, sugiere Kay.
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