Tenemos que hablar de la alopecia (Jada Pinkett estar¨ªa de acuerdo)
La enfermedad que sufre la actriz es una dolencia que puede acabar con la autoestima. Es un claro ejemplo de c¨®mo los imperativos de la belleza nos afectan psicol¨®gicamente
La controversia de la ceremonia de los Oscar ha visibilizado la lucha de muchas mujeres a la hora de convivir con la alopecia areata, la que sufre Jada Pinkett. M¨¢s all¨¢ de la pol¨¦mica generada por el bofet¨®n de su marido, Will Smith, a Chris Rock, el presentador de la gala que se burl¨® de la dolencia de Pinkett, el episodio ha destapado una realidad desconocida para gran parte de la sociedad. En las consultas hospitalarias de psicolog¨ªa no es infrecuente escuchar testimonios de mujeres asustadas y preocupadas por la ca¨ªda del pelo. Esta realidad se ha incrementado durante la pandemia. El estr¨¦s mantenido en el tiempo puede producir una intensa p¨¦rdida de cabello llamada efluvio tel¨®geno. Aunque es llamativa, esta ca¨ªda es recuperable. En el caso de la alopecia areata, la p¨¦rdida se hace m¨¢s duradera. En los tratamientos para recuperar y mantener el pelo trabajan los dermat¨®logos m¨¢s prestigiosos de este pa¨ªs, como el equipo de dermatolog¨ªa del Hospital Ram¨®n y Cajal con profesionales como Sergio Va?¨® y David Saceda.
Este tipo de alopecia causa un gran impacto emocional y una alteraci¨®n en la calidad de vida de muchas mujeres. En cambio, apenas se reciben consultas procedentes de hombres, ya que estos se adaptan mejor a sus consecuencias porque los imperativos sociales sobre la belleza y los c¨¢nones vigentes les perjudican menos. Algunas mujeres refieren, ante este tipo de dolencias, sentimientos de impotencia porque se sienten menos femeninas. El papel que desempe?a el cabello en la identidad y la autoimagen y la p¨¦rdida del mismo deterioran la autoestima.
Enfrentarse a un duelo. Algunas mujeres entran en un bucle de pensamientos negativos y en ocasiones desarrollan ideas o comportamientos obsesivos, y miran compulsivamente si se les ha ca¨ªdo el pelo por la noche contando cada cabello de la almohada. Si les vuelve a crecer el pelo, se ponen nerviosas cada vez que se duchan. Que se caiga de nuevo las rompe por dentro.
Aquellas que tienen un diagn¨®stico reciente suelen estar asustadas y cansadas tras un recorrido por muchos especialistas. Se sienten incapaces de tomar algunas decisiones, les cuesta explicar la enfermedad a su entorno y se sienten culpables por si el diagn¨®stico tiene que ver con un mal manejo del estr¨¦s a nivel personal. Llevan tiempo disimulando la ca¨ªda con peinados, pelucas, pa?uelos¡ Les genera inquietud si les va a condicionar su relaci¨®n de pareja o a nivel sexual. En su entorno laboral, sienten verg¨¹enza y miedo a ser juzgadas, y en ocasiones se plantean dejar su trabajo. El diagn¨®stico puede alterar sus rutinas y hacer que se abandonen actividades como ir a la piscina o disfrutar tranquilamente de la playa en verano. Estar dispuesta a soportar miradas compasivas a la vez que morbosas se hace insoportable. Tambi¨¦n es habitual que se vean obligadas a resolver malentendidos, como cuando alguien piensa que deben padecer un c¨¢ncer (huelga decir que las mujeres cuya ca¨ªda del cabello es resultado de un tratamiento de quimioterapia tambi¨¦n sufren la p¨¦rdida de pelo, un problema a?adido y normalmente temporal que, en su caso, se suma a la enfermedad en s¨ª).
Sabemos que el curso de cualquier enfermedad de la piel se ve afectado por el estado psicol¨®gico del paciente. En algunos casos puede aparecer sintomatolog¨ªa de depresi¨®n, estr¨¦s y ansiedad. Aunque un porcentaje de los pacientes que sufren alopecia o cualquier trastorno de la piel pueden ser atendidos por parte del dermat¨®logo sin ser precisa una derivaci¨®n a psiquiatr¨ªa o psicolog¨ªa, en muchos casos se requiere de una colaboraci¨®n conjunta.
Modificar los comportamientos. Las intervenciones psicol¨®gicas, por lo general, se dirigen a modificar los comportamientos, los pensamientos y las emociones que ?influyen en la aceptaci¨®n de la enfermedad y de la imagen corporal. La mayor¨ªa de las t¨¦cnicas eficaces en psicolog¨ªa derivan de la terapia cognitivo-conductual, como la exposici¨®n progresiva que est¨¢ orientada a reducir conductas repetitivas da?inas y a eliminar los comportamientos de evitaci¨®n. El formato grupal es una estrategia eficiente por el efecto espejo que ayuda a compartir sentimientos sin sentir verg¨¹enza. El abordaje psicol¨®gico ayuda a quitarse la culpa de sentirse responsables del origen de su enfermedad a trav¨¦s de la psicoeducaci¨®n, potencia las habilidades de afrontamiento e identifica mejor aquellos factores que permitan una mejor adaptaci¨®n a la enfermedad. En definitiva, se trata de aumentar la resiliencia de los pacientes ante los retos que la enfermedad les exige. Tambi¨¦n existen personas a las que les sirve volcar sus miedos a trav¨¦s de actividades art¨ªsticas. Ya lo hizo Sergio del Molino en su libro La piel, en el que analiza la vida de diversos personajes conocidos que han sufrido las consecuencias de la psoriasis.
No se puede subestimar el impacto psicol¨®gico y social de las enfermedades dermatol¨®gicas. Por tanto, se hace necesario invertir e incrementar el apoyo en la salud mental p¨²blica para las personas con enfermedades de la piel. Adem¨¢s, la sociedad debe mirar a las personas que sufren este tipo de trastornos, como las que padecen alopecia areata, con naturalidad y evitando los chistes f¨¢ciles.
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