David Byrne tambi¨¦n crey¨® que de esta pandemia saldr¨ªamos mejores
Un libro re¨²ne un centenar de dibujos que hizo el que fuera l¨ªder de Talking Heads durante el confinamiento. Los realiz¨® imbuido por la esperanza de que fuera posible un mundo mejor
¡°Puedes preguntarte: ?c¨®mo he llegado hasta aqu¨ª?¡±. La cuesti¨®n capital que Talking Heads lanzaban en Once in a Lifetime ya tiene respuesta. La contesta el mismo tipo que la plante¨® hace cuatro d¨¦cadas, el que fuera l¨ªder de la m¨¢s intelectual de las bandas de la nueva ola neoyorquina, un escoc¨¦s de cabeza privilegiada. ¡°Resulta que nada era inevitable¡±, revela al fin David Byrne. Al m¨²sico, pero tambi¨¦n cineasta, fot¨®grafo y escritor, le lleg¨® la epifan¨ªa viendo la vida pasar aislado de todo contacto en los d¨ªas del confinamiento. Observando su cuerpo. Reconsiderando sus prioridades y valores. Cuestionando su rutina diaria. Como todos. ¡°La historia no es lo que ha pasado, sino aquello que acordamos que ha pasado seg¨²n nuestros intereses sesgados¡±, sentencia. Esta es su versi¨®n (gr¨¢fica) de los hechos.
Se titula A History of the World (in Dingbats) y se lee como el relato de una experiencia compartida. Un ¡°?rase otra vez¡±, del modelo at¨®mico de Dem¨®crito a la sociedad nasal de la PCR, narrado en un centenar largo de ilustraciones, testimonios emocionales de un pensador en cuarentena. Byrne (Dumbarton, 1952; naturalizado estadounidense a los ocho a?os) canaliz¨® sus miedos, inquietudes y anhelos a trav¨¦s del dibujo ¡ªuna pasi¨®n/talento m¨¢s¡ª con la esperanza de concluir aquello de que, en efecto, otro mundo es posible. O que es posible imaginarlo, al menos. Que el recurso utilizado para ello sea el del dingbat, la floritura, el monigote ornamental que ayuda a separar bloques de texto m¨¢s o menos intimidantes y esponjar espacios de lectura, dice mucho de las intenciones del autor. Curioso: dingbats tambi¨¦n es como se le dice en ingl¨¦s a quienes tienen pocas luces. Iron¨ªa de la buena, marca de la casa.
Con dise?o exquisito y edici¨®n impecable de su amigo el periodista, artista y comisario Alex Kalam (director del Mmuseumm, el museo neoyorquino de la condici¨®n humana), el volumen incluye adem¨¢s los pensamientos de Byrne a prop¨®sito de lo que fue y lo que podr¨ªa ser, si es que hemos aprendido algo de estos a?os pand¨¦micos.
Son aforismos, epigramas, versos que, como la l¨ªrica de los dibujos, se identifican de inmediato con el flujo de conciencia del autor de Psycho Killer, Born under Punches, Road to Nowhere, Lazy o Here. ¡°Mi esperanza es que otros se reconozcan en algunas de estas im¨¢genes¡±, dice. ¡°Supongo que, como las canciones, no se tratan solo de m¨ª¡±.
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