El regreso de Ann Demeulemeester, dise?adora de los legendarios Seis de Amberes
Apeada de la moda desde hace casi una d¨¦cada, la belga a¨²n tiene mucho que aportar a la que fuera su casa, ahora propiedad del nuevo h¨¦roe del lujo italiano Claudio Antonioli. Y no, no se trata de ropa.
En noviembre del pr¨®ximo a?o, har¨¢ 10 que Ann Demeulemeester dej¨® la moda. Una decisi¨®n irrevocable. La comunic¨® en una carta, manuscrita para sorpresa de nadie. ¡°Queridos amigos¡±, encabezaba de su elegante pu?o y letra. Y explicaba: ¡°Ha llegado un tiempo nuevo, tanto para mi vida personal como para la marca Ann Demeulemeester. Entiendo que es hora de emprender caminos separados¡±. Como la banda de rock que acusa el cansancio y se distancia de mutuo acuerdo. Como la pareja que rompe, pero mantiene la amistad. Algo parecido. ¡°Fue un paso consciente, muy meditado¡±, dice la dise?adora belga (Cortrique, 1959). ¡°Empec¨¦ a considerarlo cuando cumpl¨ª los 50 y me di cuenta de que estaba, m¨¢s o menos, a la mitad de mi vida. Entonces me dije: ¡®?Hay algo m¨¢s que desees hacer? Porque este ser¨ªa el momento de pensarlo: qu¨¦ quieres y c¨®mo quieres hacerlo¡¯. Me sent¨ªa atrapada en el tren bala de la moda, aunque tampoco pod¨ªa tirarme de ¨¦l en marcha. Ten¨ªa una responsabilidad enorme, con la empresa, con el equipo, trabajadores que pod¨ªan perder sus empleos por mi marcha, cosa que no iba a permitir. Pero, escudri?ando mi coraz¨®n, era lo que ten¨ªa que pasar. Adoro crear, pero quer¨ªa elegir otras v¨ªas, ser libre para intentar algo distinto. Y ten¨ªa que cont¨¢rselo al mundo de forma clara y honesta. No pod¨ªa mentir, respeto demasiado a quienes llevan mi ropa, a la gente que me apoya y a los amigos que he hecho durante todos estos a?os¡±.
La creadora, integrante de los legendarios Seis de Amberes, el contingente de estudiantes de la Real Academia de Bellas Artes de la localidad flamenca, promoci¨®n de 1986, que revolucion¨® la manera de pensar, hacer y entender la moda a partir de la d¨¦cada de los noventa, impone tanta serenidad como chilla la chinoiserie del rinc¨®n del hotel de Florencia donde despacha con el periodista. Est¨¢ en la ciudad para avalar con su presencia la retrospectiva en la monumental Stazione Leopolda con la que el sal¨®n Pitti Immagine Uomo celebra su influyente legado, de aquella primera colecci¨®n oficial (primavera/verano 1992) a la de su adi¨®s (oto?o/invierno 2013-2014). Un proyecto especialmente mimado por la feria de pr¨ºt-¨¤-porter florentina, la mayor y m¨¢s importante del sector, llevado por fin a buen puerto el pasado junio y que ha generado oleadas de expectaci¨®n desde su anuncio a finales de 2021. ?Es que vuelve Ann Demeulemeester? ¡°No, no he vuelto¡±, r¨ªe. ¡°Pitti me hab¨ªa invitado multitud de veces, pero siempre declinaba porque no ten¨ªa tiempo. Ahora que lo tengo, ?por qu¨¦ no? Me parece genial mostrar tantos a?os de trabajo, sobre todo si eso sirve para inspirar a las nuevas generaciones¡±, explica la interesada, que ha ejercido de comisaria de la muestra. ¡°Aunque si acept¨¦ fue porque me lo pidi¨® el se?or Antonioli. Sent¨ªa la obligaci¨®n de ayudarlo, aparte de que tambi¨¦n soy responsable. Al fin y al cabo, se trata de mi archivo¡±.
El se?or Antonioli es Claudio Antonioli, art¨ªfice de una de las multimarca con mayor predicamento de Italia y cofundador del New Guards Group, el entramado de lujo que respald¨® la visi¨®n urbana de Virgil Abloh en Off-White, participado desde 2019 por el gigante de la venta online Farfetch y propietario, adem¨¢s, de Palm Angels, Heron Preston, Alanui y, en efecto, Ann Demeulemeester. El empresario adquiri¨® la firma en 2020 por una cantidad no revelada, en un acuerdo de compra que inclu¨ªa la sede, la tienda insignia de Amberes, el showroom de Par¨ªs y los archivos al completo. Una misi¨®n de rescate, se?ala la dise?adora: ¡°Al cabo de siete u ocho a?os de mi despedida, las cosas no iban demasiado bien. Por eso no puedo estar m¨¢s feliz de que acudiera en su ayuda. Antonioli es amigo desde hace muchos a?os, uno de mis primeros clientes, y conoce la marca al detalle, su ADN, su alma. Es un tipo honesto al que deseo apoyar. Le dej¨¦ claro que no pensaba volver a dise?ar, pero que contaba con mi respaldo y agradecimiento, porque hablamos del trabajo de mi vida, y si alguien me dice que quiere invertir en su futuro, significa que no ha sido en balde¡±.
Sin director o directora creativos de relumbr¨®n, solo la fuerza de un equipo bien engrasado, la marca Ann Demeulemeester ha presentado desde entonces tres colecciones (entre el oto?o/invierno 2021-2022 y la pr¨®xima temporada 2022-2023) con las que ha recuperado la po¨¦tica punk que la convirti¨® en una de las etiquetas m¨¢s emocionantes de las que haya habido noticia. Una esencia perdida durante el tiempo que tuvo al frente a S¨¦bastien Meunier, franc¨¦s y alumno del reverenciado belga Martin Margiela, al que la firma lo fio todo tras la marcha de su fundadora. La claridad de los grandes ojos azules de la dise?adora se torna vidriosa al mencion¨¢rselo: ¡°Es un tema delicado. A¨²n me siento fr¨¢gil al respecto, prefiero no hacer comentarios¡±. Mejor volver al presente, a Antonioli. ¡°Dejar tu firma en manos de alguien que respeta su alma siempre es una buena idea. Por eso digo que esta no es una soluci¨®n de negocio, sino un proyecto emprendido desde el coraz¨®n. Dicho lo cual, es como mi hijo: se ha hecho adulto y tengo que dejarlo ir. Y eso tambi¨¦n es interesante, ver qu¨¦ ocurre ahora que tiene una nueva vida¡±, zanja.
La pregunta del mill¨®n, claro, es cu¨¢l es entonces la posici¨®n actual de la propia Demeulemeester en la que una vez fue su casa. ¡°Enriquecerla en diferentes ¨¢mbitos¡±, responde, recuperando la sonrisa. ¡°Si Claudio nos pide que nos involucremos en alg¨²n proyecto, tenemos libertad para decir s¨ª o no, sin presiones. Ahora me acaba de decir que si hacemos un perfume. Me siento muy respetada, y eso es estupendo¡±. El plural que incorpora de repente a la conversaci¨®n refiere a su marido, el fot¨®grafo Patrick Robyn, y a su hijo, Victor Robyn, aquel chiquillo de melena rubia que cerr¨® el desfile de la primavera/verano 1998, Corps Humain, de la mano de la modelo Kirsten Owen, hoy dise?ador gr¨¢fico. ¡°Tiene 33 a?os. No hay brecha generacional, le encanta trabajar con nosotros de vez en cuando¡±, concede su madre. Su marido se emplea igualmente en tareas de interiorismo. El nuevo dise?o de la emblem¨¢tica tienda de la marca en Amberes, reinaugurada a finales del a?o pasado, es suyo. All¨ª se exhiben, por cierto, los prototipos de la l¨ªnea de mobiliario ¡ªmesas, sillas, sof¨¢s¡ª que han creado juntos y que ya es posible comprar. Tambi¨¦n las piezas de cer¨¢mica y porcelana que ocupan la creatividad de la dise?adora. ¡°Pas¨¦ tres a?os aprendiendo, en Gran Breta?a, Francia y Alemania. Ha sido como volver a la escuela, empezando de cero. Deseaba aprender, hacer algo por m¨ª misma otra vez, y ahora es mi nueva carrera. He evolucionado personalmente y este es el resultado¡±, dice entusiasmada, antes de rematar con sorna: ¡°Soy una dise?adora belga, pero, adem¨¢s de pensar, tambi¨¦n me gusta hacer¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.