La lucha contra el cambio clim¨¢tico tambi¨¦n se libra en las cocinas
Nuestra alimentaci¨®n tiene un impacto sobre el medio ambiente. Evitar los ultraprocesados y los envoltorios de pl¨¢stico es solo el comienzo.
Robert D. Kaplan asegura en su libro La venganza de la geograf¨ªa que ¡°lo ¨²nico perdurable es la ubicaci¨®n de los pueblos en el mapa¡±. Tal afirmaci¨®n ser¨ªa suficiente si no fuese por los m¨¢s de 20 millones de personas que, seg¨²n ACNUR, deben abandonar su hogar y trasladarse a otros puntos de su pa¨ªs debido a la creciente intensidad y frecuencia de eventos clim¨¢ticos extremos. Los informativos nos recuerdan regularmente que una variaci¨®n en el clima logra desatar una cadena de acontecimientos de consecuencias devastadoras, a pesar de contar con antecedentes y evidencias lo bastante ilustrativas en la historia.
Los restos arqueol¨®gicos relatan a los profesionales que tras el colapso y desaparici¨®n del imperio jemer, tras el abandono de la gran ciudad de Angkor o tras una de las causas del declive del Imperio Romano existen cambios dr¨¢sticos en la climatolog¨ªa. An¨¢lisis en cuevas, el estudio de las inscripciones del calendario de piedra y dataciones de radiocarbono revelan que despu¨¦s de la prospera ¨¦poca cl¨¢sica de buenas cosechas, la civilizaci¨®n maya sufri¨® un periodo de altas precipitaciones seguido de otro de largas sequ¨ªas que se prolongaron durante casi un siglo. Tras levantar miles de ciudades y ejercer su poder sobre millones de personas, esta potencia colaps¨®. No fue suficiente su conocimiento de las matem¨¢ticas y la astronom¨ªa, su calendario solar y capacidad de predecir eclipses.
Cientos de a?os despu¨¦s, contamos con modelos que simulan con precisi¨®n climas pasados y facilitan la comprensi¨®n de la manera en que los elementos clave del sistema clim¨¢tico se ven afectados por el aumento de los gases de efecto invernadero. Los expertos que integran el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Clim¨¢tico de Naciones Unidas lo han dejado claro: la acci¨®n del ser humano est¨¢ directamente relacionada con la emergencia clim¨¢tica que vive el planeta. Las emisiones de gases de efecto invernadero son las causantes de una realidad que est¨¢ produciendo cambios r¨¢pidos y generalizados en la atm¨®sfera y los oc¨¦anos: inundaciones, sequ¨ªas, ciclones y olas de calor. Si bien impulsar iniciativas a gran escala con el fin de atender esta emergencia es tarea de los gobiernos, las peque?as acciones cotidianas pueden contribuir a contener esta amenaza. Parece acreditado que duplicando el consumo de frutas y verduras y reduciendo el empleo de carnes rojas o procesadas se podr¨ªan reducir significativamente tanto las emisiones de CO2 como el consumo de agua. La FAO apunta que la agricultura y la ganader¨ªa generan el 20% de las emisiones de tipo invernadero. La transformaci¨®n de esos sectores podr¨ªa tener un enorme impacto.
Por otro lado, una dieta m¨¢s sana reducir¨ªa los costes sanitarios y la reducci¨®n de gases contaminantes. Optar por productos de temporada que se produzcan cerca de nuestra casa supone un importante ahorro en recursos, al no tener estos que recorrer distancias irracionales para acabar en la estanter¨ªa del supermercado. Que se comercialice perejil producido en Marruecos, siendo una planta que crece en un tiesto, dice mucho de un modelo de consumo que sostiene una huella ecol¨®gica incoherente con la situaci¨®n actual. Hay que interiorizar que el impacto de nuestros h¨¢bitos alimentarios sobre el medio ambiente se puede reducir modificando patrones de compra. Evitar los alimentos ultraprocesados, los envoltorios de pl¨¢stico y el desperdicio alimentario tambi¨¦n ayudar¨ªa.
Los habitantes de los pa¨ªses desarrollados estamos viviendo por encima de las posibilidades de regeneraci¨®n ecol¨®gica del planeta. El terreno biol¨®gicamente productivo que se requiere para generar los recursos necesarios para mantener nuestro estilo de vida se estima en Espa?a en 3,7 hect¨¢reas por persona, mientras que lo que el planeta puede sostener se sit¨²a en torno a las dos hect¨¢reas per capita. Como apunt¨® un investigador: nuestras irracionalidades son tan reiteradas y generalizadas que es posible descubrirlas e incluso pronosticarlas antes de que se produzcan. ?Hag¨¢moslo!
Estofado de semillas de ¡®pemento¡¯ de Herb¨®n
Los que normalmente conocemos como pimientos de Padr¨®n no tienen por qu¨¦ ser de esa localidad, sino que pueden estar cultivados en otras latitudes. Los aut¨¦nticos est¨¢n amparados bajo la denominaci¨®n Pemento de Herb¨®n.
Ingredientes
Para 4 personas
- 800 gramos de pementos de Herb¨®n
- Aceite de girasol
- Caldo de ave
- 100 gramos de cebolla
- 150 gramos de quinoa
- Sal
Instrucciones
Calentar el aceite de oliva a 160 oC y freír los pimientos. Sacar los pimientos del aceite y extenderlos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Con la ayuda de unas tijeras, cortar la base del tallo de los pimientos de manera que queden las semillas interiores al descubierto. Sacar el grupo de semillas y guardar la carne de pimiento para el siguiente paso. Con ayuda de agua y dentro de ella, ir desgranando los grupos de semillas de manera que queden sueltas y sin trozos de carne.
Una vez las semillas desgranadas, pasar por un colador fino para conseguir las semillas de pimiento. Reservar. Limpiar y picar la cebolla de manera muy fina y sofreír con un poco del aceite de los pimientos. Añadir las semillas y remojar con un poco de caldo de ave hasta obtener la textura de un arroz.
Poner a punto de sal. Por otra parte, lavar la quinoa en agua y cocer en 300 mililitros de agua hirviendo con sal con la olla tapada durante 15 minutos. Cortar la cocción con agua fría, reposar y mezclar con la elaboración anterior.
5. Acabado y presentaci¨®n
Calentar el estofado de semillas e incorporar los trozos de carne de pimiento en el último momento con cuidado de no romperlos.
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