Dinosaurios, ese oscuro objeto de deseo por el que los coleccionistas pagan millones
El mercado de f¨®siles de estas especies mueve cifras millonarias, mientras los paleont¨®logos critican que las casas de subasta y los coleccionistas privados se han convertido en ¡°ladrones de tiempo¡± por sustraer animales a la ciencia
De las tierras bald¨ªas de Wyoming, Montana, Dakota o Wisconsin, en Estados Unidos, surgen fantasmas del pasado que acaban en casas de subasta, donde se venden por millones de euros. Quiz¨¢ cuando alguien lo tiene todo solo queda regresar a la infancia. En ese ba¨²l secreto que es la memoria, viven los dinosaurios. Coleccionistas, instituciones e incluso actores de Hollywood pagan fortunas por sus esqueletos. Siempre hubo comercio. Pero se abri¨® una brecha cuando en 1997 la casa de pujas Sotheby¡¯s vendi¨® un Tyrannosaurus rex apodado Sue por 8,4 millones de d¨®lares (similar cifra en euros actuales). Nueve pujadores compitieron por el animal encontrado en Dakota del Sur. Gan¨® el Museo de Historia Natural Field de Chicago. All¨ª, Sue termin¨® con sus huesos.
Sin embargo, a trav¨¦s de la grieta se filtr¨® la luz, y empresas dedicadas a la b¨²squeda de estos animales y firmas de subasta vieron reflejarse un nuevo negocio. Durante noviembre de 2020, en Christie¡¯s Nueva York, se vendi¨® otro T. rex, Stan, por 31,8 millones de d¨®lares. Jam¨¢s un dinosaurio hab¨ªa costado tanto. Descubierto, tambi¨¦n, en Dakota en 1987, su esqueleto incluye 188 huesos. El 70% del total. Y su cr¨¢neo es el m¨¢s completo y mejor preservado conocido. Dos a?os m¨¢s tarde se supo que el comprador hab¨ªa sido los Emiratos ?rabes para su nuevo museo de historia natural. Este dino-negocio multiplica su ambici¨®n y Christie¡¯s lleva a Hong Kong otro esp¨¦cimen, Shen, el 30 de noviembre, por el que pide 25 millones de d¨®lares.
Los paleont¨®logos alzan la voz. ¡°Son ladrones de tiempo¡±, acusan. Se quejan de los coleccionistas privados y los subastadores. Los f¨®siles resultan valiosos por la informaci¨®n que contienen. En el inmenso sal¨®n de un oligarca solo son un pu?ado de viejos huesos. La ciencia los pierde. ¡°Es una situaci¨®n destructiva y desesperada para los cient¨ªficos. No se ve un final a esta mercantilizaci¨®n sin control¡±, critica Thomas Carr, paleont¨®logo del Carthage College (Wisconsin).
En mayo, Christie¡¯s vendi¨® un esqueleto, Hector, de Deinonychus (primo del velociraptor), el ¨²nico en manos privadas, por 12,4 millones de d¨®lares; su n¨¦mesis, Sotheby¡¯s, respondi¨® dos meses m¨¢s tarde con uno de los solo 20 gorgosaurios conocidos. Logr¨® 6,1 millones. Antes, en 2021, la casa parisina Drouot subast¨® un Triceratops, Big John, por 6,6 millones de euros, del que se desconoce su paradero. ¡°Los ricos han entendido los f¨®siles como art¨ªculos de lujo¡±, lamenta el investigador. La ciencia necesita espec¨ªmenes para comprenderlos. Hacen falta 70 gorgosaurios si se quieren diferenciar las caracter¨ªsticas que determinan su sexo.
La voracidad parece llegar de las casas de subasta. Somos plataformas abiertas ¡ªse defienden¡ª a la oferta, la demanda; y la generosidad. ¡°Dado su tama?o e importancia, es posible que un comprador privado preste o done el esqueleto a un museo¡±, apunta James Hyslop, jefe del departamento de ciencia de Christie¡¯s Londres. ¡°No existen muchas viviendas particulares que puedan albergar un Tyrannosaurus rex de 12 metros de largo¡±.
El problema, profundo, llega de esas remotas tierras donde se encuentran. La legislaci¨®n estadounidense dicta que todo lo que aparece en una propiedad privada es de su due?o. Por eso, la mayor¨ªa de los esqueletos proceden de all¨ª. Nada impide su exportaci¨®n. Italia, Francia, Brasil, China o Mongolia (el actor Nicolas Cage tuvo que devolver al pa¨ªs asi¨¢tico un cr¨¢neo de Tarbosaurius bataar porque hab¨ªa sido espoliado) tienen cerradas las fronteras. En Espa?a, los f¨®siles de mam¨ªferos vertebrados ¡ªsubraya Jos¨¦ Luis Sanz, catedr¨¢tico de paleontolog¨ªa en la Universidad Aut¨®noma de Madrid, a quien este comercio le parece ¡°inaceptable¡±¡ª pertenecen al Estado. En su mansi¨®n de California, Leonardo DiCaprio exhibe sus cr¨¢neos de Diplodocus y Allosaurus. ?rase una vez en Hollywood. Hace millones de a?os.
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