Materia oscura

Nos interesan las noticias de car¨¢cter cient¨ªfico, aun cuando no las entendamos del todo, porque poseen un grado de verdad ausente de otros ¨¢mbitos de la existencia. Si acudi¨¦ramos a un congreso de onc¨®logos, por poner un ejemplo, no los ver¨ªamos discutir ni pelearse como los pol¨ªticos. Quiz¨¢ disintieran de esto o de lo otro, pero expondr¨ªan sus diferencias con la voluntad de acercar posiciones. Aceptamos en el tratamiento de la cosa p¨²blica actitudes que rechazar¨ªamos en otras esferas del conocimiento. De modo que cuando leemos un titular que dice ¡°Descubiertas las c¨¦lulas que causan la met¨¢stasis¡±, respiramos con alivio, como el que llega a casa.

Ese titular del pasado 10 de noviembre ven¨ªa acompa?ado de la imagen que tienen ante sus ojos. En ella, a la izquierda, se aprecia el h¨ªgado de un rat¨®n ¡°con micromet¨¢stasis y met¨¢stasis¡±, seg¨²n rezaba el pie de foto. No se crean que entendimos muy bien las im¨¢genes, pero nos parecieron perfectas para ilustrar la historia que ven¨ªa a continuaci¨®n, seg¨²n la cual del c¨¢ncer de colon se desprenden c¨¦lulas que se meten en las venas, como el que toma el metro, y se bajan en el h¨ªgado, donde levantan un nuevo campamento. Estas c¨¦lulas malignas eran hasta ahora un poco como la materia oscura de la que est¨¢ compuesto el universo: no alcanz¨¢bamos a detectarlas con las tecnolog¨ªas de las que dispon¨ªamos. Ahora, un grupo de cient¨ªficos las ha sorprendido subi¨¦ndose al tren de la sangre para viajar por las v¨ªsceras. El relato se entiende y la fotograf¨ªa que lo ilustra es atractiva. Nada que ver con el cuento del recibo de la luz.