Diez apuntes para una relaci¨®n m¨¢s sana con la tecnolog¨ªa
Nunca seguir a nadie en redes sociales por odio, jam¨¢s aplazar nada por estar pendiente del m¨®vil y otros consejos para poder pasar pantalla en esta vida moderna
El t¨¦rmino ¡°pantallismo¡± se viene utilizando con frecuencia desde hace una d¨¦cada y hace referencia al uso excesivo de los dispositivos con pantalla en nuestra vida cotidiana. Hace solo tres d¨¦cadas, nuestras pantallas se limitaban al televisor del sal¨®n de casa, sin contar a quienes empezaban a explorar la inform¨¢tica con los primeros ordenadores personales. Hoy, el rect¨¢ngulo de cristal de nuestro m¨®vil rige nuestra vida de tal manera que, si olvidamos el tel¨¦fono en alg¨²n lugar, nos sentimos desnudos.
Para frenar el pantallismo se est¨¢n ensayando todo tipo de estrategias. Desde la dieta digital que se sigue en muchos hogares de Estados Unidos, donde los dispositivos m¨®viles tienen un horario estricto, hasta los duros campamentos de reeducaci¨®n para j¨®venes chinos que han sido diagnosticados como ¡°adictos a internet¡±. Por nuestra parte, seg¨²n el informe publicado en 2022 por el Observatorio Nacional de Tecnolog¨ªa y Sociedad, m¨¢s all¨¢ de los beneficios que aportan la tecnolog¨ªa y las redes sociales, dos de cada tres internautas son conscientes de los riesgos que tambi¨¦n suponen. El 88% de los entrevistados se mostraron, adem¨¢s, preocupados por las nuevas adicciones que causan estos dispositivos.
Esta prevenci¨®n no es algo nuevo. Parad¨®jicamente, los impulsores de esta nueva forma de vivir se han caracterizado por impedir que sus hijos accedieran a sus propios productos. En 2010, Steve Jobs reconoci¨® que sus hijos nunca hab¨ªan usado un ipad, mientras que Bill Gates no permit¨ªa que los suyos usaran dispositivos con conexi¨®n a internet. Y esas restricciones no son cosa del pasado. Tim Cook, actual presidente de Apple, se enfada cuando descubre a su sobrino peque?o pegado a las redes sociales. Si estos gur¨²s de la tecnolog¨ªa toman tantas precauciones, significa que hay motivos sobrados para regular el pantallismo. De momento, sabemos que el abuso puede disparar la obesidad, el insomnio, los problemas de cuello y espalda y perjudicar la visi¨®n.
M¨¢s all¨¢ de estos efectos colaterales f¨ªsicos, muchos terapeutas relacionan la adicci¨®n a las tecnolog¨ªas con la ansiedad, la depresi¨®n y el bajo rendimiento escolar o laboral. Para evitar estos peligros, seg¨²n los especialistas, los ni?os no deber¨ªan pasar m¨¢s de dos horas al d¨ªa frente a una pantalla. En cuanto a los adultos, lo recomendable ser¨ªa desconectar de las redes una vez terminado el horario de trabajo.
Ese ser¨ªa el ideal, aunque, si asumimos que esta tecnolog¨ªa ha llegado para quedarse, deberemos aprender a convivir con ella aprovechando sus ventajas y minimizando sus riesgos. El periodista brit¨¢nico Matt Haig, que alcanz¨® gran notoriedad con su novela La biblioteca de la medianoche, ha centrado buena parte de su carrera en la salud mental. Consciente de que esta depende tambi¨¦n del buen o mal uso de las redes, nos propone este dec¨¢logo para una relaci¨®n saludable con la tecnolog¨ªa.
Practica la abstinencia de las redes sociales. Ser¨¢ la prueba de que tienes el control sobre ellas, y no a la inversa. Haig remarca que esta voluntad es un m¨²sculo que debe fortalecerse con la pr¨¢ctica.
No googlees tus s¨ªntomas. Los m¨¦dicos desaconsejan totalmente navegar por las redes en busca de informaci¨®n ante cualquier s¨ªntoma, a menos que, como se?ala el periodista ingl¨¦s, ¡°quieras convencerte de que vas a morir antes de la cena¡±.
A nadie le importa c¨®mo te ves. Todo el mundo est¨¢ preocupado por su propio cuerpo. Por tanto, olv¨ªdate de lucir de cara a la galer¨ªa.
Lo que parece real puede no serlo. Pensar que las publicaciones de Facebook o Instagram son la vida real puede causarnos frustraci¨®n al compararlas con nuestra propia existencia.
La gente es mucho m¨¢s de lo que muestra en sus redes. Casi nadie postea cuando est¨¢ deprimido o se est¨¢ aburriendo. Lo que vemos en las pantallas tal vez sea el 1% de su realidad.
No sigas a nadie por odio. El contagio emocional llega tambi¨¦n de las redes, por eso es mejor frecuentar cuentas que permiten aprender y atesorar energ¨ªa positiva.
Desconf¨ªa de los ratings. Como muestra, Matt Haig apunta que en Goodreads, cuando propuso su dec¨¢logo, William Shakespeare ten¨ªa una valoraci¨®n de 3,7 sobre 5.
No te pierdes nada. Para evitar caer en el FOMO (fear of missing out), la clave es dejar de estar pendiente del exterior para tratar de ser feliz con quien eres.
No aplaces nada. El autor recomienda: ¡°Jam¨¢s retrases o pospongas una comida, sue?o, ejercicio o interacci¨®n humana por el internet.¡±
Mantente humano. En la era del marketing gobernado por los algoritmos, el desaf¨ªo es ser alguien que ning¨²n ordenador pueda predecir.
Francesc Miralles es escritor y periodista experto en psicolog¨ªa.
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