?Por qu¨¦ somos pobres en tiempo?
C¨®mo evitar las trampas que se tragan las mejores horas de nuestra vida. Reflexiones sobre la adicci¨®n a la productividad y consejos para reconquistar el fundamento de la existencia
A medida que envejecemos, la gesti¨®n del tiempo se vuelve una cuesti¨®n m¨¢s urgente, tal vez por esa ley del marketing de que ¡°la escasez crea valor¡±. ?Por qu¨¦, entonces, hay tan poca gente que se siente satisfecha con el uso que hace de sus d¨ªas, horas y minutos? Arthur C. Brooks se?alaba en el podcast How to Build a Happy Life (C¨®mo armar una vida feliz) nuestra tendencia a llevar cada vez m¨¢s trabajo a nuestro tiempo libre. Sostiene que hay un desfase alarmante entre c¨®mo invertimos nuestro tiempo y lo que en realidad desear¨ªamos hacer con ¨¦l.
La fijaci¨®n por ser ¡°productivos¡± hace que muchos roben horas de descanso, fines de semanas incluidos, para tareas que deber¨ªan circunscribirse al horario laboral. Esto es especialmente dram¨¢tico en los emprendedores y los aut¨®nomos, que extienden los tent¨¢culos de sus obligaciones a todos los huecos del calendario.
Sin embargo, el trabajo es solo una de las maneras que tenemos de mantenernos permanentemente ocupados.
Cuando nos preguntan: ¡°?Qu¨¦ har¨ªas si tuvieras m¨¢s tiempo?¡±, las respuestas m¨¢s comunes son: ¡°Me dedicar¨ªa a aquello que me apasiona¡±, ¡°Har¨ªa m¨¢s cosas con la familia o con mis amigos¡±, ¡°Charlar¨ªa m¨¢s con mis hijos¡±. Sin embargo, estos ideales raramente se traducen en hechos porque nunca creemos tener tiempo, lo cual es una ilusi¨®n.
Dice el psic¨®logo Xavier Guix: ¡°Somos tiempo¡±. Y solo carece de tiempo quien ya est¨¢ muerto. La cuesti¨®n es c¨®mo lo usamos. Ashley Whillans, docente de la Harvard Business School y autora del libro Time Smart: How to Reclaim Your Time and Live a Happier Life (C¨®mo recuperar su tiempo y vivir una vida m¨¢s feliz), apunta que el 80% de los profesionales que participaron en una encuesta se definieron como ¡°pobres en tiempo¡±. Sin embargo, del mismo modo que es absurdo ganar dinero sin poder gastarlo, de poco sirve tener ¨¦xito sin tiempo. ?C¨®mo podemos combatir la epidemia del ¡°me faltan horas para todo lo que tengo que hacer¡±? La profesora Whillans habla de las ¡°trampas del tiempo¡± que nos llevan a invertirlo casi totalmente en ¡°ser productivos¡±. Una de ellas es conceder a nuestra carrera un papel prioritario, hasta el punto de que relacionamos ¡°estar siempre ocupado¡± con ser importante. Tener un hueco en la agenda nos puede hacer sentir vagos o que ¡°estamos perdiendo el tiempo¡±. En Estados Unidos, seg¨²n Whillans, una CEO puede presumir en una fiesta de trabajar 80 horas por semana.
Cuando la productividad se convierte en un h¨¢bito, las horas libres solo pueden existir cuando una enfermedad nos postra en la cama. ?Es eso saludable? La clave de todo es decidir si queremos conseguir m¨¢s dinero o m¨¢s tiempo.
El problema es que no sabemos contemplar el tiempo libre como la verdadera riqueza que es, ya que, si bien el dinero no puede comprarlo todo, cualquier cosa que deseemos hacer requiere tiempo. Poner esta divisa en primer lugar cambiar¨¢ de ra¨ªz nuestra forma de vivir. Veamos tres medidas pr¨¢cticas.
1. Auditar nuestra agenda.
Deber¨ªamos hacer una revisi¨®n personal de c¨®mo utilizamos nuestro tiempo fuera del horario laboral. ?Cu¨¢nto dedicamos a trabajar fuera de horas, a compromisos que no nos apetecen o a actividades programadas?
2. Procurarnos tiempo verdaderamente ¡°libre¡±.
Si llenamos el afterwork con demasiadas actividades y compromisos sociales, entonces deja de ser tiempo libre. Whillans cita un estudio que demostr¨® que las personas que programan demasiadas cosas en tiempo de ocio lo acaban percibiendo como trabajo y no pueden disfrutarlo. Necesitamos relajarnos e improvisar.
3. Aprende a no hacer nada.
El psic¨®logo Martin Seligman afirma que el Homo sapiens deber¨ªa llamarse en verdad Homo prospectus, porque incluso cuando cree no hacer nada est¨¢ programando el futuro: pensamos en nuestro porvenir, en lo que debemos hacer ma?ana o, en un marco m¨¢s dom¨¦stico, en lo que vamos a cocinar a la noche. Si queremos gozar de una verdadera desconexi¨®n, evitemos proyectar y descansemos verdaderamente en el ahora. Como dec¨ªa Ovidio: ¡°T¨®mate un respiro; el campo que ha reposado da una cosecha m¨¢s abundante¡±.
Lo peor del estr¨¦s
Estar siempre ocupado es una autopista al estr¨¦s, ya que, por m¨¢s cosas que hagamos, siempre tendremos la impresi¨®n de que no llegamos a todo y nos falta tiempo. Andr¨¦s Mart¨ªn Asuero, doctor en Psicolog¨ªa y pionero del mindfulness en Espa?a, se?ala que lo peor del estr¨¦s no es lo que sucede desde un punto de vista bioqu¨ªmico, cuando se dispara el cortisol, entre otras hormonas. Lo peor es lo que hacemos para combatirlo.
Una jornada estresante se compensa a menudo ingiriendo alcohol, con f¨¢rmacos o con compras compulsivas, con lo que a nuestra mala gesti¨®n del tiempo y el estr¨¦s consiguiente a?adimos un problema a¨²n mayor.
Francesc Miralles es escritor y periodista experto en psicolog¨ªa.
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