Perfumes que huelen a nuestros padres: el retorno de las fragancias masculinas cl¨¢sicas
En tiempos recientes, la perfumer¨ªa para hombre ha roto esquemas, utilizando ingredientes novedosos y derribando las barreas de g¨¦nero. Con la modernidad totalmente asimilada ha llegado el momento de mirar atr¨¢s y ponderar aquellas fragancias primigenias, recuerdo de una masculinidad de la que afortunadamente solo queda el olor
Si atendemos a las cifras de ventas, los ni?os que ahora corretean por los patios de los colegios de primaria han aprendido a montar en bicicleta guiados por usuarios de Invictus, de Paco Rabanne, o Sauvage, de Christian Dior, dos superventas de esta ¨²ltima d¨¦cada. Para la generaci¨®n Z, la memoria paterna probablemente est¨¦ ligada a la limpieza en¨¦rgica de Acqua di Gi¨°, de Armani, o L¡¯Eau d¡¯Issey Pour Homme. Pero para unos y otros, y especialmente para los mileniales y las generaciones que les preceden, el t¨¦rmino ¡°perfume de padre¡± evoca algo muy concreto: maderas, notas verdes, musgos, c¨ªtricos y toques almizclados. Olor a espuma de afeitar, a bosque y a especias, que es la amalgama olfativa que domina la perfumer¨ªa masculina desde hace siglos.
Lo cierto es que la perfumer¨ªa masculina tard¨® en nacer. En el bum cosm¨¦tico de principios del siglo XX, que ampli¨® la paleta de los perfumistas hasta l¨ªmites extravagantes, los hombres apenas usaban ligeras colonias sin g¨¦nero. Ni almizcles, ni especias, ni mol¨¦culas complicadas. Uno de los primeros perfumes con pretexto masculino, Mouchoir de Monsieur (1904), de Guerlain, ni siquiera estaba concebido para ser utilizado en la piel, sino en el pa?uelo que los dandis de la ¨¦poca llevaban en el bolsillo de la chaqueta. Cuando en los futuristas a?os treinta Ernest Daltroff se propuso crear el primer perfume masculino de la historia, utiliz¨® notas sorprendentemente neutras: lavanda y vainilla. Pero precisamente por eso Pour un Homme, de Caron, sigue oliendo en 2023 pr¨¢cticamente igual que en 1934: sus materias primas son tan sencillas que los vaivenes tecnol¨®gicos de la industria, que inventa mol¨¦culas con la misma velocidad con que las proh¨ªbe, apenas la han rozado.
La lavanda, adem¨¢s de un ingrediente sencillo, tambi¨¦n estaba disponible en grandes cantidades y a corta distancia, al menos en la regi¨®n mediterr¨¢nea. Lo mismo pasaba con los c¨ªtricos, con el Cistus labdanum (la flor de jara) y las hierbas arom¨¢ticas como el romero o el tomillo. En mayor o menor medida, cuenta Daniel Figuero, autor del ensayo Contraperfume (Editorial Superflua), estos ingredientes pasaron a conformar ¡°una tradici¨®n ligada a las aguas de colonia de estirpe mediterr¨¢nea¡±. Por ejemplo, Lavanda, de Puig (1940), un cl¨¢sico unisex que hoy sigue a la venta. En el mundo anglosaj¨®n, mientras tanto, reinaban las notas almizcladas de Old Spice, un perfume tan enraizado en la hombr¨ªa vintage que su publicidad, hace no tanto, jugaba con un eslogan provocativo: ¡°Si tu abuelo no hubiera llevado este perfume, t¨² no existir¨ªas¡±, tal y como recuerda el perfumista y escritor Roja Dove, autor del ensayo The Essence of Perfume (2014) y fundador de la firma de lujo Roja Parfums. ¡°Con una ligereza resistente y un cierto olor a ¡®limpio¡¯, Old Spice se construy¨® sobre una composici¨®n sensual de ingredientes aparentemente poco viriles, como vainilla, almizcle y ¨¢mbar¡±, explica el brit¨¢nico.
Sin embargo, que los hombres de mediados del siglo XX comenzaran a perfumarse sin complejos exigi¨® el triunfo de un acorde olfativo tan monol¨ªtico como la masculinidad imperante entonces: el chipre, una mezcla de musgos y maderas con toques c¨ªtricos. ¡°Este acorde desprende una imagen de autoridad sin fisuras debido a su estructura disciplinada, perfecta para el hombre que lleva la voz cantante en horario de oficina antes de llevar el pan a su nido¡±, detalla Dove.
El chipre, que hab¨ªa sido inventado por Fran?ois Coty en 1917, ser¨ªa a mediados del siglo XX la piedra angular de una generaci¨®n de perfumes dirigidos al hombre. Por ejemplo, Chanel Pour Monsieur, un ins¨®lito chipre floral surgido en el seno de una marca que siempre hab¨ªa ?jugado al di¨¢logo entre g¨¦neros. Pero casos as¨ª eran una excepci¨®n. A mediados de los a?os sesenta, lo ¨²nico que un hombre pod¨ªa comprarse en una tienda de Christian Dior era una corbata. Hasta que, en 1966, el perfumista Edmond Roudnitska cre¨® Eau Sauvage. El punto de partida fue el Hedione, una mol¨¦cula ligada al jazm¨ªn que aportaba notas oscuras e intensas a un ejercicio de jardiner¨ªa olfativa basada en las notas mediterr¨¢neas. Por eso las ilustraciones que Ren¨¦ Gruau elabor¨® para su lanzamiento recreaban el ritual de higiene mascu?lina ¡ªel ba?o, el afeitado, el albornoz, el espejo¡ª para redescubrir el cuerpo del hombre desde la autoconsciencia.
A su vez, Jean-Paul Guerlain, heredero de la saga familiar, hab¨ªa ideado a finales de los cincuenta su formidable Vetiver. Pero su perfume m¨¢s personal, Habit ?Rouge, surgi¨® de un tipo distinto de paisajismo: el del bosque de Rambouillet recorrido a lomos de un caballo. A las notas vegetales y bot¨¢nicas habituales a?adi¨® elementos especiados y almizclados que evocaban el olor del sudor, del caballo y de la guarnicioner¨ªa. Hab¨ªa inventado, en palabras de la historiadora Elisabeth de Feydeau, ¡°el primer perfume oriental para hombre con notas de madera, cuero y especias¡±. La paleta segu¨ªa creciendo y, en apenas cinco a?os, la perfumer¨ªa masculina se hab¨ªa introducido en todos los terrenos que antes le estaban vedados. La formidable Agua Brava de Antonio Puig, un superventas internacional lanzado en 1968 e ideado por Rosendo Mateu y Marcel Carles, incorporaba una descarga multicolor de s¨¢ndalo y pachul¨ª al ya tradicional foug¨¨re mediterr¨¢neo. Triunf¨® igual que iconos ya olvidados como Tabac o Aramis. En 1974, Loewe Pour Homme marcar¨ªa el paso a la madurez de la perfumer¨ªa cl¨¢sica espa?ola. Su f¨®rmula, arom¨¢tica y mediterr¨¢nea, era tambi¨¦n lujosa y se dirig¨ªa a un p¨²blico cada vez m¨¢s informado. En las d¨¦cadas siguientes, la perfumer¨ªa masculina explot¨® y multiplic¨® sus ofertas, pero aquellas fragancias pioneras aguantaron el tipo.
Hoy, d¨¦cadas despu¨¦s de su aparici¨®n, la perfumer¨ªa masculina ha adoptado derroteros tan diversos ¡ª?notas orientales, tecnol¨®gicas, gourmand o directamente dulces¡ª que en 2023 estos cl¨¢sicos se pueden reivindicar con la misma falta de prejuicios con que nos enfrentamos a cualquier perfume unisex: con conocimiento, pero sin etiquetas. Y, por primera vez, sin g¨¦nero preestablecido.
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