Ant¨®n Reixa: ¡°El coraje y la melancol¨ªa son dos fuerzas contrarias que mueven la condici¨®n humana¡±
M¨²sico, productor televisivo, director de cine exdirector de la SGAE, fil¨®logo, escritor e iconoclasta, el artista gallego vive, tras un accidente que lo dej¨® semanas en coma, con dolor cr¨®nico y dedicado a escribir
Cerca de la playa, a 10 minutos de A Coru?a, Ant¨®n Reixa (Vigo, 66 a?os) recibe en su d¨²plex luminoso y colorista. Lleva gorra. Pide permiso para fumar: ¡°Lo que me queda¡±. Y, m¨¢s que contestar a las preguntas, empieza a contar.
Antonio Javier Eulogio Rodr¨ªguez Reija.
Soy el ¨²nico Reixa de una familia de Reijas. Me lo puso la vida. Cuando empec¨¦ con la m¨²sica, lo de Javier Eulogio era un exceso. En 2011, cuando iba a nacer mi nieta, me sent¨ª solemne, fui al registro civil y me despoj¨¦ de los nombres que no usaba. Me dijeron: ¡°Tiene que demostrar que es conocido como Ant¨®n Reixa¡±. Entr¨¦ en internet y en Wikipedia estaba: ¡°Antonio Javier Eulogio¡, m¨¢s conocido como Ant¨®n Reixa¡±. Se lo mostr¨¦ al funcionario y contest¨®: ¡°No, internet no vale¡±. Luego mis hijas lo cambiaron tambi¨¦n.
La mayor naci¨® cuando ten¨ªa 18 a?os.
Y determin¨® mi vida. Siempre he tenido una familia que mantener y a la vez una convicci¨®n terca de que quer¨ªa ser artista.
?De qu¨¦ le ven¨ªa?
Se me autogener¨®. Mi madre me induc¨ªa a la lectura con una idea muy suya: ¡°Ay, hijo, si ganaras el Premio Planeta¡¡±. Pero yo iba por otro lado leyendo a Kafka y a Joyce. Ni te cuento todo el dad¨¢ y el surrealismo que me tragu¨¦.
?Quer¨ªa ser poeta dada¨ªsta?
Bueno¡ Poeta raro, uno que no iba a encajar. Y ten¨ªa la convicci¨®n de que a un poeta de verdad no le conven¨ªa ser profesional de la poes¨ªa.
Quer¨ªa ser poeta y ten¨ªa que alimentar a una hija.
Claro. Mi padre era agente comercial, distribu¨ªa bebidas alcoh¨®licas, y me ense?¨® a abrir botellas de champ¨¢n. Me puse a trabajar en su almac¨¦n. Me matricul¨¦ por libre y tard¨¦ siete a?os en terminar Filolog¨ªa para intentar ser profesor. Nunca lo fui.
Su abuelo fue la figura clave en su formaci¨®n.
Mi abuelo Ram¨®n, el padre de mi madre, era republicano, del Partido Radical Socialista y, durante la Rep¨²blica, presidi¨® el C¨ªrculo de Amigos de la Uni¨®n Sovi¨¦tica de Valladolid. Estuvo oculto durante a?os en una buhardilla.
?Dieron con ¨¦l?
Un cura viol¨® el secreto de confesi¨®n de una de mis t¨ªas abuelas que era una beata. Un d¨ªa lleg¨® de un baile de m¨¢scaras en Pontevedra. Deb¨ªa de haber bebido mucho an¨ªs porque dijo que se le aparec¨ªa la Virgen. El caso es que se meti¨® en un convento de Tuy, que es como Vetusta, pero en miniatura. Eligi¨® una clausura muy dura. No aguant¨®. Y, en confesi¨®n, le cont¨® al cura: ¡°Ay, qu¨¦ susto tengo con un hermano comunista en la buhardilla de casa¡¡±. Justo cuando lo sopl¨®, mi abuelo iba a escapar. Lo hac¨ªan cruzando el r¨ªo Mi?o a nado para llegar a Portugal.
Cont¨® una Galicia real, de droga y mariscadoras, en la serie de televisi¨®n Mareas vivas, la primera en gallego.
Me fui a la Costa da Morte, donde el paisaje te lo da todo. La televisi¨®n es lo contrario de la poes¨ªa, es trabajo en equipo. Propuse mezclar Doctor en Alaska (un juez que se iba a una zona rural) y el folclorismo de Cr¨®nicas de un pueblo. Curiosamente sal¨ªa Marti?o Rivas. Fui el primero que lo dirigi¨®. Era muy fotog¨¦nico, pero lo que quer¨ªa era leer el As y el Marca. No ten¨ªa inter¨¦s en ser actor.
Tambi¨¦n rod¨® la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de la novela de su padre El l¨¢piz del carpintero.
Normalmente los escritores se enfadan al ver las adaptaciones cinematogr¨¢ficas de sus novelas. A m¨ª me eligi¨® Manolo Rivas para que lo hiciera. La novela est¨¢ basada en hechos reales. Su valor fue que sacudi¨® la naftalina que nos convert¨ªa en un pa¨ªs sumiso.
?A Galicia?
S¨ª. Aqu¨ª no hubo frente de guerra. Hubo represi¨®n porque el ej¨¦rcito acuartelado fue leal a Franco. Galicia hubiera sido distinta en la segunda mitad del siglo XX si no hubiera desaparecido una generaci¨®n de hombres que fueron exterminados o empujados al exilio. Eso cuenta esa pel¨ªcula. La viuda del m¨¦dico protagonista me habl¨® del mismo cura que denunci¨® a mi abuelo. A ella le hizo una carta de recomendaci¨®n con la que recorri¨® Espa?a pidiendo clemencia. Result¨® que era negativa. Solicitaba ¡°caso omiso para lo que pide esta pobre chica enamorada de un comunista¡±.
Un cura muy cristiano.
Para que vean que los republicanos no tenemos resentimiento: olvid¨¦ su nombre.
Tard¨® en conocer el pasado de su familia.
Mis padres ocultaron ese pasado republicano de mi abuelo. Era lo que se llam¨® franquismo sociol¨®gico.
?Era verg¨¹enza o miedo?
Una mezcla. Mi abuelo muri¨® en el a?o 1978. T¨¦cnicamente, segu¨ªa en libertad provisional. Era funcionario del catastro. Le hab¨ªan reconocido los derechos laborales que hab¨ªa perdido durante la guerra. Yo regresaba de Madrid con la buena noticia: iba a tener una pensi¨®n. No lo supo. Por lo menos mi abuela vivi¨® una viudez m¨¢s desahogada.
?Tiene hermanos?
Uno, que muri¨®. Era el representante art¨ªstico de Raffaella Carr¨¤ en Espa?a.
Qu¨¦ ojo.
Ten¨ªamos una relaci¨®n distante que fue mejorando con los a?os. Incluso con mis hermanas menores solo nos hemos sentido cercanos con los a?os. Las muertes nos fueron uniendo. El disparador que nos permiti¨® hablar fue esa pel¨ªcula, El l¨¢piz del carpintero. Sirvi¨® para que nos sincer¨¢ramos.
Antes de hacer esa pel¨ªcula fue m¨²sico.
A m¨ª me marc¨® un profesor de Literatura, Jos¨¦ Luis M¨¦ndez Ferr¨ªn, un intelectual comunista. Era un nacionalista de izquierdas muy cosmopolita. Me alfabetiz¨® en gallego. Pero igual me habl¨® de Kafka o Lou Reed. Eso determin¨® mi amplitud mental y mi encuentro con Galicia. Luego, a los 22 a?os, otra amistad me abri¨® de nuevo la cabeza: Juli¨¢n Hern¨¢ndez.
El l¨ªder de Siniestro Total.
Le gustaba Sch?nberg, pero tambi¨¦n los Ramones.
De nuevo, amplitud mental.
S¨ª, necesidad de huir de las identidades castrantes. Ten¨ªa un estudio casero y nos grab¨® el primer single de Os Resentidos.
Formaron parte de la movida viguesa, que ten¨ªa preferencias muy sexuales: Las tetas de mi novia, Me pica un huevo¡
Son canciones de Siniestro. Les hice textos. Fueron unos a?os de mucha frivolidad, pero de mucha tolerancia. Fue la conquista popular del ocio. Creo que lo que nos cambia como personas es conocer el ocio y convertir una parte de eso en creatividad. El rock era incluso m¨¢s interesante que la poes¨ªa, que tiene un punto onanista. Con tu grupo grababas una maqueta y estabas tocando para miles.
Pero usted no quer¨ªa ser moderno ni punki.
No entraba en la agenda de mi vida. Me convert¨ª en el l¨ªder de Os Resentidos, que ten¨ªa el elemento diferencial de cantar en gallego. Y mont¨¦ una est¨¦tica basada en el gallego.
Fai un sol de carallo fue el himno de esa movida. Los bares cerraban con esa canci¨®n.
Hab¨ªa un cabreo hist¨®rico porque siempre llov¨ªa. Nac¨ª en el Calvario de Vigo, un barrio obrero. Viv¨ªa en un bloque. A un lado ve¨ªa un hipermercado; al otro, un prado con vacas. Eso conforma mi mirada. Esto es un lugar de contrastes y abierto al mundo por la emigraci¨®n y el exilio. Profesionalmente hubiera tenido sentido irme de Galicia. Pero necesito estar aqu¨ª.
¡°Galicia es un continuo de paseos mar¨ªtimos entre rotondas¡±.
La acci¨®n de muchos ayuntamientos del Partido Popular la ha convertido en eso. El arquitecto David Chipperfield me dec¨ªa que Galicia est¨¢ bien en micro. En macro, cuando entra la planificaci¨®n, el dinero y la pol¨ªtica, es cuando se autodestruye.
?Qu¨¦ es ser gallego?
Lo que diferencia a un gallego es que no tiene sentido de periferia. Si eres gallego piensas: la periferia, ?de d¨®nde? No estamos al norte de Madrid, estamos al sur de Londres. A pesar de que hemos destrozado urban¨ªsticamente algunas ciudades, Galicia es bonita.
Dirigi¨® la SGAE.
Teddy Bautista la democratiz¨®. Y ese es un m¨¦rito. Pero imagino que, por af¨¢n de poder, dej¨® que a su alrededor floreciera una gran corrupci¨®n. Yo quer¨ªa descentralizar la instituci¨®n haci¨¦ndola m¨¢s similar al mapa auton¨®mico que tiene Espa?a. Lo que no sab¨ªa es que la corruptela hab¨ªa pasado a las manos de quienes manejaban la m¨²sica de la noche, una mafia que acumulaba muchos votos y, por lo tanto, el control pol¨ªtico. Pens¨¦ que los que m¨¢s recaudar¨ªan ser¨ªan Sabina, Serrat o Alejandro Sanz, pero no. Eran ellos, la mafia de la m¨²sica nocturna en la televisi¨®n que ha tardado 10 a?os en arreglarse. Al descubrir eso decido ir de frente y, claro, al ser mayor¨ªa, me echan. En la administraci¨®n de la SGAE ganas dinero. Piensa que una reuni¨®n de la junta directiva cuesta 30.000 euros. Fue un intento. Creo que equivocado. Al descubrir lo que no sab¨ªa reaccion¨¦ y eso cav¨® mi propia tumba. Pero he olvidado incluso los nombres de mis enemigos. Como me pasa con el cura que delat¨® a mi abuelo. Tengo ese sistema de autohigiene.
Ser tan polifac¨¦tico, ?es sed de vida?, ?de dinero?
Ser poeta es un lujo. Eso me lleva a hacer de mi curiosidad natural por todo lo creativo mi forma de vida.
El 27 de octubre de 2016, con 59 a?os, sufre politraumatismo, fractura de tibia, peron¨¦ y una docena de costillas, contusi¨®n pulmonar con riesgo de colapso respiratorio¡
Afortunadamente, estaba solo. Me qued¨¦ dormido. Ven¨ªa de filmar un especial de televisi¨®n. Acababa de llegar de Francia. Al lunes siguiente me iba a Colombia y Per¨²¡ Lo ten¨ªa todo para tener un accidente en mi exceso de movilidad continua. Y lo tuve.
Tras 18 d¨ªas en coma inducido, cont¨® el despertar en el libro Michigan, acaso Michigan.
Pens¨¦ que me persegu¨ªan unas paquistan¨ªes enanas en un centro comercial de Michigan mientras hac¨ªa campa?a electoral Trump. Cada uno tiene la basura mental que tiene. Yo he estado jugando con escritura autom¨¢tica toda mi vida y al final he amoldado mi subconsciente a ese tipo de pensamientos. Tambi¨¦n me obsesionaba perder el ordenador. M¨¢s que una amputaci¨®n. Uno de mis momentos m¨¢s amargos en la SGAE fue cuando me cortaron toda la comunicaci¨®n inform¨¢tica. Los poemas que hab¨ªa escrito los perd¨ª.
Su pareja, Cani, es psic¨®loga. ?Qu¨¦ dice del viaje on¨ªrico de ese libro?
Los surrealistas, como los psicoanalistas, cre¨ªan en el mundo de los sue?os. Al final, cada uno tiene el subconsciente que se merece.
Ese accidente le ha dejado dolor cr¨®nico.
El descubrimiento del dolor y el de aprender a cuidar a quien te cuida. A veces basta con decir por favor y gracias. Conviv¨ª con ancianos. Conoc¨ª a algunos vitalistas. Cuando le di las gracias a Mar¨ªa, la cuidadora que me duchaba, me contest¨®: ¡°No sabes lo que es cuidar de alguien que sale mejor que como ha entrado¡±. La contemplaci¨®n en directo de la vejez me fascin¨®.
?Qu¨¦ vio?
Que agudiza defectos y virtudes. Si eres muy pelma te haces insoportable.
Conviene intentar cambiar antes.
Para eso hay que hacer autocr¨ªtica. Un buena vejez requiere estar l¨²cido y ser generoso.
Es dr¨¢stico arremetiendo. De Woody Allen anota que escribe para los que van al psicoanalista.
Y viven en apartamentos que miran a Central Park.
La poes¨ªa de amor de Pablo Neruda le parece machista y prepotente porque ¡°es mentira que su polla fuese el Machu Picchu¡¡±.
¡°Me gustas cuando callas porque est¨¢s como ausente¡±. Y t¨², cabr¨®n, no paras de hablar y decir obviedades. Neruda fue un comunista v¨ªctima de represiones. Pero en lo literario siento rechazo. Neruda es un poeta popular.
?Ser extra?o es necesario para ser creativo?
No. Tienes que blindarte contra la excentricidad. No debes jugar con eso. Tienes que trasladar tu percepci¨®n del mundo. No puedes impostar.
Y en medio de tanta cr¨ªtica¡, san Paul Auster.
Lo conoc¨ª cuando, como productor, intent¨¦, sin ¨¦xito, llevar al cine su distop¨ªa El pa¨ªs de las ¨²ltimas cosas. Nos cedi¨® los derechos. Hicimos mil versiones de guion, pero no logramos que cuajara. Tengo pocos fetichismos. Pero Auster es uno. ?l intent¨® hacer algunas pel¨ªculas. Pero, en general, en ese campo fracas¨®. El fracaso tiene su propia est¨¦tica. Y su hermandad.
¡°Estudiamos la velocidad de la luz, pero no la velocidad de la vida¡±.
Claro. Todo lo que me pas¨® podr¨ªa haber sido una novela de Paul Auster, pero sucedi¨®. Aprendes lo que es la dependencia. Tambi¨¦n me ha quedado un dolor cr¨®nico y he aprendido a vivir con ¨¦l con mucha medicaci¨®n y sin beber alcohol. Te cambia la actitud ante la vida. El dolor no se ve. El otro d¨ªa, en Londres, me fij¨¦ en un cartel que hab¨ªa en un ascensor del aeropuerto de Heathrow: ¡°Ten en cuenta que hay discapacidades que no se ven¡±. Es eso, fijarse.
?Qu¨¦ ha aprendido?
No puedes hacer de la queja el discurso de tu vida cotidiana. Si lo haces te quedas solo y acumulas m¨¢s motivos para quejarte. Lo que se puede hacer es intentar conocer tu cuerpo: yo tengo una autonom¨ªa para caminar de 500 metros. Pero ya no uso ni silla de ruedas ni bast¨®n. Me enfada la frivolidad con la que la prensa habla del fentanilo. Los opi¨¢ceos claro que son un peligro. Pero hay millones de seres humanos en el mundo cuya vida es mejor gracias a esos analg¨¦sicos consumidos con control m¨¦dico. El consumo responsable permite vivir.
¡°La dama que habla es muda por los codos¡±. No ha perdido el humor.
A veces una hostia a tiempo tampoco viene mal. El accidente me puso en mi sitio. Hacer re¨ªr a los dem¨¢s es m¨¢s f¨¢cil que tener t¨² una risa sincera. Pero a m¨ª me llaman la atenci¨®n cosas: que la Virgen de F¨¢tima apareciese en Portugal y hablara portugu¨¦s o la de Lourdes en Francia y hablara franc¨¦s¡ Ten¨ªa don de lenguas.
¡°Vigo sin vivir en m¨ª¡±.
Es un giro de la poes¨ªa de Santa Teresa. Siendo un poeta sat¨ªrico, me ha interesado mucho la de los m¨ªsticos. Creo que los trovadores hoy ser¨ªan raperos porque lo que hac¨ªan era recitar sobre una base musical. Los trovadores, no Petrarca. Casi se podr¨ªa establecer una l¨ªnea que fuera de lo pesado que es Petrarca hasta Pablo Neruda.
Pol¨ªticamente¡
Fui sistem¨¢ticamente expulsado de todas las organizaciones. Estuve en la Asamblea Nacional Popular, un precedente de lo que es ahora el Bloque Nacionalista Galego. Firmamos una petici¨®n de democracia interna 16 personas y, efectivamente, inauguramos la democracia interna: votaron para echarnos.
?Qu¨¦ tipo de presidente del Gobierno har¨ªa Feij¨®o?
Desconozco al Feij¨®o actual. Aqu¨ª cuando empez¨® en 2009 era casi de extrema derecha. Fue virulento contra la implantaci¨®n del gallego en la ense?anza, pero tuvo un acierto: se dio cuenta de que eso no hac¨ªa falta. Logr¨® que Galicia sea un lugar respirable. La prueba es que aqu¨ª no hay Vox. Galicia es un lugar en el que, a pesar de las discrepancias, se puede vivir.
¡°Soy ateo desde el d¨ªa de la primera comuni¨®n¡±.
No creo en el alma. No s¨¦ si tengo. Creo en la mente y en el deseo. No hay nada peor que no sentir deseo. Creo en la melancol¨ªa. En la rabia. En la lucha de clases. En la tristeza. En el sistema nervioso. El coraje y la melancol¨ªa son dos fuerzas contrarias que creo que mueven la condici¨®n humana.
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