El malentendido de las dos ultraderechas
Junts es ahora mismo un partido reaccionario, supremacista, xen¨®fobo, ultraliberal, de un nacionalismo extremo
Espa?a no es diferente, pero tiene sus cosas. Una de ellas es que aqu¨ª no padecemos una ultraderecha, sino dos (como m¨ªnimo): la espa?ola y la catalana, Vox y Junts¡ÁCat. Ambas aparecieron en 2018 ¡ªantes, Espa?a era uno de los escasos pa¨ªses europeos sin ultraderecha en las instituciones¡ª y, con toda l¨®gica, una surge de la otra: el detonante de Vox fue el oto?o catal¨¢n de 2017, cuya herencia recoge con orgullo Junts. Ambas ultraderechas se desgajan de la derecha tradicional: Vox, del PP; Junts, de CiU¡ Pero, un momento: ?Junts, un partido de ultraderecha? Todos calificamos as¨ª a Vox, pero ?no pasa Junts por ser un partido de derechas, o incluso progresista?
Quien no se ha enterado de que Junts es un partido de ultraderecha es que no se ha querido enterar. ?Saben lo que significa Junts¡ÁCat? Significa Juntos por Catalu?a. ?Qu¨¦ pensar¨ªan de un partido llamado Juntos por Espa?a? ?Debo ensuciar de nuevo esta columna recordando la basura que escribi¨® Quim Torra, ¨²nico presidente de la Generalitat de Junts, contra los catalanes que no hablan catal¨¢n (entre los que no me cuento)? ?Han o¨ªdo a alg¨²n l¨ªder ultraderechista mundial llamar ¡°bestias con forma humana¡± a quienes no usan su idioma? ?Qu¨¦ dir¨ªan si eso lo hubiera escrito un dirigente de Vox? ?Por qu¨¦ creen que Junts pide al PSOE el control de la inmigraci¨®n? ?Saben qui¨¦nes han sido los mejores aliados de Carles Puigdemont en B¨¦lgica (y en toda Europa)? ?Han o¨ªdo hablar del Vlaams Belang? ?Han le¨ªdo el programa econ¨®mico-social de Junts? No sigo: Junts es ahora mismo un partido reaccionario, supremacista, xen¨®fobo, ultraliberal, de un nacionalismo extremo y un compromiso muy limitado con la democracia. ?Existe una definici¨®n m¨¢s acabada de un partido de ultraderecha? As¨ª que Pedro S¨¢nchez ten¨ªa toda la raz¨®n cuando, en 2018, defini¨® a Torra como ¡°el Le Pen de la pol¨ªtica espa?ola¡±; el problema es que, cinco a?os despu¨¦s, el propio S¨¢nchez se ha abrazado a Junts para seguir en el Gobierno. Lo ha hecho con el benepl¨¢cito de casi todo el progresismo espa?ol y el argumento de que as¨ª frena a la ultraderecha. Falso: es imposible frenar a la ultraderecha con la ultraderecha. Y no puede ser m¨¢s f¨¢cil pactar con la ultraderecha (catalana) que con la derecha (espa?ola)¡ Pero entiendo el aplauso de la izquierda. Se dir¨¢ que, en rigor, ese aplauso no es de izquierdas, y Groucho Marx estar¨ªa de acuerdo: seg¨²n ¨¦l, no es de izquierdas quien siempre est¨¢ de acuerdo con los partidos de izquierdas (tanto si dicen un d¨ªa blanco ¡ªs¨ª a la amnist¨ªa¡ª como si al d¨ªa siguiente dicen negro ¡ªno a la amnist¨ªa¡ª). Pero lo entiendo: al fin y al cabo, un progresista del resto de Espa?a no conoce de primera mano a Junts y s¨®lo debe realizar un esfuerzo moderado de cinismo para fingir que ese partido no es lo que es: trumpismo en estado puro. ¡°All¨¢ os las apa?¨¦is con ellos¡±, piensan nuestros amigos progresistas allende el Ebro. ¡°Adem¨¢s, con lo bien que nos cae Junts desde que nos permite seguir en el Gobierno y librarnos de Vox¡±. Lo entiendo. Pero entiendan ustedes tambi¨¦n que muchos progresistas catalanes nos sintamos abandonados. El sentimiento est¨¢ justificad¨ªsimo: baste recordar que el PSOE borr¨® literalmente a los no secesionistas de su espeluznante pacto de legislatura con Junts, donde Catalu?a se identifica sin fisuras con el secesionismo. Adem¨¢s, sean sinceros, ?a que los catalanes no secesionistas les parecemos un poquito fachas? ?A que s¨ª? Por eso pienso a menudo que deber¨ªamos separarnos tanto de Catalu?a, donde sobramos, como del resto de Espa?a, donde sobramos tambi¨¦n (salvo en campa?a electoral, claro est¨¢). A menudo, no: muy a menudo.
La victoria m¨¢s perdurable del franquismo consisti¨® en persuadir a la izquierda de que todo lo que huele a espa?ol es facha (incluidos Cervantes y Vel¨¢zquez) y todo lo que huele a lo contrario es progresista (incluidos el nacionalismo y la ultraderecha, siempre que no sean espa?oles). Este malentendido explica que consideremos ultraderecha a la ultraderecha espa?ola, mientras que a la ultraderecha catalana la consideramos cualquier cosa menos ultraderecha. Este malentendido nos est¨¢ matando.
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