Museos m¨¢s lentos y menos contaminantes
Reducir la frecuencia de exposiciones temporales y relajar los est¨¢ndares de temperatura son claves para disminuir la huella de carbono de las pinacotecas
En las ¨²ltimas dos d¨¦cadas la programaci¨®n de los museos se ha extendido como el mar delante de un n¨¢ufrago. Sin horizonte. M¨¢s exposiciones p¨²blicas. M¨¢s visitas. M¨¢s compras de obras. M¨¢s transportes. M¨¢s, m¨¢s y m¨¢s cuando muchos expertos proponen lo contrario, sobre todo si estos espacios quieren ser sostenibles. La iniciativa Bizot Green Protocol lanza dos estrategias para paliar este problema. La primera de ellas se centra en reducir el calendario de las muestras temporales para aminorar los costes de los embalajes, el precio de los seguros y los viajes. Adem¨¢s, descienden las emisiones sobre estos museos: extendiendo las visitas a 24 semanas, en vez de las 14 habituales, la huella de carbono de los shows itinerantes bajar¨ªa a la mitad. El Guggenheim de Nueva York ha descubierto que sus visitas son sobre todo turistas que llegan con las estaciones. ?Qu¨¦ aportan las propuestas temporales? En 2013 se dise?aron 12 exposiciones y, en 2018, la mitad. Tambi¨¦n el neoyorquino Whitney ha pasado de 22 muestras durante 2016 a 13 esta temporada.
Claro que toda esta situaci¨®n sucede, principalmente, en los museos de arte contempor¨¢neo. ¡°La preservaci¨®n y conservaci¨®n de las obras resulta innegociable¡±, advierte un portavoz del Museo del Prado. ¡°Las temporales no pueden basarse en criterios de sostenibilidad. Porque en el museo este factor ya se aplica diariamente. Incluso estudiamos ¡ªrespetando el patrimonio arquitect¨®nico¡ª la instalaci¨®n de paneles solares¡±, a?ade. All¨ª gobierna una ley suprema: el cuidado absoluto de la colecci¨®n. Si todo arte es pol¨ªtico, el museo lento, donde priman las exposiciones temporales reducidas, equivale, en trascendencia, al hist¨®rico We the People (nosotros el pueblo), el arranque de la Constituci¨®n estadounidense. En Miami, la subida del nivel del mar y los huracanes resultan, cada temporada, m¨¢s habituales. Por eso el P¨¦rez Art Museum Miami (PAMM) est¨¢ construido sobre pilotes que elevan su altura para proteger los fondos de las aguas altas que entran y retroceden en la bah¨ªa Biscayne. ¡°Pero la gran preocupaci¨®n son los huracanes. Antes de instalar cualquier obra en el exterior dise?amos un plan para resistir los vientos aullantes¡±, revela Patricia Garc¨ªa-V¨¦lez Hanna, responsable de arte de Related Group, una empresa inmobiliaria propiedad de Jorge P¨¦rez, mecenas y uno de los latinos m¨¢s ricos del mundo, quien respalda el museo de Miami.
La otra propuesta se basa en relajar los est¨¢ndares del termostato, que depende de los conservadores. En principio, el Guggenheim de Bilbao propone flexibilizar la temperatura de 20 grados, entre un 40% y un 60% de humedad relativa y una variaci¨®n m¨¢xima diaria del 10% en 24 horas. Este margen tambi¨¦n brinda a las organizaciones peque?as, con entornos clim¨¢ticos inestables, la oportunidad de llevar importantes obras a su comunidad. Algo bueno para la naturaleza y para zonas olvidadas por el arte. El Prado, que cuida piezas que cumplen siglos, nunca var¨ªa de 21 grados, una humedad del 65% y una oscilaci¨®n de un 5%. Mientras, el museo angelino Getty propone la ¡°mensajer¨ªa virtual¡± siempre que sea posible. ¡°Evita el coste en CO2 de los viajes a¨¦reos¡±, defiende un portavoz. Esto es traspasar la linde roja. Ni infinidad de prestamistas ni muchos directores quieren que un v¨ªdeo sustituya al experto. En el traslado podr¨ªan surgir problemas y est¨¢ prohibido el m¨ªnimo riesgo. El Prado siempre emplea correos. Prefiere la carretera ¡ªaunque sea contaminante¡ª a cualquier transporte: porque la obra est¨¢ siempre vigilada. El arte y la emergencia clim¨¢tica todav¨ªa no hallan su punto de fuga.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.