Una noche entre ministros, esp¨ªas y hu¨¦spedes: as¨ª es el hotel de lujo en la Antigua Oficina de Guerra de Londres
Bajo el esp¨ªritu de personajes reales como Winston Churchill y literarios como James Bond, la cadena Raffles ha convertido la legendaria Old War Office en uno de los hoteles m¨¢s caros del mundo. En el s¨®tano del edificio nacieron los servicios de inteligencia MI5 y MI6
Cuenta la leyenda que Vesper Lynd, la inteligente y seductora esp¨ªa que arrebata el coraz¨®n de James Bond en Casino Royale, la primera novela de la saga que escribi¨® Ian Fleming, estaba basada en la arist¨®crata polaca jud¨ªa Krystyna Skarbek, que adopt¨® el nombre ingl¨¦s de Christine Granville y se convirti¨® en la agente preferida de Winston Churchill.
El hotel Raffles London at The OWO, situado en el coraz¨®n del poder pol¨ªtico del Reino Unido, decidi¨® dedicar una de sus majestuosas suites a ¡°la esp¨ªa que am¨®¡±, como quiso titular su vida la bi¨®grafa Clare Mulley. El libro aparece expuesto en una c¨®moda, a la entrada de una habitaci¨®n que quita la respiraci¨®n con sus paredes revestidas de paneles de madera, las l¨¢mparas y candelabros que la iluminan o el llamativo extremo donde una enorme ba?era de lat¨®n y cortinas drapeadas revelan el sofisticado lujo del cuarto de aseo.
La familia Hinduja, de las m¨¢s ricas del Reino Unido, propietaria del conglomerado empresarial Hinduja Group, ha querido dejar su particular legado en la capital brit¨¢nica con un proyecto que mezcla historia, lujo y grandiosidad, pero que sobre todo respira esencia inglesa por los cuatro costados. Han pagado m¨¢s de 416 millones de euros por el edificio, cuya propiedad ¨²ltima sigue en manos del Gobierno brit¨¢nico. Las obras de rehabilitaci¨®n y puesta a punto han supuesto un gasto de casi 1.600 millones.
The Old War Office (Antigua Oficina de Guerra; OWO, en sus siglas en ingl¨¦s) es un impresionante edificio barroco eduardiano situado en medio de Whitehall, la avenida que conecta el Parlamento de Westminster con Trafalgar Square. Los principales ministerios y oficinas del Gobierno est¨¢n localizados en esa avenida. Una de sus bocacalles es universalmente famosa por contener la residencia del primer ministro del Reino Unido: Downing Street. En medio de la calle se erige el Cenotafio, el monumento a los ca¨ªdos en todas las guerras al que acuden cada a?o los monarcas y pol¨ªticos para depositar sus coronas de amapolas.
Whitehall es sin¨®nimo de poder en la jerga pol¨ªtica brit¨¢nica, pero hasta hace poco no era una zona atractiva para las grandes cadenas hoteleras. Raffles Hotels & Resorts, el grupo de establecimientos de lujo originario de Singapur y hoy parte del grupo Accor, se ha aliado con los Hinduja para revitalizar la zona con un edificio cuya rehabilitaci¨®n ha movilizado a historiadores, asesores, arquitectos y decoradores.
Sobre el mismo terreno se erigi¨® en su d¨ªa el palacio de Whitehall, cuya construcci¨®n fue ordenada por Enrique VIII. Y desde 1906, dise?ado por los arquitectos William Young y Clyde Francis Young, se convirti¨® en la nueva Oficina de Guerra brit¨¢nica.
¡°Nos enfrentamos a un mont¨®n de desaf¨ªos t¨¦cnicos. Deb¨ªamos acometer la obra en un edificio de oficinas gubernamentales ya existente, que se construy¨® en 1906 para un prop¨®sito muy diferente al que ahora se requer¨ªa¡±, explica Geoff Hull, el director del despacho de arquitectos EPR, que ha destinado casi ocho a?os a realizar el proyecto. ¡°Quer¨ªamos construir a partir de la belleza y de la personalidad de lo que ya hab¨ªa, que era absolutamente maravilloso¡±, a?ade.
El reto era preservar la majestuosidad exterior mientras se convert¨ªa su interior en algo acogedor, lujoso y sofisticado. Hab¨ªa mucho a lo que aferrarse. Por ejemplo, la gran escalera imperial, por la que se accede a la segunda planta, donde se encuentran las suites m¨¢s importantes. Columnas de alabastro ingl¨¦s, barandilla de m¨¢rmol de Brescia o escalones de m¨¢rmol italiano de Piastraccia. Dos leones coronan a cada lado el inicio de la balaustrada. Winston Churchill pasaba su mano por el hocico del de la derecha para buscar suerte en cada nueva jornada en que llegaba a su despacho.
El arque¨®logo, diplom¨¢tico, escritor y aventurero T. E. Lawrence (s¨ª, Lawrence de Arabia) escribi¨® a un amigo, con la iron¨ªa brit¨¢nica que le caracterizaba, para lamentarse de que ¡°por las escaleras de m¨¢rmol solo sub¨ªan los mariscales de campo y las se?oras de la limpieza¡±. Tambi¨¦n ¨¦l, que pas¨® mucho tiempo en el edificio en el Departamento de Cartograf¨ªa, tiene un amplio sal¨®n que lleva su nombre.
El OWO es algo m¨¢s que un hotel. El proyecto, que ha supuesto a?adir a la construcci¨®n ya existente dos nuevas plantas, as¨ª como tres niveles subterr¨¢neos, aloja 120 habitaciones y suites con precios variados (el m¨ªnimo ronda los 1.100 euros por noche); 85 residencias privadas con acceso a los servicios del establecimiento; una piscina de 20 metros, un spa gestionado por la casa de cosm¨¦tica y lujo Guerlain; un sal¨®n de baile y recepciones con capacidad para acoger a 600 invitados; nueve restaurantes y tres bares.
La estrella de la oferta gastron¨®mica es el local de Mauro Colagreco, el chef argentino que revolucion¨® la cocina de producto de temporada con su restaurante de la Riviera francesa. ¡°Nos interesa resaltar el producto que se cultiva en el Reino Unido para demostrar a los clientes que se trata de un producto vers¨¢til¡±, incide Melissa Fergus, la directora general del restaurante. ¡°Nos gusta promocionar una fruta o verdura determinada y maridarla con la carne o el pescado m¨¢s apropiado, para demostrar que se puede comer de un modo acompasado a las temporadas¡±, explica, mientras muestra cada una de las acuarelas, con tomates, esp¨¢rragos o alcachofas, que acompa?an al men¨².
El restaurante Saison, una propuesta de cocina mediterr¨¢nea del chef Colagreco, est¨¢ situado donde estuvo durante d¨¦cadas la biblioteca y servicio de documentaci¨®n del OWO. All¨ª pas¨® largas tardes el escritor Fleming para recabar informaci¨®n que volcar¨ªa m¨¢s adelante en su exitosa saga del agente James Bond.
Si se baja la gran escalera imperial, se atraviesa el sal¨®n de recepciones The Lawrence y se descienden las escaleras coronadas por el retrato colectivo de los oficiales de Marina de la Primera Guerra Mundial, el visitante entra en un mundo misterioso y fascinante. Los pasillos subterr¨¢neos, cuyas paredes de cementos y tuber¨ªas de calefacci¨®n se han mantenido intactas, albergaban las oficinas y recintos secretos donde se construy¨® el servicio de espionaje brit¨¢nico. En ese entramado de pasillos que los chavales contratados por la Oficina de Guerra recorr¨ªan en bicicleta para llevar con celeridad mensajes y documentos de uno a otro despacho se comenzaron a crear el MI5 y el MI6, los dos legendarios centros de inteligencia ¡ªinterior y exterior¡ª del Reino Unido. Bond trabajaba para el segundo. Hay una puerta semisecreta con el n¨²mero 007 en letras de lat¨®n.
Con cita previa, los hu¨¦spedes del hotel, pero tambi¨¦n cualquier visitante, pueden acceder a The Spy Bar. Detr¨¢s de la barra se exhibe un maravilloso Aston Martin DB5, usado en una de las pel¨ªculas del agente secreto m¨¢s universal. La especialidad es el c¨®ctel Vesper, una interpretaci¨®n moderna del combinado de ginebra, vodka y el aperitivo franc¨¦s Lillet que Fleming invent¨® en honor a la esp¨ªa Granville, con quien, cuenta la historia, tuvo un apasionado y breve romance. En la era de Instagram, es de agradecer que deba entregarse el tel¨¦fono m¨®vil a la entrada de este misterioso speak-easy para evitar las fotos y preservar el encanto del sofisticado nido de esp¨ªas.
¡°Estamos abiertos al p¨²blico en general los 365 d¨ªas del a?o, pero adem¨¢s, como parte del contrato con el Gobierno, ofrecemos tours para quien quiera venir durante 10 d¨ªas al a?o¡±, resalta Philippe Leboeuf, director general del hotel. ¡°Y respecto a los clientes, la idea de estar alojados a unos pasos del Big Ben o del parque de St. James les fascina. La historia que acompa?a al edificio es tan fascinante que impregna todo nuestro ADN¡±, explica.
La historia reciente del Reino Unido genera una mezcla de fascinaci¨®n y fetichismo que el Raffles London at The OWO satisface plenamente a aquellos que se lo puedan permitir. Es impagable dormir en la suite donde tomaron sus decisiones Churchill o el ministro de Defensa lord Haldane, responsable de modernizar el Ej¨¦rcito brit¨¢nico; habitar las paredes entre las que se seleccion¨® la fecha del D¨ªa D, el desembarco de Normand¨ªa; o imaginar los encuentros furtivos del secretario de Estado para la Guerra John Profumo con la bailarina Christine Keeler, amante a su vez del agregado naval sovi¨¦tico en la capital brit¨¢nica Yevgeny Ivanov, un esc¨¢ndalo que inund¨® portadas de los diarios brit¨¢nicos en plena Guerra Fr¨ªa. O subir a la azotea del edificio y contemplar, como hace la ¨²ltima reencarnaci¨®n de Bond, Daniel Craig, en la pel¨ªcula Skyfall, y contemplar un Londres grandioso. El parque tem¨¢tico perfecto para un hotel excepcional como es el Raffles London.
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