Cosas que aprend¨ª en el verano 44 de la vida
No pasa nada por tener complejo de impostor: al fin y al cabo, es algo que las malas personas nunca tienen
Cada verano, justo antes de cumplir los a?os, me encierro una tarde para echar las cuentas de aquello que aprend¨ª. Son cosas que, quiz¨¢, me hubiera gustado saber antes pero que solo el tiempo pone a nuestro alcance. Habitualmente las comparto con un grupo de amigos, con el ruego de que ellos a su vez compartan las suyas. Este a?o las comparto con ustedes: si quieren, compartan las suyas tambi¨¦n. All¨¢ vamos:
¡ªUno tarda media vida en conocerse a s¨ª mismo y la otra media en reponerse del susto.
¡ªNo pasa nada por tener complejo de impostor: al fin y al cabo, es algo que las malas personas nunca tienen.
¡ªQuiz¨¢ llegamos ya tarde a ser buenos, pero siempre estamos a tiempo de ser justos.
¡ªUno es siempre el ¨²ltimo en saber que es un idiota, y para entonces hay mucha gente que ya nos lo ha perdonado.
¡ªEn la vida empieza pronto a ser tarde.
¡ªHay que orientar la vida hacia el norte de ser un abuelito pl¨¢cido y no un viejo cascarrabias.
¡ªLeer hace m¨¢s sabios a algunos; a la mayor¨ªa, solo les hace m¨¢s complicados.
¡ªLa fe no es tanto creer como ser fieles a lo que una vez cre¨ªmos.
¡ªSi es un halagador, es un pelota; si es un pelota, es un trepa; si es un trepa, es un judas.
¡ªHablar de elegancia no es elegante.
¡ªDebemos negarnos a culpar al pasado -el colegio, la familia, el barrio malo o bueno- de nuestros males presentes, siquiera porque no sabemos si de otro modo no hubiera sido a¨²n peor.
¡ªUna cosa imposible hay en este mundo: que alguien deje de preocuparse tras o¨ªr ¡°no te preocupes¡±.
¡ªOlvidar la ingratitud ajena es uno de los mejores favores que podemos hacernos.
¡ªA poco que te vaya bien te van a odiar, pero consu¨¦late: de no haberte ido bien, tampoco iban a quererte.
¡ªSeamos justos, aunque vayamos a acertar las mismas veces que siendo arbitrarios.
¡ªCualquier poes¨ªa del fracaso es una estafa.
¡ªEs in¨²til preocuparse por si somos modernos o no: todos terminamos viviendo en un mundo que debe m¨¢s al de nuestros abuelos que al de nuestros nietos. A todos se nos lleva nuestro tiempo por delante.
¡ªNo hay frase que m¨¢s delate al idiota que ¡°no me arrepiento¡±.
¡ªSiempre te van a odiar m¨¢s de lo que te quisieron.
¡ªDura m¨¢s lo que apasiona a uno que lo que entretiene a mil. Ah¨ª est¨¢, por ejemplo, toda la historia de la literatura.
¡ªTodo lo que no sea criticar a los nuestros es parapetarnos detr¨¢s de ellos.
¡ªCualquier cosa que hagamos molestar¨¢ a ese gremio irritable que llamamos los dem¨¢s.
¡ªEs mejor no hacerse la cama alg¨²n d¨ªa que creerse un h¨¦roe por hac¨¦rsela todos.
¡ªSabemos que nos queda menos tiempo por la rabia que nos da perderlo.
¡ªHacer una casa da un sentido a la vida. Porque es tu nido, porque es tu herencia, pero ante todo porque es tu t¨²mulo.
¡ªAprender a gozar del elogio, del halago, del triunfo: al fin y al cabo, nunca ser¨¢n lo suficientemente grandes para sobrepasarnos.
¡ªLa vida, como la literatura: empezar con ¨¦pica y terminar en picaresca.
¡ªUn ideal: mirar el mundo como se ve desde la ventanilla de un taxi.
¡ªNo recordamos con menor cari?o el dolor que el placer: la infelicidad de hoy es el recuerdo emotivo de ma?ana, y la felicidad de hoy ser¨¢ lo que has perdido.
¡ªUna de las escasas misericordias que tiene el tiempo es convertir nuestras rarezas en nuestras fuerzas: el sensible que lleg¨® a poeta, el calcul¨ªn que lleg¨® a ingeniero.
¡ªLlega un momento en que sabes que en tu vida ya no va a mejorar nada que no seas t¨².
¡ªUna medida del ¨¦xito mundano: nunca cenar con quien no te apetece.
¡ªNo ensuciemos con coartadas culturales el placer de viajar porque s¨ª. No busquemos la explicaci¨®n intelectual a una copa de vino. No nos detengamos a examinar los besos a la luz del pensamiento ilustrado. Hay cosas que no est¨¢n hechas para filosofar sino solo para agradecer.
¡ªAnte la duda, tus padres ten¨ªan raz¨®n.
¡ªDescubrir un placer sublime: renunciar a la ¨²ltima palabra.
¡ªHay una edad en la que los deseos empiezan a convertirse en nostalgias, y eso es triste. Pero ahora que lo pienso, hay tambi¨¦n una botella de blanco en la nevera, y eso no lo es.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.