Pilar Aymerich, fot¨®grafa: ¡°Todo es tan pol¨ªticamente correcto¡ El lenguaje se ha aplanado, todo es ¡®light¡±
Seis d¨¦cadas de incansable actividad legitiman a la gran retratista barcelonesa del feminismo, las luchas sociales y pol¨ªticas y la vida cultural en el tardofranquismo y la Transici¨®n para hablar de ¨¦tica, justicia, injusticia, verdad y mentira
Sentada en el sal¨®n-estudio de su preciosa casa modernista de Gran de Gr¨¤cia, Pilar Aymerich habla indistintamente en pret¨¦rito perfecto y en presente de indicativo. Mantendremos aqu¨ª la divertida confusi¨®n de tiempos verbales por respeto al apasionado discurso de esta incansable fot¨®grafa nacida en Barcelona en 1943 y tambi¨¦n por ser una buena f¨®rmula para tener presente en todo momento el pasado y, qui¨¦n sabe, incluso hasta extraer algunas ense?anzas. Ella imparti¨® unas cuantas. Lleva seis d¨¦cadas pisando las calles, desde aquellos finales de los sesenta tras haber vivido en Londres y Par¨ªs, y retratando su ciudad y a sus gentes. L¨ªderes sindicales y pol¨ªticos, colectivos feministas, manifestantes antifranquistas, travestis del Barrio Chino, gentes del teatro, la m¨²sica, el arte y la literatura o simplemente un balc¨®n, una torre o una sombra sobre las aceras conforman su personal memoria visual y tambi¨¦n la memoria colectiva de toda una ¨¦poca.
Ganadora del Premio Nacional de Fotograf¨ªa en 2021 ¡°por su trayectoria a pie de calle¡± y autora de im¨¢genes ic¨®nicas del tardofranquismo y la Transici¨®n ¡ªcomo aquella de una joven madre llevando a hombros a su peque?o en una manifestaci¨®n contra las leyes de adulterio mientras cuelga de su cuello un letrero que dice Jo tamb¨¦ soc adultera (¡°yo tambi¨¦n soy ad¨²ltera¡±)¡ª, Aymerich protagoniza ahora en el Centro de Arte Tecla Sala de L¡¯Hospitalet de Llobregat la reci¨¦n inaugurada exposici¨®n retrospectiva Memoria vivida.
Una vida de fotograf¨ªa: las diez favoritas de Pilar Aymerich
La fotograf¨ªa ?ha sido una forma de ganarse la vida o una forma de vida?
Ha sido una forma de vida.
?Separa a la Pilar Aymerich fot¨®grafa de la Pilar Aymerich ciudadana?
No. He vivido como fot¨®grafa, no de la fotograf¨ªa. Y claro, pues adem¨¢s me he ganado la vida, porque de alguna forma te la tienes que ganar.
Pero empez¨® estudiando teatro.
S¨ª, en la Escuela de Arte Dram¨¢tico Adri¨¤ Gual. Desde peque?a yo estaba muy perdida, no me gustaba este mundo. Era una ni?a muy callada y muy paradita, pero muy imaginativa, me inventaba historias sin parar, y acab¨¦ buscando otra vida en el teatro. Mi padre me llamaba El Mochuelo y dec¨ªa ¡°la ni?a mira mucho pero no habla¡±.
Hoy en d¨ªa, habr¨ªa a?adido ¡°hay que llevarla al psic¨®logo¡±.
S¨ª, s¨ª, exacto, ?ja, ja, ja! Pues a m¨ª me dec¨ªan ¡°vete a jugar con tus primos, que ya se te pasar¨¢¡±. Y un d¨ªa, con 17 a?os, le¨ª en el peri¨®dico que en el Liceo hac¨ªan un curso de interpretaci¨®n y decid¨ª apuntarme. Saqu¨¦ menci¨®n honor¨ªfica. Y me puse a buscar y entonces encontr¨¦ la escuela de Adri¨¤ Gual, que estaba en la c¨²pula del Coliseum. Ah¨ª conoc¨ª a Montserrat Roig, a Benet i Jornet, a Fabi¨¤ Puigserver¡ Aquello era m¨¢s que una escuela de teatro, era un centro antifranquista donde todos hicimos el aprendizaje de la cultura.
Le preguntaba lo de la ciudadana y la fot¨®grafa porque¡ ?usted consigue mirar la vida como una persona o su mirada est¨¢ viciada y entonces es siempre fotogr¨¢fica?
Yo creo que s¨ª, que est¨¢ viciada. A ver, yo me hice fot¨®grafa para contar historias, y en principio, sin mentir, aunque creo que hay que tener una ¨¦tica muy fuerte para eso. As¨ª que a m¨ª me ha pasado ir en el metro y pasarme tres paradas porque ten¨ªa delante de m¨ª a una persona que yo me dec¨ªa: ?Este que debe de ser, qu¨¦ har¨¢ en la vida, ad¨®nde ir¨¢? Hay toda una serie de signos dentro de la vida que me llevan a fabricar historias todo el tiempo. Y eso es una manera de vivir. Y escuchar. Escuchar las conversaciones de la gente en la plaza, en el metro, en un banco del parque¡ es tan interesante¡, y mirar a la gente dentro de las casas.
S¨ª, cuando miras una fachada resulta incre¨ªble la de historias que se te pueden ocurrir en torno a lo que imaginas que pueda estar haciendo la gente detr¨¢s de ella, ?no?
S¨ª. Al atardecer te paseas por aqu¨ª, por Gran de Gr¨¤cia, y miras todas esas casas con balcones y a eso de las siete, ?clin!, empiezas a ver una lucecita que se enciende, y luego otra, y otra, y dices, ah, la gente ya est¨¢ llegando de sus trabajos, y a eso de las nueve ves que ya se han encendido las luces en todas las ventanas. Y te imaginas historias, claro.
Ha mencionado la palabra ¡°¨¦tica¡±. ?Hasta qu¨¦ punto le influye a la hora de pensar y disparar una fotograf¨ªa? Godard dec¨ªa que el encuadre es una cuesti¨®n moral, ?est¨¢ de acuerdo?
Es una cuesti¨®n moral, absolutamente. La ¨¦tica, en la fotograf¨ªa, es imprescindible. Y adem¨¢s se nota, incluso en las caras de la gente que has fotografiado. Se nota la personalidad de quien ha fotografiado. Seg¨²n t¨² eres, fotograf¨ªas de una forma o de otra.
?Toda fotograf¨ªa es autorretrato, entonces?
Claro. Todo es autorretrato. En todo lo que hacemos nos estamos representando, porque en realidad lo que hacemos los fot¨®grafos documentalistas es intentar entender el mundo, esta basura de mundo en el que hay gente a la que le pasan cosas que t¨² puedes explicar. Y ah¨ª hay casi como una obligaci¨®n de no mentir. Y de no hacer la foto porque s¨ª y sea cual sea la circunstancia. Si no haces la foto, no pasa nada. Esas personas que hacen fotos de cualquier cosa en cualquier lugar¡, no.
?Est¨¢ hablando de la agresi¨®n que puede suponer el acto de fotografiar?
Claro, porque a veces el personaje no da, o no le gusta que le hagan fotos, o no es el momento. Para m¨ª, la fotograf¨ªa es, en efecto, una agresi¨®n, y si el personaje en ese momento no est¨¢ bien, pues vuelves otro d¨ªa. O no le haces la foto. Me gusta poder hacer las fotos a alguien a quien he ido a retratar, pero puedo vivir sin ellas. A ver, por eso he sido free lance toda la vida, porque claro, si llego a la redacci¨®n y digo: ¡°No me ha dado la gana de hacer la foto¡±, pues me despiden. El hecho de poder decir ¡°no¡± para m¨ª siempre ha sido un privilegio.
¡°Me gusta el arte de Pilar Aymerich: respeta a su oponente¡±. Lo escribi¨® en 1978 en EL PA?S el periodista y ensayista barcelon¨¦s Llu¨ªs Permanyer.
Imag¨ªnate¡
?Cree que eso la define?
S¨ª, creo que tengo mucho respeto y no quiero herir. La fotograf¨ªa hiere mucho, pero yo nunca he sido agresiva, solo he buscado gente interesante, gente que me haga disfrutar haci¨¦ndole fotos, no imb¨¦ciles que pasaban por ah¨ª. Casi siempre he hecho fotos a la gente con la que he estado de acuerdo.
Ufff, a menudo eso debe de ser complejo. Por el elevado n¨²mero de imb¨¦ciles, me refiero.
Cada vez hay m¨¢s imb¨¦ciles [risas]. Vivimos un tiempo en el que tenemos que ir con un candil buscando gente interesante.
Cada vez hay m¨¢s imb¨¦ciles. Vivimos un tiempo en que tenemos que ir con un candil buscando gente interesante
Va otra frase: ¡°Pilar Aymerich muestra el rostro de nuestro pa¨ªs sin sublimarlo ni ridiculizarlo¡±. Montserrat Roig.
Ya.
Parece obvio, pero no lo es. ?D¨®nde est¨¢ y c¨®mo se las ha apa?ado para dar con el punto de equilibrio donde las cosas no son campanudas pero donde tampoco hacer sangre?
En realidad yo creo que busco la belleza. Pero no la belleza del florero, no: la belleza de la persona. Incluso en los momentos m¨¢s dif¨ªciles hay unos personajes a los que les salen de dentro el ser buenas personas, y si t¨² sabes captar eso, pues¡
Para eso hay que tener sensibilidad y adem¨¢s saber buscarse la vida. Usted lo hac¨ªa sin parar, ?no?
Bueno, yo he pensado mucho las fotos y he llegado con mucho tiempo a los sitios donde iba a hacerlas, he mirado, he reflexionado y, cuando ha llegado el momento, he disparado. Y cuando ten¨ªa que hacer fotos de manifestaciones como estas [se gira y se?ala dos que tiene colgadas en su sal¨®n-estudio, una de l¨ªderes sindicalistas desfilando por Barcelona y otra que muestra una marea de senyeras hasta ese momento prohibidas, en plena Diada, ambas de 1976], pocas veces hac¨ªa la cabecera de la manifestaci¨®n, no me interesaba. Hab¨ªa un instinto, y me met¨ªa dentro de la manifestaci¨®n y esperaba, esperaba, hac¨ªa lo que dec¨ªa Doisneau: ¡°Voy a pescar¡±. Pescar es una cuesti¨®n de paciencia. Sab¨ªa que en alg¨²n momento pasar¨ªa algo y que ese algo explicar¨ªa el sentido de aquella manifestaci¨®n. Y adem¨¢s contaba con las porteras, que han sido siempre mis aliadas.
Perd¨®n, ?puede explicar eso?
Claro, por ejemplo, cuando ten¨ªa que hacer fotos de eso, de una manifestaci¨®n como aquella de las banderas, pues yo me plantaba all¨ª y le dec¨ªa a la portera: ¡°?Me dejar¨ªa subir al terrat?¡±, y ella me contestaba: ¡°Ven, guapa, ven, ?qu¨¦ haces, a qu¨¦ te dedicas?¡±. Y yo: ¡°Nada, es que tengo que hacer unas fotos y tal y cual¡±. Las porteras han sido mis grandes aliadas, sin ellas no habr¨ªa podido fotografiar muchas cosas.
¡°Las porteras han sido mis grandes aliadas¡± podr¨ªa ser un gran titular para esta entrevista.
?Ja, ja, ja, ja! Desde luego que s¨ª.
A eso que cuenta se lo llama buscarse la vida.
Claro. Y as¨ª hice la foto del bosque de banderas. Pero para todo esto, yo creo que hay que reflexionar. Y trabaj¨¢rselo. Ya digo, yo llegaba a los sitios una hora antes, miraba por d¨®nde vendr¨ªa la luz cuando pasaran los manifestantes, y por d¨®nde pasar¨ªan exactamente, como cuando hice aquella foto de las mujeres pasando por delante del cine Comedia y protestando contra las pel¨ªculas aquellas del destape. Todo aquello lo preparas, claro. No es que est¨¦s mintiendo, porque aquello est¨¢ pasando de verdad, pero es que dentro de lo que pasa yo estoy explicando una historia, que en el fondo es la historia m¨ªa.
?La ayud¨® en eso haber estudiado teatro?
S¨ª, claro.
En lo relativo al sentido escenogr¨¢fico, se supone.
Desde luego. Peter Stein, un dramaturgo alem¨¢n, dec¨ªa que en el teatro, durante unos segundos, atraviesa el escenario una bola de plata. Que quiere decir el momento culminante. Yo siempre he esperado la bola de plata y sigo esper¨¢ndola, para poder hacer la foto en el momento justo. Ese momento en el que el espectador mantiene la respiraci¨®n. En todo acontecimiento social hay un inicio, un punto culminante y un final. El fot¨®grafo aspira al punto culminante. Pero para eso tienes que haber estudiado la escenograf¨ªa, lo que quieres contar y la posibilidad de¡, a ver, yo reconozco que encuadro muy poco. Si se miran mis negativos se ve que yo encuadro con la mirada, no despu¨¦s en el laboratorio. En el laboratorio reflexiono. Reflexiono sobre si lo que he contado es lo que quer¨ªa contar.
El actor de teatro, en un momento dado, tiene que dejar los bastidores para irrumpir en escena. ?Ha tenido esa sensaci¨®n como fot¨®grafa en las calles?
Claro, ese momento clave, ese momento en el que pasan las cosas¡, entonces eres t¨² y solo t¨² la que est¨¢ actuando, ?catacrac!, y entonces sales. Y ya no piensas en si has hecho una buena foto o no. Dices: ¡°?La tengo!¡±. Lo sabes.
?Lo sabes¡ en tiempo real?
En tiempo real. Claro que luego te metes en el laboratorio, revelas, te llevas sorpresas a veces y todo eso, pero normalmente cuando haces ?clic!, dices ¡°ya est¨¢¡±.
A veces he llegado a casa despu¨¦s de hacer seg¨²n qu¨¦ fotos, he dejado la c¨¢mara y me he echado a llorar
Parece dif¨ªcil pensar que haya una ¡°objetividad¡± o una ¡°frialdad¡± en sus fotograf¨ªas. ?Hasta qu¨¦ punto se involucra en los temas y en sus personajes?
Hasta el punto de¡, bueno, es que hay algo muy importante, y es que tienes que sentir. Yo a veces he llegado a casa despu¨¦s de hacer seg¨²n qu¨¦ fotos, he dejado la c¨¢mara encima de la mesa del laboratorio y me he echado a llorar. A lo mejor porque mientras estaba trabajando no me pod¨ªa permitir emocionarme, pero esos inputs de emoci¨®n est¨¢n ah¨ª, y acaban saliendo.
?Puede ponerme un ejemplo?
Pues cuando fui a la c¨¢rcel de mujeres de la Trinidad, donde hab¨ªa mujeres de un extracto social muy bajo. Entr¨¦ cuando estaban ya en r¨¦gimen de autogesti¨®n, se hab¨ªan ido las monjas que llevaban aquello. Ve¨ªas la represi¨®n enorme de comportamiento y de lenguaje que hab¨ªan sufrido aquellas mujeres. Una de ellas me pregunt¨®: ¡°Pilar, si yo soy mala, ?mis hijos tambi¨¦n lo ser¨¢n?¡±. Aquellas monjas les dec¨ªan que eran unas pecadoras y que sus hijos tambi¨¦n lo ser¨ªan. Aquellas mujeres eran gente en el culo del mundo y convencidas de que eran una mierda, pero las fotos les devolv¨ªan su identidad.
?Ha sido una fot¨®grafa objetiva o ha sido una fot¨®grafa militante y, por lo tanto, subjetiva?
Hasta cierto punto, militante. No he militado nunca en ning¨²n partido, aunque me han insistido mucho para hacerlo. He estado siempre a la izquierda, pero nunca en un partido. Eso lo he tenido siempre clar¨ªsimo, porque si est¨¢s haciendo fotos no creo que puedas permitirte ese lujo. Yo dir¨ªa que he sido una fot¨®grafa subjetiva dentro de una ¨¦tica. Hay una l¨ªnea muy fina que, si la pasas, est¨¢s perdida. Prefiero no hacer una foto que equivocarme. Hay que tener mucho cuidado, est¨¢s trabajando con seres humanos en situaciones delicadas, no te puedes equivocar.
?Se ha equivocado en alguna foto?
Estoy rebobinando y¡ creo que afortunadamente no. Tambi¨¦n he de decir que siempre he fotografiado a personas que estaban dentro de mi realidad, quieras que no, de una realidad que conoc¨ªa bien. Creo que motos me han vendido muy pocas.
?C¨®mo era lidiar con la censura y la represi¨®n franquistas?
Yo volv¨ª de Francia en 1968 y me puse a hacer fotos. Ten¨ªa los negativos escondidos en el armario de los zapatos y las hojas de contacto en un caj¨®n escondido de otro mueble, porque me aterraba que mis fotos de l¨ªderes sindicales o pol¨ªticos de izquierdas pudieran ser descubiertas por la Polic¨ªa y utilizadas un d¨ªa como prueba contra ellos, as¨ª que en esos contactos les pon¨ªa siempre una franja negra en los ojos. Y luego, claro, estaba siempre el miedo de que te cogieran y te llevaran a la comisar¨ªa de Via Laietana. All¨ª tu integridad corr¨ªa peligro. Pero bueno, en las manifestaciones tomabas tus precauciones, y luego jugaba con ventaja por ser mujer, porque los polic¨ªas me ve¨ªan y yo creo que pensaban: ¡°?Qu¨¦ har¨¢ esta chica por aqu¨ª?¡±, porque como no hab¨ªa mujeres haciendo fotos¡
Y adem¨¢s llevaba tacones.
S¨ª, tacones y bolsito, para disimular mejor. Bueno, si sab¨ªa que iba a tocar correr, entonces no.
?Hoy hay censuras?
S¨ª, pero creo que son ya m¨¢s personales. T¨² te autocensuras. Llega un momento en que todo es tan pol¨ªticamente correcto¡ El lenguaje se ha aplanado. Todo es light. Y mucha gente se apunta al carro de lo que toca decir.
Usted ya hac¨ªa feminismo en los a?os sesenta y setenta, cuando de verdad hab¨ªa que tener arrestos y se pod¨ªa acabar en comisar¨ªa.
No, yo ya hac¨ªa feminismo en el colegio de monjas. Yo odiaba a las monjas. Organic¨¦ all¨ª un grupito con amigas, con unos carnets y todo, era un grupo contra las monjas, era como una especie de rebeli¨®n en el colegio.
O sea, que ven¨ªa pegando¡
Ya era feminista, sin saberlo. Esto les pas¨® a muchas mujeres de mi generaci¨®n, que ¨¦ramos feministas sin saberlo. Chicas que no est¨¢bamos de acuerdo con la sociedad que nos propon¨ªan, ni con los estudios que nos propon¨ªan. A m¨ª, lo que estudi¨¦ no me sirvi¨® absolutamente para nada, fueron a?os perdidos, y a?os de mucho miedo, yo estaba muy asustada, a m¨ª se me aparec¨ªa el demonio por las noches y los ¨¢ngeles se me llevaban, porque siempre estabas haciendo pecados, te ten¨ªas que confesar todo el tiempo, sin tener claro si hab¨ªas pecado o no¡ Recuerdo una tristeza que no era normal en una ni?a, y una opresi¨®n que al final te conforma la personalidad. Por eso me met¨ª en el teatro, porque era una vida que no era la m¨ªa. Y de ah¨ª a la fotograf¨ªa. Yo supe buscarme la vida, otra vida, pero muchas mujeres de aquella ¨¦poca se perdieron, hubo mucha gente a la que se le hizo ya tarde para poder ser feliz¡, hubo cantidad de vidas rotas.
Vidas rotas las ha habido muchas, femeninas y masculinas.
Por supuesto¡, pero yo creo que con los hombres eso ha sido distinto. No digo que mejor o peor, pero distinto. Hemos tenido una educaci¨®n distinta, hemos sufrido cosas distintas, ?ya no te digo en otros pa¨ªses! Por eso yo siempre he dicho que he fotografiado con ojos de mujer, ni mejor ni peor que un hombre, pero yo he pasado unas experiencias que un hombre no ha pasado. El hombre y la mujer son distintos, y no establezco ning¨²n tipo de comparaci¨®n, ni uno es mejor que la otra o al rev¨¦s. Somos distintos.
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