Proteger el arte en Ucrania de las bombas rusas
Ucrania denuncia el expolio de m¨¢s de 2.000 obras, mientras Rusia reactualiza el arcaico concepto del bot¨ªn de guerra, infringiendo as¨ª todos los acuerdos internacionales.
Ucrania est¨¢ intentando proteger su patrimonio hist¨®rico y sus colecciones de arte del ataque ruso con las mismas estrategias que invent¨® Josep Renau (1907-1982) para salvar el tesoro art¨ªstico del Museo del Prado en la guerra civil espa?ola. Cartelista y director de Bellas Artes entre 1936 y 1939, Renau estudi¨® el tipo de bombas que usaba la aviaci¨®n franquista. Las incendiarias eran las peores, y entendi¨® pronto que la tierra, y no el agua, era la forma de apagar el fuego. Por eso los museos ucranios se resguardan con sacos terreros. Las bengalas, debido al calor, recalentaban los marcos y afectaban a la superficie pict¨®rica. Madrid era entonces un campo de pruebas de la aviaci¨®n nazi, que lanz¨® sobre la ciudad nuevos artefactos que Renau nunca pudo identificar. Pero s¨ª observ¨® que las obras se quejaban por el eco expansivo de las deflagraciones. Las pinturas sufr¨ªan fisuras (craquelado). La estrategia ¡ªigual que en Ucrania¡ª fue separarlas. Algunas se resguardaron en s¨®tanos y unos 600 tesoros esenciales se transportaron de Madrid a Valencia y de all¨ª a Barcelona y Figueras. Y finalmente, en 1939, por tren, a Ginebra (Suiza), bajo la protecci¨®n de la Sociedad de Naciones.
El presidente ucranio, Volod¨ªmir Zelenski, asegur¨® a principios de mayo que desde febrero el Ej¨¦rcito ruso ha destruido o da?ado unos 200 espacios de patrimonio cultural. ¡°Cuando destruyes un aut¨¦ntico s¨ªmbolo de una cultura [pensemos en la biblioteca de Sarajevo], garantizas que en dos o tres generaciones regresar¨¢ la guerra¡±, expone Mayte Garc¨ªa, conservadora adjunta del Museo de Arte e Historia de Ginebra. Imposible que Rusia ignore el sentido identitario del arte.
Las autoridades ucranias denuncian que las tropas rusas han expoliado, acorde con datos de The Guardian, m¨¢s de 2.000 obras solo en Mariupol. ¡°El bot¨ªn de guerra existe desde la antig¨¹edad y los rusos no devuelven nada¡±, lamenta Manuela Mena, historiadora del arte retirada y una de las grandes expertas mundiales en Goya. Rusia tiene antecedentes. El Museo de San Petersburgo posee, al menos, 35 dibujos, litograf¨ªas y acuarelas de Goya saqueadas en la II Guerra Mundial al coleccionista Otto Gerstenberg. Putin se niega a devolverlas a Alemania.
Alguien que propugna querer desnazificar un pa¨ªs recuerda al mariscal nazi Hermann G?ring: ¡°En los viejos tiempos, la regla era el saqueo¡±, sosten¨ªa. ¡°Ahora, las formas externas se han hecho m¨¢s humanas. No obstante, tengo la intenci¨®n de saquear y de hacerlo copiosamente¡±. Antes de suicidarse, cumpli¨® su palabra. The New York Times adelant¨® el robo de una extraordinaria colecci¨®n de piezas de oro escitas (siglo IV antes de Cristo) que atesoraba el Museo de Historia Local de Melitopol. Se cree que los objetos saqueados incluyen al menos 198 adornos de oro en forma de flor, placas de oro y monedas de plata de 300 a?os. ¡°Lo frustrante es que las reclamaciones de la Unesco no sirven de nada. Lviv (Ucrania) como Alepo (Siria) son patrimonio de la humanidad. Ambas destruidas¡±, reflexiona Miguel Caba?as, jefe del Departamento de Historia del Arte y Patrimonio del Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC).
La guerra ya ha cambiado la geopol¨ªtica del arte. Rusia quedar¨¢ fuera de los intercambios de obras. Pero en algunos museos se empieza a proponer un sistema exclusivo de la Uni¨®n Europea, en el que Polonia y Hungr¨ªa (por sus posturas contrarias a derechos esenciales) quedar¨ªan fuera.
Sobra preguntar. ?Est¨¢n en peligro el patrimonio y las colecciones de los pa¨ªses cercanos a Rusia? ¡°S¨ª, por supuesto¡±, advierte Mayte Garc¨ªa. El arte es a la vez patria y exilio.
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