Calvi?o y Escriv¨¢, duelo de ortodoxos por el escudo social
Toda la semana se debati¨® cu¨¢ndo decretar la alarma y, sobre todo, cu¨¢nto se gasta en proteger a los trabajadores afectados
La crisis del coronavirus desarma todas las l¨®gicas. Incluida la pol¨ªtica. La discusi¨®n central dentro del Gobierno, que se reprodujo en el Consejo de Ministros del s¨¢bado, pero, sobre todo, en la Comisi¨®n Delegada de Asuntos Econ¨®micos del viernes, se centra en la intensidad de las medidas de apoyo a los trabajadores que van a perder su empleo o sus ingresos en estos d¨ªas de colapso econ¨®mico. La l¨®gica hac¨ªa pensar que el PSOE iba a colocarse en un lado y Unidas Podemos en otro. Pero no fue exactamente as¨ª. La discusi¨®n m¨¢s intensa sobre las medidas de protecci¨®n que hay que tomar, lo que los ministros ya llaman ¡°escudo social¡±, se produjo entre Nadia Calvi?o, vicepresidenta econ¨®mica, y Jos¨¦ Luis Escriv¨¢, ministro de Seguridad Social. Ambos elegidos por Pedro S¨¢nchez, pero independientes y en teor¨ªa representantes del ala ortodoxa. En la comisi¨®n delegada mantuvieron un cruce muy duro.
Del lado de Calvi?o se coloc¨® Mar¨ªa Jes¨²s Montero, preocupada por el impacto en las cuentas p¨²blicas de unas medidas que pueden suponer una parte importante del PIB (Italia prepara ayudas de unos 1.400 euros de media por familia, seg¨²n La Repubblica). Y del lado de Escriv¨¢ estaban muy claramente los ministros de Unidas Podemos Yolanda D¨ªaz y Alberto Garz¨®n. Pero socialistas como Jos¨¦ Luis ?balos, titular de Transportes, y Reyes Maroto, titular de Industria, muy preocupada por el desplome de la actividad, apretaron con la necesidad de tomar medidas de impacto de inmediato, aunque eso suponga un gran agujero en las cuentas.
En el Consejo de Ministros, ya con S¨¢nchez ¡ªque siempre tiende a buscar posiciones intermedias¡ª, la discusi¨®n fue algo m¨¢s suave, pero todos coinciden en que el debate sobre la intensidad de las medidas econ¨®micas es la clave. De hecho, despu¨¦s del consejo se ha seguido discutiendo al respecto.
S¨¢nchez comenz¨® la reuni¨®n del s¨¢bado pidiendo una reflexi¨®n general sobre la situaci¨®n. Y como son 21 personas ¡ªfaltaban solo las dos contagiadas de la Covid-19, Irene Montero y Carolina Darias¡ª esta fase se alarg¨® much¨ªsimo, casi tres horas. Los ministros de Unidas Podemos presentes ¡ªPablo Iglesias, Yolanda D¨ªaz, Alberto Garz¨®n y Manuel Castells¡ª hicieron un ¨²ltimo intento para convencer a los dem¨¢s de que no se pod¨ªa aprobar el estado de alarma sin acompa?arlo ese mismo d¨ªa de medidas econ¨®micas, porque la alarma tiene unas consecuencias clar¨ªsimas para la econom¨ªa. Pero esa batalla estaba perdida, al menos el s¨¢bado.
Tanto la vicepresidenta Calvi?o como la ministra Montero dejaron claro que las medidas no estaban listas, que necesitaban m¨¢s discusi¨®n t¨¦cnica y sobre todo una memoria econ¨®mica del impacto de cada una en las cuentas. Los ministros socialistas que quieren ir m¨¢s r¨¢pido y los de Unidas Podemos insist¨ªan en que habr¨¢ que endeudarse y buscar la flexibilidad que la Comisi¨®n Europea parece dispuesta a conceder para hacer frente a una hecatombe econ¨®mica que nadie se atreve a cuantificar. Quedaron en evidencia as¨ª no solo las discrepancias entre el equipo econ¨®mico y Unidas Podemos, sino dentro del propio PSOE, donde unos creen que hay que tener cuidado de que no se descontrole el gasto y otros ven imprescindible asumir un riesgo mayor para salir m¨¢s r¨¢pidamente de la crisis con el aval del BCE. La discusi¨®n sobre esas medidas sigue, pero el s¨¢bado la decisi¨®n de que solo habr¨ªa un decreto de alarma ya estaba tomada y hablada entre Carmen Calvo, Calvi?o y Montero. Calvo cerr¨® el debate con la idea de que solo se aprobar¨ªa el decreto de alarma. Y entonces empez¨® un largu¨ªsimo an¨¢lisis punto por punto del decreto. El texto se hab¨ªa terminado de madrugada. Muchos ministros lo recibieron, seg¨²n relatan, a las tres o cuatro de la madrugada. Apenas pudieron leerlo antes del consejo, algo muy inusual. As¨ª que se pusieron a analizar cada punto y a cambiar detalles. Hay muchos juristas entre los ministros, as¨ª que las discusiones se hac¨ªan eternas. Y mientras, fuera se disparaban las especulaciones.
El consejo es un b¨²nker aislado. No hay m¨®viles ni entra nadie. As¨ª que mientras los espa?oles discut¨ªan los detalles del decreto, cuyo borrador ya hab¨ªa publicado la prensa, ellos discut¨ªan como si nada. Hasta que hubo un receso para comer algo, y los ministros se acercaron a sus m¨®viles. Algunos ten¨ªan hasta 300 mensajes. El malestar era enorme. La vicepresidenta Carmen Calvo amenaz¨® con represalias. ¡°Esta no es la primera vez que se filtra un documento. Esto es un delito. Vamos a encontrar al culpable, porque ha dejado pistas¡±, amenaz¨®.
El debate segu¨ªa sobre el contenido del decreto ¡ªse discuti¨® hasta el detalle de las peluquer¨ªas, se acord¨® dejarlas abiertas, pero finalmente se cerrar¨¢n ante el esc¨¢ndalo causado por esta decisi¨®n¡ª, pero tambi¨¦n de fondo sobre el mensaje que se quer¨ªa lanzar. Algunos de los ministros juristas estaban preocupados por medir muy bien los pasos para que este decreto no pueda ser utilizado en el futuro para restringir las libertades en un caso no tan extremo como este. ¡°En alg¨²n momento era como redactar una sentencia, que se debate as¨ª, punto por punto¡±, sentencia un ministro.
Al final, y pese a la tensi¨®n sobre las medidas econ¨®micas, el consejo evit¨® la ruptura. Hay discusiones fuertes, y seguir¨¢n estos d¨ªas, hasta que se aprueben las medidas el martes. De hecho, dirigentes de Unidas Podemos se lanzaron el domingo a las redes sociales a presionar para que las medidas vayan m¨¢s lejos, en la senda italiana. Pero la coalici¨®n aguanta y la emergencia es de tal calibre que ya nadie quiere mirar atr¨¢s ni pensar en si ten¨ªan que haber declarado la alarma antes. Despu¨¦s de una semana con dudas, siempre detr¨¢s de los expertos que a su vez dudaban, todo cambi¨® el viernes con la frase con la que arranc¨® S¨¢nchez la comisi¨®n interministerial: ¡°Estoy pensando seriamente en decretar el estado de alarma, y quiero escucharos¡±. Ese giro de 180 grados abre paso a un tiempo completamente nuevo para el Gobierno y para el pa¨ªs.
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