La pregunta del oto?o pol¨ªtico valenciano
En septiembre se cumple el plazo comprometido por Pedro S¨¢nchez con el diputado de Comprom¨ªs Joan Baldov¨ª para poner sobre la mesa una propuesta de nuevo modelo de financiaci¨®n auton¨®mica
Con sus cerca de cinco millones de habitantes, la Comunidad Valenciana es la cuarta autonom¨ªa m¨¢s poblada de Espa?a, por detr¨¢s de Andaluc¨ªa, Catalu?a y Madrid. Seg¨²n los datos vigentes en la convocatoria de las elecciones generales de noviembre de 2019 ¡ª¨²ltimos comicios celebrados¡ª el censo electoral valenciano supera, de lejos, la cifra de tres millones y medio de ciudadanos con derecho a voto.
Los resultados de los comicios auton¨®micos celebrados el pasado a?o permiten al PSOE gobernar, en solitario o en coalici¨®n, en nueve comunidades aut¨®nomas: Castilla-La Mancha, Arag¨®n, Canarias, Navarra, Extremadura, Baleares, La Rioja, Asturias y la Comunidad Valenciana. De todas ellas, como suelen destacar los analistas pol¨ªticos, la que m¨¢s peso electoral tiene para los socialistas es la autonom¨ªa valenciana.
La marca PSOE perdi¨® el poder en Andaluc¨ªa, tras cuatro d¨¦cadas ininterrumpidas de omnipresencia en el sur; no toca bola en Castilla y Le¨®n desde 1987; en Catalu?a y Pa¨ªs Vasco depende de socios nacionalistas y no siempre con ¨¦xito. En la joya de la corona, Madrid, Joaqu¨ªn Leguina tiene el honor de haber sido el primer y ¨²nico presidente de signo socialista, y abandon¨® el cargo en 1995 para dar paso al PP. Un cuarto de siglo despu¨¦s, el basti¨®n capitalino se ofrece inexpugnable para el PSOE, ya sea en solitario o en comandita con otras fuerzas de la izquierda espa?ola.
Con estos datos parece sensato pensar que la madre nodriza PSOE y el gobierno del Estado presidido por Pedro S¨¢nchez, secretario general, a su vez, del PSOE, se volcar¨ªan en gestos hacia la Comunidad Valenciana, respaldar¨ªan a su bar¨®n aut¨®ctono, Ximo Puig, y reforzar¨ªan lazos con su filial auton¨®mica, el PSPV-PSOE. Por el contrario, parece de todo punto suicida descuidar a la Comunidad Valenciana, frustrar sus demandas, no atender sus ecu¨¢nimes reivindicaciones y contribuir, por acci¨®n u omisi¨®n, a que se perpet¨²e una situaci¨®n objetivamente lesiva que se traduce, b¨¢sicamente, en una financiaci¨®n injusta y un esfuerzo inversor insuficiente. No hace falta insistir en que Pedro S¨¢nchez y Puig no son los mejores amigos.
?Cu¨¢l es la opci¨®n elegida por el PSOE y el Gobierno central? La suicida. Como si anduviesen sobrados de poder territorial ¡ªqueda claro que no es as¨ª¡ª y plenos de confianza en que eso va a cambiar cuando el pr¨®ximo mes de julio Galicia y Pa¨ªs Vasco acudan a las urnas y hagan lo propio, unos meses despu¨¦s, en fecha a¨²n por concretar, los catalanes.
Las tendencias demosc¨®picas no indican que las posibilidades de ¨¦xito electoral de las siglas socialistas se disparen en Galicia, donde el PP de N¨²?ez Feij¨®o mantiene su fortaleza, mientras en el Pa¨ªs Vasco las opciones de ¨¦xito del PSOE se reducen a ejercer de muleta de un ejecutivo liderado por el PNV. Por lo que respecta a Catalu?a, est¨¢ por verse que un tripartito de ERC, PSC y los Comunes tenga posibilidades y viabilidad.
Mientras el PSOE y el Gobierno socialista, en comuni¨®n con Unidas Podemos, siguen ninguneando a la Comunidad Valenciana, por m¨¢s que su presidente y secretario general del PSPV-PSOE, Ximo Puig, se esfuerce en transmitir una situaci¨®n de normalidad, lealtad y colaboraci¨®n ¡ªcogobernanza, le llaman ahora¡ª, los nacionalistas de Comprom¨ªs han alzado las lanzas para recuperar el terreno y los votos perdidos tras cinco a?os de prudencia institucional. La prudencia que exige formar parte de un Consell -el Gobierno del Bot¨¢nico- en el que comparten responsabilidades ejecutivas con el PSPV-PSOE y Unidas Podemos.
Un ligero vistazo a las redes sociales es suficiente para comprobar el tono subido y la ira indisimulada que embarga a los votantes y simpatizantes de la coalici¨®n Comprom¨ªs. Las voces que reclaman la ruptura del acuerdo bot¨¢nico para que la coalici¨®n nacionalista regrese a las barricadas pol¨ªticas se multiplican por d¨ªas. Alientan la disoluci¨®n del pacto y el enfrentamiento con el PSOE a cara de perro. Tambi¨¦n los hay que designan a los l¨ªderes de Comprom¨ªs con el poco sutil mote de pagafantas, en su af¨¢n por descalificar el recurrente apoyo de estos al socialismo patrio.
El pr¨®ximo mes de septiembre se cumple el plazo de ocho meses comprometido por Pedro S¨¢nchez con el diputado de Comprom¨ªs Joan Baldov¨ª para poner encima de la mesa de negociaci¨®n una propuesta de nuevo modelo de financiaci¨®n auton¨®mica que satisfaga las demandas valencianas. A cambio de dicha promesa Baldov¨ª apoy¨® la investidura de S¨¢nchez el pasado mes de enero.
?Qu¨¦ suceder¨¢ si llega el oto?o y lo que no arriba es la oferta comprometida? ?C¨®mo defender¨¢n los dirigentes de Comprom¨ªs mantener el acuerdo en el Consell si no se agilizan los plazos para la aprobaci¨®n de un nuevo modelo de financiaci¨®n?
C¨®mo se resuelvan estas preguntas marcar¨¢ el devenir de la pol¨ªtica valenciana en el futuro inmediato.
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