?Qui¨¦n acab¨® con el fiscal Stampa?
El investigador que destap¨® la mayor trama de corrupci¨®n pol¨ªtica y policial de la democracia es apartado de Anticorrupci¨®n tras el acoso de Villarejo y la ultraderecha
El ¨²ltimo viaje de Ignacio Stampa como fiscal anticorrupci¨®n es a la prisi¨®n de Estremera, situada a 80 kil¨®metros de Madrid. Ya se sab¨ªa entonces ¡ªviernes 23 de octubre¡ª que su suerte estaba echada, pero a¨²n no se conoc¨ªa hasta qu¨¦ punto las cartas hab¨ªan sido marcadas. El fiscal, que junto a su colega Miguel Serrano investigan desde hace m¨¢s de tres a?os el mayor entramado de corrupci¨®n pol¨ªtica, policial y empresarial de la actual etapa democr¨¢tica, se presenta en el centro penitenciario Madrid VII con la intenci¨®n de registrar la celda del comisario Jos¨¦ Manuel Villarejo, encarcelado desde noviembre de 2017 como cabecilla de una red corrupta.
Stampa va acompa?ado de dos polic¨ªas, dos funcionarios de prisiones, un secretario judicial, un enfermero y una doctora por si hay que asistir al preso, delicado de salud. El comisario jubilado oye el rumor de pasos que se acercan por la galer¨ªa y se pone de pie. Al percatarse de que al frente de la comitiva est¨¢ el fiscal Ignacio Stampa, quien desde hace meses sufre una campa?a de ataques cruzados con el objetivo de dejarlo fuera de la investigaci¨®n, el viejo polic¨ªa le lanza una pulla:
¡ªAh, ?pero todav¨ªa no te han despedido?
Villarejo sabe que la fruta ya est¨¢ madura. Solo es cuesti¨®n de tiempo.
La reconstrucci¨®n de los ocho d¨ªas que suceden al registro de aquella celda demuestra hasta qu¨¦ punto la operaci¨®n para derribar a Ignacio Stampa responde a una concatenaci¨®n de intereses, odios y sospechas alimentadas desde un lado y otro de la ley. Los fiscales Stampa, de 46 a?os, y Miguel Serrano, de 63, han sido capaces durante los ¨²ltimos tres a?os y medio de seguir el rastro de una denuncia sin demasiada relevancia ¡ªun asunto de tr¨¢fico de influencias y corrupci¨®n policial para favorecer a un empresario con intereses en Guinea Ecuatorial¡ª hasta convertirla en la gran causa contra la corrupci¨®n pol¨ªtica, policial y empresarial en Espa?a. En medio est¨¢ Villarejo y su grabadora siempre encendida, pero alrededor se mueve ¡ªen palabras de los propios fiscales¡ª ¡°un clan policial mafioso cuya finalidad primordial es conseguir beneficios econ¨®micos e influencia en c¨ªrculos pol¨ªticos, judiciales y period¨ªsticos con la finalidad de obtener la impunidad de su actuaci¨®n delictiva¡±.
Desde un peque?o despacho en el centro de Madrid, Stampa y Serrano van consiguiendo poner cara y apellidos a los inductores y beneficiaros de ese ¡°clan mafioso¡±. Instruyen hasta 28 l¨ªneas de investigaci¨®n ¡ªlo que en jerga judicial se conoce como piezas separadas¡ª y por la Audiencia Nacional empieza a desfilar una corte muy variopinta de investigados. Empresarios, banqueros, ministros, jefes de la llamada polic¨ªa patri¨®tica, l¨ªderes pol¨ªticos de la derecha y de la izquierda. Hasta el rey Juan Carlos, en virtud de los datos recogidos por los fiscales, forma parte de la n¨®mina de sospechosos, pero se libra gracias a la inviolabilidad de que disfrut¨® durante su etapa como jefe del Estado.
Algunos de los imputados acuden a la Audiencia Nacional escoltados por car¨ªsimos abogados que poco tiempo atr¨¢s luc¨ªan all¨ª mismo la toga de magistrados o fiscales.
El camino se hace cada vez m¨¢s pedregoso y hay un momento en que sobre la instrucci¨®n empiezan a caer flechas. Son disparadas desde las cloacas del Estado que representa Villarejo, pero tambi¨¦n desde los despachos de la alta pol¨ªtica. Un juez de la Audiencia Nacional que instruy¨® hace a?os un grave caso de corrupci¨®n pol¨ªtica recuerda que lo peor de las presiones recibidas no estaba fuera, sino dentro: ¡°Los compa?eros te sugieren que no te metas en l¨ªos¡±. La situaci¨®n se agrava hasta l¨ªmites dif¨ªcilmente soportables cuando el ataque llega desde las propias filas. El viejo comisario lo sabe.
¡ªEh, podemita, ?no toques mis papeles! ?Todav¨ªa no te ha echado tu jefa? Deben de tener muy acojonada a mi amiga Lola [la fiscal general del Estado, Dolores Delgado].
Los testigos de la escena confirman que la situaci¨®n se va calentando en el interior de la celda. Villarejo insulta al fiscal, le grita, se acerca cada vez m¨¢s. Stampa pide a los funcionarios que lo aparten unos metros hasta que concluya el registro.
Desde que fue detenido hace ahora tres a?os, el comisario jubilado sigue dando guerra desde la c¨¢rcel. Nunca ha dejado de enredar y denunciar nuevas conspiraciones, y ¨²ltimamente no para de insultar a los fiscales anticorrupci¨®n, a los que acusa de filtrar pasajes del sumario, aunque en realidad sea ¨¦l ¡ªcomo se ha acreditado a lo largo de la investigaci¨®n¡ª quien sigue difundiendo informaciones obtenidas ilegalmente mezcladas con bulos imposibles de verificar.
Los ¨²ltimos interrogatorios a Villarejo, por videoconferencia entre la Audiencia y la c¨¢rcel de Estremera, se enredan en duros reproches del comisario a los fiscales, que le interrogan sin perder la paciencia. Villarejo alega indefensi¨®n, quiere conocer los documentos y grabaciones que le han incautado y que los fiscales esgrimen contra ¨¦l. En las ¨²ltimas semanas, el comisario no ha perdido la ocasi¨®n para acusar a Stampa de favorecer a Podemos y filtrar partes del sumario donde est¨¢ imputado por delitos de blanqueo, tr¨¢fico de influencias, falsedad, revelaci¨®n de secretos...
Durante el registro del pasado viernes 23 de octubre ¡ªautorizado por el juez de la Audiencia Nacional Manuel Garc¨ªa Castell¨®n¡ª se obtienen pruebas de que el viejo polic¨ªa ha montado desde la c¨¢rcel una trama para seguir vendiendo secretos oficiales. Villarejo no solo est¨¢ al tanto de lo que sucede fuera de la prisi¨®n, sino que a¨²n tiene capacidad de asustar con las grabaciones y documentos reservados que supuestamente esconde.
En las ¨²ltimas semanas, seg¨²n Anticorrupci¨®n, ha intentado vend¨¦rselos a algunos periodistas para conseguir fondos y de paso seguir sembrando confusi¨®n ¡ªjusto el negocio al que se ha dedicado Villarejo durante a?os¡ª, pero la investigaci¨®n de los fiscales desbarata la operaci¨®n. Tres d¨ªas antes de que el Gobierno decretase el estado de alarma en toda Espa?a, el comisario jubilado volvi¨® a declarar ante el juez desde prisi¨®n. Los fiscales pretend¨ªan saber si el comisario hab¨ªa prestado servicios para acusados del caso G¨¹rtel y le leen precontratos de su empresa Cenyt con presupuestos millonarios.
Villarejo protesta desde la c¨¢rcel. Aunque la conexi¨®n se llena de ruidos, sube la voz para acusar a los fiscales de filtrar el sumario y para intentar hablar de otros esc¨¢ndalos. Cuando los fiscales le traen de nuevo a la realidad del interrogatorio, intenta explicar cu¨¢l era su trabajo: ¡°Yo hablaba con unos y con otros, obten¨ªa informaci¨®n, mi labor era mover el avispero¡±. Y en ese avispero se han movido los fiscales Stampa y Serrano para reunir cientos de indicios contra Villarejo.
De ah¨ª la furia del comisario contra Stampa durante el registro de su celda en la c¨¢rcel de Estremera. Ese mismo viernes 23 de octubre, el fiscal participa en la operaci¨®n para detener a cuatro de sus secuaces. Uno de ellos es un delincuente en tercer grado penitenciario al que Villarejo capt¨® para que hiciera de correo y recaudador. La cuarta detenida es la esposa del polic¨ªa.
La periodista Gemma Alcal¨¢, que ya ha sido imputada en otras piezas de la causa, pasa el fin de semana en los calabozos que la Jefatura Superior de Polic¨ªa de Madrid tiene en el barrio de Moratalaz a la espera de ser conducida a la Audiencia Nacional. El lunes pasa a disposici¨®n judicial y Manuel Garc¨ªa Castell¨®n, titular del juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 6 de la Audiencia Nacional, la pone en libertad inmediatamente, antes incluso de que termine el interrogatorio de los otros detenidos. Los fiscales regresan a su despacho en la calle Manuel Silvela conscientes de que est¨¢n viviendo horas cruciales.
Fuego cruzado
Desde hace aproximadamente un a?o, Stampa est¨¢ en tela de juicio por las acusaciones de Vox, de una periodista canaria, un veterano fiscal que luego se desdice, y de un extrabajador de Podemos llamado Jos¨¦ Manuel Calvente. Este abogado fue el primero en disparar sospechas contra los fiscales tras ser despedido del equipo jur¨ªdico de Podemos por el supuesto acoso a una compa?era, la abogada Mar Flor.
Calvente se defendi¨® acusando a la letrada de mantener relaciones con el fiscal Stampa, unas relaciones de las que se estar¨ªa beneficiando Podemos por tener acceso a detalles de un sumario declarado secreto. La denuncia de Calvente sirve de base para que se activen otras sobre las supuestas irregularidades cometidas por el fiscal a favor de la formaci¨®n de Pablo Iglesias. El partido ultraderechista Vox, el comisario Villarejo, la periodista canaria Mar¨ªa Montero y el teniente fiscal del Supremo, Luis Navajas, intervienen en el fuego cruzado contra Stampa.
Todo ello ha logrado crear un ambiente de sospecha con un objetivo muy claro: perjudicar a la causa golpeando a Stampa. De nada sirve que Alejandro Luz¨®n, fiscal jefe Anticorrupci¨®n, declare en la Audiencia Nacional que el trabajo de Stampa es ¡°impecable¡±. Las denuncias van cayendo como una lenta tortura en la Audiencia Nacional, la Fiscal¨ªa General del Estado o el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Mientras tanto, el sumario avanza amenazante para el centenar de imputados, entre ellos algunos poderosos en Espa?a. Los dos fiscales van concluyendo su trabajo en piezas menores del proceso y escriben bajo el sello de la administraci¨®n de justicia sus elevadas peticiones de c¨¢rcel para peque?os y medianos empresarios que han contratado a Villarejo para espiar a sus adversarios.
Pero los ¨²ltimos d¨ªas han sido duros para Stampa, que ha visto como casi cuatro a?os de trabajo contra las cloacas del Estado han culminado con su salida de Anticorrupci¨®n por la puerta de atr¨¢s, humillado por sus propios compa?eros, los principales representantes de la carrera fiscal, que ni siquiera le dieron un voto para avalar su continuidad. Incluso los cinco fiscales conservadores representados en el Consejo Fiscal dan la espalda a Stampa, afiliado a su asociaci¨®n, y susurran vagas explicaciones para justificarse: ¡°Sigue teniendo una investigaci¨®n penal abierta en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid¡±. Pero eso no es cierto. Esa investigaci¨®n penal lleva cuatro meses coci¨¦ndose a fuego lento, pero concluye antes de que el Consejo Fiscal decida la suerte de Stampa. El instructor env¨ªa sus conclusiones a la Fiscal¨ªa General del Estado con una propuesta de archivo: Stampa es inocente. Una vez m¨¢s, las acusaciones contra el fiscal del caso Villarejo se demuestran falsas. Pero inexplicablemente la Fiscal¨ªa General del Estado decide esperar y no comunicar nada sobre ese expediente. En el Consejo Fiscal, Stampa no consigue ni un solo voto para obtener la plaza fija en Anticorrupci¨®n a la que aspiraba. Es el ¨²nico de los ocho fiscales anticorrupci¨®n que estaban en comisi¨®n de servicio que no logra la plaza. ¡°Los fiscales conservadores no pod¨ªan votar a Stampa, dec¨ªan que era podemita¡±, cuenta un fiscal conocedor del funcionamiento del Consejo Fiscal. El ¡°podemita¡± Stampa, seg¨²n lo denominan Villarejo y algunos fiscales conservadores, propuso retirar a Pablo Iglesias la condici¨®n de perjudicado en el caso Dina y rechaz¨® la mayor¨ªa de diligencias que pidi¨® Podemos para investigar a los medios de comunicaci¨®n que publicaron informes falsos contra el partido pol¨ªtico que hoy gobierna en Espa?a junto al PSOE.
La sensaci¨®n en buena parte de la carrera es de estupefacci¨®n. Un fiscal sin adscripci¨®n a ninguna asociaci¨®n mostraba as¨ª su estupor: ¡°Lo que m¨¢s me ha sorprendido es que no tuviera ni un solo voto en el consejo. Eso, unido a la falta de explicaci¨®n de la p¨¦rdida de confianza, puede llegar a deslizar entre los compa?eros y la opini¨®n p¨²blica la sospecha de que hay algo oculto en la conducta de Stampa, algo que no se sabe. Y eso puede llegar a ser muy cruel para alguien sobre quien solo se han vertido rumores, ninguna prueba en contra¡±.
El lunes 26 de octubre, en la v¨ªspera de la defenestraci¨®n de Stampa a manos de sus compa?eros, la fiscal general del Estado, que tiene la competencia plena para nombrar fiscales, entra en el restaurante La Manduca de Azagra, un lugar de exposici¨®n p¨²blica como pocos en Madrid. Espera sentada a que llegue su pareja, el abogado Baltasar Garz¨®n, exjuez de la Audiencia Nacional y titular de un bufete que ha defendido a tres de los polic¨ªas imputados en el caso Villarejo: Enrique Garc¨ªa Casta?o, el ejecutor de la Operaci¨®n Kitchen para borrar pruebas contra el PP; Eugenio Pino, el jefe de todos los polic¨ªas que dirigi¨® durante su mandato un operativo contra Podemos y los partidos independentistas catalanes, seg¨²n diversas investigaciones, y Carlos Salamanca, socio de Villarejo.
Conflicto de intereses
Es un d¨ªa de celebraci¨®n. Garz¨®n cumple a?os y su pareja le hace un regalo durante la comida. Pero la imagen resulta chocante por el momento y el lugar donde se produce. La fiscal general del Estado, de quien depende el futuro de Stampa, almorzando con su pareja, el exjuez Garz¨®n, en cuyo bufete trabajan abogados que defienden a tres comisarios acusados por Stampa, justo la v¨ªspera en que el fiscal se juega su futuro profesional. Un tri¨¢ngulo diab¨®lico que ning¨²n reglamento es capaz de desenredar.
Disgustado por el abandono de sus compa?eros en el Consejo Fiscal, Stampa regresa el jueves y el viernes al lugar donde se afana desde hace a?os para meter en prisi¨®n a los corruptos que trabajaron con Villarejo o se beneficiaron de sus maniobras ilegales. Comparecen el exsecretario de Estado de Seguridad Francisco Mart¨ªnez y el exministro del Interior Jorge Fern¨¢ndez para dar explicaciones sobre su participaci¨®n en un operativo puesto en marcha entre junio de 2013 y mediados de 2015. Stampa no puede preguntar porque Mart¨ªnez y Fern¨¢ndez, ambos imputados, se niegan a responder a las preguntas del ministerio p¨²blico. Pero, al final del interrogatorio del juez al exministro del Interior, el fiscal Stampa interrumpe para pedir que se le requiera el tel¨¦fono m¨®vil. Jorge Fern¨¢ndez ha negado que enviara mensajes a su secretario de Estado inform¨¢ndole de la operaci¨®n para espiar a B¨¢rcenas y Stampa quiere disparar su ¨²ltimo cartucho en busca de la verdad. La situaci¨®n es delicada, tensa, pero el juez Garc¨ªa Castell¨®n accede finalmente y en presencia del abogado del exministro consulta el tel¨¦fono en busca de algo que pueda significar una prueba a favor o en contra de Jorge Fern¨¢ndez. El intento es bueno, porque el exministro conserva el mismo n¨²mero de tel¨¦fono, pero ha borrado todos los mensajes. En la sala queda la sensaci¨®n de que el fiscal Stampa lo intent¨® hasta el ¨²ltimo d¨ªa de su carrera en Anticorrupci¨®n.
Dolores Delgado: "La elecci¨®n de Stampa resultaba inviable"
La fiscal general del Estado, Dolores Delgado, contesta por escrito a las preguntas de EL PA?S sobre las circunstancias de la salida del fiscal Ignacio Stampa de Anticorrupci¨®n.
Pregunta. ?Deber¨ªa usted haberse abstenido en la votaci¨®n del fiscal Stampa para la plaza de Anticorrupci¨®n, dado que su actual pareja defiende, al menos, a uno de los polic¨ªas a los que acusa este fiscal y el bufete que dirige ha defendido al menos a otros dos?
Respuesta. No existe, ni siquiera remotamente, causa alguna de abstenci¨®n ni apariencia que la motive. Seg¨²n se me informa, mi pareja, tal como ustedes refieren, no ejerce defensa de persona alguna en la causa por la que se pregunta. Asimismo, existe constancia por medios de comunicaci¨®n de que las personas afectadas o, al menos, alguna de ellas, est¨¢ colaborando en la instrucci¨®n judicial, seg¨²n informan de Anticorrupci¨®n.
P. ?Por qu¨¦ no comunicaron al Consejo Fiscal que hab¨ªa una propuesta de archivo de la causa abierta a Stampa por parte de la Fiscal¨ªa de Madrid?
R. Las diligencias abiertas contra el se?or Stampa siguen vigentes hasta que se agote la investigaci¨®n, que podr¨ªa estar pendiente de nuevas actuaciones.
P. ?Qu¨¦ confianza puede haber en la justicia si nadie en la Fiscal¨ªa apoya para que siga en su puesto al fiscal que lleva casi cuatro a?os al frente de la investigaci¨®n de la trama de corrupci¨®n m¨¢s grave que ha conocido la democracia?
R. La confianza en la justicia se genera d¨ªa a d¨ªa por jueces y fiscales an¨®nimos que trabajan con celeridad y sin otro fin que la recta e imparcial administraci¨®n de justicia. Los delitos que ustedes refieren, por supuesto, seguir¨¢n siendo investigados por fiscales profesionales. Una comisi¨®n de servicio es un apoyo temporal a una fiscal¨ªa. El ministerio fiscal se rige por los principios de unidad y jerarqu¨ªa, Todos los y las fiscales gozan en principio de la preparaci¨®n cient¨ªfica que corresponde a su categor¨ªa. En ning¨²n caso la investigaci¨®n queda desatendida, como no lo hace, si un fiscal cambia de destino o se jubila o est¨¢ en situaci¨®n de baja. Siempre existe la l¨ªnea de actuaci¨®n asegurada que en este caso, incluso, estar¨¢ reforzada al permanecer uno de los fiscales en el puesto. Dicho esto, el se?or Stampa concurr¨ªa a la plaza de fiscal en propiedad en la fiscal¨ªa anticorrupci¨®n y no ha sido avalado por ninguno de los vocales del Consejo Fiscal, ante lo cual, la elecci¨®n resultaba inviable.
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