La ¡®mayor¨ªa Frankenstein¡¯ entra en racha
El Gobierno logra apoyos para tramitar la reforma ¡®blanda¡¯ del Poder Judicial y alcanzar¨¢ una mayor¨ªa a¨²n m¨¢s amplia para la ley de eutanasia
Superado con holgura el partido del siglo de los Presupuestos, el Gobierno y su mayor¨ªa Frankenstein han entrado en racha y encadenan victorias cada semana en el coliseo del Congreso de los Diputados. Habr¨¢ quien discuta la calidad de su juego; es m¨¢s, la oposici¨®n no solo la discute, la considera una afrenta permanente y un presagio de calamidades sin cuento. Pero la pol¨ªtica es puramente resultadista y en ese aspecto los marcadores arrojan cifras indiscutibles para el Ejecutivo. Por lo pronto, este martes logr¨® ganar con holgura el primer tr¨¢mite para limitar las potestades del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) mientras este organismo permanezca en funciones. Para esta semana prepara adem¨¢s una gran goleada a los dos partidos de la derecha con la ley de eutanasia. Al universo Frankenstein no le faltan motivos para sacar pecho. ¡°El Gobierno est¨¢ m¨¢s fuerte que nunca desde la aprobaci¨®n de los Presupuestos¡±, alarde¨®, frente a una oposici¨®n que refunfu?aba, el presidente del grupo de Unidas Podemos, Jaume Asens.
Macarena Olona puso ese tono entre compungido y solemne que se pone cuando alguien va a divulgar un asunto de la mayor gravedad. ¡°El socialcomunismo da un golpe de Estado institucional desde la misma Moncloa¡±, anunci¨® la diputada de Vox. El resto de los parlamentarios ni se inmut¨®: continuaron sin levantar la vista del m¨®vil, o revisando papeles, o charlando a media voz con los vecinos de esca?o, o simplemente ensimismados en sus pensamientos con la mirada perdida en el techo de la C¨¢mara. El debate sobre la reforma blanda del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), uno de los asuntos recurrentes que emponzo?an el clima pol¨ªtico desde hace meses, fue como un d¨ªa m¨¢s en la oficina, una jornada cualquiera en el Congreso con sus conversaciones de siempre: vaticinios apocal¨ªpticos, certificados de defunci¨®n de la democracia espa?ola, ataques frontales a la Monarqu¨ªa, descalificaciones dur¨ªsimas al Tribunal Supremo... Nada que pueda asustar a los habituales de los debates en la sede de la soberan¨ªa nacional.
El Gobierno no se ha preocupado mucho por disimular que sus propuestas de reforma de la Ley Org¨¢nica del Poder Judicial son una forma de presi¨®n para que el PP se pliegue a negociar la renovaci¨®n de un organismo del Estado que lleva dos a?os con el mandato vencido. La sesi¨®n de este martes volvi¨® a corroborarlo: a la misma hora de la siesta en que el Congreso debat¨ªa la propuesta conjunta del PSOE y Unidas Podemos, el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, llamaba al l¨ªder de la oposici¨®n, Pablo Casado, para abordar el asunto. S¨¢nchez y Casado avanzaron muy poco. No as¨ª el Congreso, que dio luz verde para tramitar una reforma que, de no mediar otro tipo de pacto con el PP, deber¨ªa estar lista all¨¢ por marzo.
La reforma sometida a debate exclu¨ªa la parte m¨¢s pol¨¦mica de las propuestas del Gobierno, la que permitir¨ªa nombrar el CGPJ simplemente con mayor¨ªa absoluta, sin el acuerdo con la oposici¨®n imprescindible hasta ahora. La mucho m¨¢s modesta iniciativa sometida a votaci¨®n propone solamente impedir que el Consejo siga nombrando jueces cuando su mandato haya excedido el plazo legal. Eso facilit¨® que casi todas las piezas de Frankenstein se uniesen para dar v¨ªa libre a la iniciativa gubernamental: desde ERC al PNV, desde EH Bildu a M¨¢s Pa¨ªs, Comprom¨ªs o el Partido Regionalista de Cantabria (PRC). En total, 188 votos a favor, el mismo marcador que en los Presupuestos. Entre ellos los hab¨ªa recelosos con los movimientos del Ejecutivo en los ¨²ltimos meses. Lo ilustr¨® ??igo Errej¨®n, contrario a rebajar la mayor¨ªa necesaria para nombrar el CGPJ, pero que se felicit¨® por la ¡°rectificaci¨®n¡± del Gobierno y dio su respaldo a una reforma ¡°perfectamente razonable¡±.
La propuesta se hab¨ªa presentado como una iniciativa del PSOE y de Unidas Podemos, y no del propio Gobierno, porque as¨ª se pueden aligerar tr¨¢mites y no es necesario pedir informes a otros organismos del Estado. Una prueba m¨¢s, para la oposici¨®n, de las mal¨¦volas intenciones del Ejecutivo. Los promotores alegaron que existe un vac¨ªo legal sobre las competencias que puede ejercer un ¨®rgano del Estado que ¡°vive desde hace dos a?os en una anomal¨ªa institucional¡± y contin¨²a haciendo ¡°nombramientos fraudulentos¡± de magistrados, denunci¨® el socialista Francisco Aranda.
Ni rojos ni azules
Desde que sali¨® corriendo de la foto de Col¨®n, Ciudadanos intenta volver a ese discurso de ¡°ni rojos ni azules¡± tomando partido seg¨²n el asunto y las circunstancias. El jueves, en la ley de la eutanasia, se alinear¨¢ con los rojos. En lo del Poder Judicial, como en la ley Cela¨¢, est¨¢ a tope con los azules. El diputado Edmundo Bal sostuvo que el PSOE persigue lo mismo que critica al PP: colocar a ¡°uno de los nuestros¡± en puestos como los del Tribunal Supremo, ¡°donde se juzga a los pol¨ªticos¡±. Bal tambi¨¦n coincidi¨® con el resto de la oposici¨®n en no criticar tanto el contenido de la propuesta concreta como la idea del Gobierno, aparcada por ahora, de rebajar la mayor¨ªa cualificada que se exige para el nombramiento del CGPJ.
El estruendo ret¨®rico de PP y Vox estuvo a la altura de lo esperado. El popular Luis Santamar¨ªa cumpli¨® con el ritual de los gritos de rigor contra el Frankenstein de ¡°radicales, filoterroristas y separatistas¡±, antes de atacar con una met¨¢fora de cosecha propia: ¡°Son ustedes a la democracia como la carcoma a la madera: est¨¢n dentro de las instituciones para destruirlas¡±. Olona anticip¨® lo que se viene encima con un repaso a la actuaci¨®n de la justicia en Cuba y Venezuela, esos lugares donde ¡°los jueces son verdugos y los juicios linchamientos¡±.
Las partes m¨¢s combativas de Frankenstein tampoco se reprimieron. Y relacionaron la situaci¨®n en el CGPJ con las cartas de militares contra el Gobierno, todo ello aderezado de puyas a la Monarqu¨ªa. Asens acus¨® al PP de ¡°atrincherarse en el Poder Judicial cuando pierde las elecciones¡± y denunci¨® los intentos de crear un clima de acoso al Ejecutivo a trav¨¦s de ¡°las cloacas militares de la derecha y tambi¨¦n de las judiciales¡±. Jon I?arritu, de EH Bildu, habl¨® de ¡°ruido de togas franquistas¡±, y Carolina Telechea, de ERC, arre¨® al presidente del Consejo, Carlos Lesmes ¡ªcomo ya hab¨ªa hecho Asens¡ª, al que acus¨® de ¡°mover hilos a favor del PP¡± en los casos de corrupci¨®n.
En medio del bombardeo, desde el fondo de la C¨¢mara se agit¨® una solitaria bandera blanca. Jos¨¦ Mar¨ªa Maz¨®n, ¨²nico diputado del PRC, expuso una f¨®rmula nueva que dar¨ªa un mes de plazo para renovar el CGPJ y, en caso de bloqueo, solucionar¨ªa los nombramientos mediante un sorteo. Aunque nadie le respondi¨®, Maz¨®n no se rinde. Solo le queda convencer a los 349 restantes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.