La pesada herencia de una Familia Real rota
Las dos regularizaciones fiscales del rey em¨¦rito y las vacunaciones de las infantas Elena y Cristina socavan la imagen de la Monarqu¨ªa
Cuando Juan Carlos I abdic¨®, el 2 de junio de 2014, le dej¨® a su hijo Felipe dos t¨ªtulos: el de jefe del Estado; y el de jefe de la Casa Real espa?ola, la dinast¨ªa de los Borbones. Por su primer cargo, el Rey debi¨® lidiar con la ruptura del bipartidismo, que se hab¨ªa iniciado en las elecciones europeas del mes anterior y se prolongar¨ªa en un largo periodo de inestabilidad con cuatro elecciones generales en cinco a?os (2015-2019). Adem¨¢s, tuvo que enfrentarse al desaf¨ªo independentista catal¨¢n e intervenir personalmente con su discurso del 3 de octubre de 2017.
Como cabeza de la dinast¨ªa, Felipe VI quiso pasar p¨¢gina a los esc¨¢ndalos que hab¨ªan empa?ado la ¨²ltima etapa del reinado de su padre (especialmente el caso N¨®os, por el que ya estaban imputados su cu?ado I?aki Urdangarin y su hermana Cristina de Borb¨®n) con un paquete de medidas ejemplarizadoras: un severo r¨¦gimen de incompatibilidades para los miembros de su familia; mayor transparencia en las cuentas de La Zarzuela, y la prohibici¨®n de aceptar regalos que excedan la pura cortes¨ªa. La m¨¢s dr¨¢stica fue recortar la Familia Real, que qued¨® reducida a los Reyes, sus dos hijas y los padres de Felipe VI, expulsando de su seno a las hermanas, cu?ados y sobrinos del Rey.
Sin embargo, cuando el pasado martes El Confidencial public¨® que las infantas Elena y Cristina se hab¨ªan vacunado de la covid aprovechando una visita a su padre, expatriado en Abu Dabi desde agosto, todas las miradas se volvieron hacia La Zarzuela. De nada sirvi¨® que esta recordara que las hermanas de Felipe VI ya no forman parte de la Familia Real y que los Reyes y sus hijas no se han vacunado a¨²n y solo lo har¨¢n cuando les corresponda por indicaci¨®n de Sanidad.
La diferencia entre Familia Real (Reyes, padres e hijas) y familia del Rey (todos sus dem¨¢s parientes) es demasiado sutil para que la asuman los espa?oles, que siguen asociando a las infantas Elena y Cristina con la Corona. Para colmo, la hermana mayor del Rey fue vista al d¨ªa siguiente acudiendo a La Zarzuela. La Casa del Rey se apresur¨® a recordar que all¨ª reside la madre de Elena, la reina Sof¨ªa, sin aclarar el motivo de la visita.
Jos¨¦ Antonio Zarzalejos, autor del libro Felipe VI. Un Rey en la adversidad, subraya que ¡°en el imaginario colectivo, las hermanas del Rey son miembros de la Familia Real y eso es muy dif¨ªcil de cambiar¡±. Adem¨¢s, aunque estrictamente ya no formen parte de la misma, s¨ª que est¨¢n en el orden sucesorio de la Corona, ellas y sus hijos. ¡°La ¨²nica forma de que se desvinculen por completo es que renuncien a sus derechos din¨¢sticos, por improbable que resulte que un d¨ªa pudieran llegar a ejercerlos¡±, agrega.
En su opini¨®n, la vacunaci¨®n de las infantas ha sido una nueva ¡°zancadilla¡±, voluntaria o no, a los esfuerzos del Rey por recuperar el prestigio de la instituci¨®n por parte de personas que ¡°no parecen tener conciencia de qui¨¦nes son¡±. Todo ello, concluye, con la dificultad a?adida que supone la falta de comunicaci¨®n en una ¡°familia rota, desestructurada¡±, algunos de cuyos integrantes no se hablan y mantienen diferencias ¡°que se han ido enquistando con los a?os¡±.
Fue la negativa de la infanta Cristina a renunciar a sus derechos din¨¢sticos lo que llev¨® a Felipe VI a adoptar, en junio de 2015, la decisi¨®n m¨¢s traum¨¢tica tomada hasta entonces: retirarle el t¨ªtulo de duquesa de Palma que le hab¨ªa otorgado su padre. Por su parte, la infanta Elena se distanci¨® de Felipe VI por su decisi¨®n de excluirla de la Familia Real, lo que implicaba que ya no podr¨ªa representar a la Corona en actos institucionales, y por el trato dispensado al rey em¨¦rito, de quien ella siempre fue la hija m¨¢s cercana. Seg¨²n personas que han trabajado en La Zarzuela, a ello se a?ade la separaci¨®n de hecho desde hace d¨¦cadas entre Juan Carlos I y la reina Sof¨ªa, y la m¨¢s reciente de Felipe VI con su padre, a quien primero retir¨® la asignaci¨®n anual de casi 200.000 euros que recib¨ªa del Estado y luego invit¨® a marcharse de Espa?a.
El comunicado de La Zarzuela del 15 de marzo de 2020 no solo sellaba la ruptura entre padre e hijo, con la renuncia a una hipot¨¦tica herencia y el reconocimiento de que el rey em¨¦rito hab¨ªa montado una estructura financiera opaca en el extranjero a espaldas de Felipe VI, sino que dejaba al jefe del Estado fuera de juego. Solo 24 horas despu¨¦s de que se decretara el estado de alarma, el Rey ten¨ªa que salir al paso de sus problemas familiares en vez de dirigirse a un pa¨ªs confinado y acogotado por la pandemia, lo que har¨ªa tres d¨ªas m¨¢s tarde, el 18 de marzo.
En la carta en la que anunci¨® su salida de Espa?a, Juan Carlos I alegaba que lo hac¨ªa para que su hijo pudiera ejercer como jefe del Estado ¡°desde la tranquilidad y el sosiego¡±. Sin embargo, la sombra del rey em¨¦rito ha eclipsado desde entonces las actividades de Felipe VI y las noticias desde Abu Dabi arruinan todos los esfuerzos por restaurar el prestigio de la Monarqu¨ªa.
Para Zarzalejos, las dos regularizaciones fiscales del rey em¨¦rito (por m¨¢s de cinco millones de euros en conjunto) son un ¡°arma de doble filo¡±; ya que pueden neutralizar una eventual querella por delito fiscal, pero suponen una confesi¨®n de plano de haber cometido fraude fiscal.
Frente a la idea de que alejar a Juan Carlos I de Espa?a era lo mejor para salvaguardar a la Monarqu¨ªa, siete meses despu¨¦s empieza a calar el convencimiento de que su vuelta es el mal menor. Un regreso temporal, limitado a unos d¨ªas, que desmintiera con hechos la especie de que Juan Carlos I est¨¢ exiliado, seg¨²n las fuentes consultadas. Para ello hace falta que miembros de la Familia Real o de la familia del Rey dejen de ser motivo de esc¨¢ndalo cada semana.
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