Naser Burita, la mano firme de la diplomacia en Marruecos
El titular de Exteriores marroqu¨ª es el hombre que fragu¨® el acuerdo sobre el S¨¢hara Occidental con Trump y quien advirti¨® a Espa?a de que habr¨ªa consecuencias tras acoger a Brahim Gali
Naser Burita, el m¨¢ximo responsable de la diplomacia marroqu¨ª, es un hombre que habla con un tono especialmente bajo, casi inaudible. Pero act¨²a con una resoluci¨®n implacable. Y goza de la plena confianza del rey Mohamed VI. El de Exteriores es un ministerio de los llamados de ¡°soberan¨ªa¡±, como el de Interior o el de Religi¨®n. Sus responsables toman las orientaciones directamente del monarca, sin pasar por el jefe de Gobierno, el islamista Saaded¨ªn el Otmani, del Partido Justicia y Desarrollo (PJD).
Burita no pertenece a ning¨²n partido pol¨ªtico, a diferencia de sus dos antecesores, que fueron propuestos por sus respectivas formaciones. Su poder, que es mucho, se lo debe al rey y su trayectoria dentro del Ministerio de Exteriores tambi¨¦n. Mohamed VI lo nombr¨® ministro en abril de 2017 y le renov¨® su confianza en octubre de 2019.
Uno de sus principales colaboradores, que lo conoce desde hace m¨¢s de 30 a?os, se?ala: ¡°Es incansable, te llama los fines de semana y de madrugada. Y no puedes decirle que est¨¢s cansado porque sabes que ¨¦l trabaja m¨¢s que ninguno¡±. Este colaborador, que prefiere no facilitar su nombre, destaca sobre todo la ¡°abnegaci¨®n¡± de Burita. ¡°Era as¨ª desde que ten¨ªa 25 a?os¡±.
Naser Burita ¡ªtranscrito en franc¨¦s como Nasser Bourita¡ª habla ¨¢rabe, ingl¨¦s y franc¨¦s. Entiende el espa?ol, aunque no lo habla. Es hijo de un suboficial del Ej¨¦rcito marroqu¨ª. Est¨¢ casado y es padre de una hija universitaria y de otra, menor de edad. Cumplir¨¢ 52 a?os este jueves 27 de mayo.
Toda su trayectoria intelectual, como la de muchos de sus asesores, se forj¨® en la educaci¨®n p¨²blica, en esos colegios donde hace unas d¨¦cadas se mezclaban todas las clases sociales de Marruecos. Hoy en d¨ªa, buena parte de la clase media se deja sus ingresos en los colegios privados, sobre todo franceses, porque el nivel de la p¨²blica se ha degradado. ¡°Pero la degradaci¨®n de la escuela p¨²blica es un fen¨®meno internacional¡±, esgrime su colaborador.
Poco despu¨¦s de que el rey le ratificara su confianza, en enero de 2020, Burita impuls¨® la aprobaci¨®n por el Parlamento marroqu¨ª de dos leyes que delimitan las aguas de explotaci¨®n exclusiva de Marruecos. Se trata de un proyecto que podr¨ªa crear solapamientos con las aguas espa?olas en Canarias. Y que Burita impuls¨® por sorpresa pocas horas antes de que la reci¨¦n nombrada entonces ministra de Exteriores espa?ola, Arancha Gonz¨¢lez Laya, visitase Rabat por primera vez en viaje oficial. El gesto no agrad¨® en Espa?a, pero finalmente prim¨® la concordia y siempre hubo buena sinton¨ªa entre ambos ministros.
La gente de su equipo no oculta que Burita es un duro negociador, sobre todo ¡°cuando se trata de defender los intereses estrat¨¦gicos del pa¨ªs¡±, afirman. ¡°Es un hombre muy leal¡±, se?ala uno de sus principales asesores. ¡°Por eso, cuando ve que la amistad no ha sido correspondida de igual manera, su enfado es mayor¡±, a?ade.
Burita ha pasado la mitad de su vida en el Ministerio de Exteriores. ¡°Ah¨ª he aprendido los elementos del lenguaje y a ser preciso, exigente y breve, porque la diplomacia impone eso¡±, se?al¨® al semanario Jeune Afrique en 2017. Ha sido el primer diplom¨¢tico de carrera que ocupa la jefatura de la diplomacia marroqu¨ª. Su antecesor, Salaheddine Mezuar (2013-2017), era y es empresario. Y el anterior, Saaded¨ªn el Otmani (2012-2013), psiquiatra, ejerce ahora como jefe del Gobierno.
Cada vez que Burita consigue alg¨²n logro para su pa¨ªs o anuncia una nueva medida siempre se cuida de recordar que lo hace baj¨® las ¡°altas instrucciones reales¡±. Pero el hombre que se conoce al detalle cada resoluci¨®n de la ONU sobre el S¨¢hara Occidental; el mu?idor del acuerdo diplom¨¢tico por el cual la Administraci¨®n de Donald Trump reconoci¨® la ¡°soberan¨ªa marroqu¨ª¡± sobre el S¨¢hara Occidental el 10 de diciembre, fue Burita.
Naci¨® en Taunat, un pueblo de 37.000 habitantes al norte de Fez y en la falda del Rif. Estudi¨® en un colegio del pueblo y se licenci¨® en la Facultad de Ciencias Jur¨ªdicas, Econ¨®micas y Sociales de Rabat. Entr¨® en 1992 en el Ministerio de Exteriores, trabaj¨® en las embajadas de su pa¨ªs en Viena y Bruselas. Despu¨¦s ejerci¨® varios puestos de responsabilidad en su ministerio relacionados con la ONU. Se especializ¨® en el tema ¡°existencial¡± de Marruecos, en la ¡°causa nacional capital¡±, que es el S¨¢hara.
Burita fue quien comenz¨® a finales de 2019 una operaci¨®n simb¨®lica in¨¦dita en el pa¨ªs. Se trataba de animar a pa¨ªses a establecer consulados en las ciudades de El Aai¨²n o Dajla, en pleno S¨¢hara Occidental, territorio pendiente de descolonizar, seg¨²n la ONU. En realidad esos consulados no ejercen ninguna funci¨®n pr¨¢ctica sobre el terreno. Pero en la pr¨¢ctica significaba el apoyo de esos pa¨ªses a la soberan¨ªa marroqu¨ª sobre el territorio. Una cuesti¨®n de imagen, pero la imagen es vital en la cuesti¨®n del S¨¢hara.
Al principio, Burita recibi¨® muchas burlas y cr¨ªticas. Porque se trataba de peque?os pa¨ªses como Gab¨®n o Guinea, que establec¨ªan en el S¨¢hara sus consulados. Pero en poco m¨¢s de un a?o Burita convenci¨® a 20 pa¨ªses. En enero de 2021 la Administraci¨®n de Donald Trump escenific¨® su apoyo a Rabat con la visita del entonces embajador, David Fischer, a un edificio en Dajla donde Washington planificaba abrir su consulado. Burita flet¨® un avi¨®n con periodistas nacionales y extranjeros para que cubriesen aquella puesta en escena. Y todo qued¨® en eso, en una puesta en escena. Pero la Administraci¨®n del presidente Joe Biden no se ha desmarcado de la decisi¨®n que tom¨® Trump. Ni ha querido inmiscuirse en la crisis diplom¨¢tica actual.
Pulso al pa¨ªs m¨¢s poderoso de Europa
Burita fue tambi¨¦n quien en marzo pasado orden¨® que el Gobierno de Marruecos cortase la colaboraci¨®n con la Embajada de Alemania en Rabat y, en mayo, llam¨® a consultas a su embajador en Berl¨ªn. Marruecos planteaba un pulso por primera vez al pa¨ªs m¨¢s poderoso de la Uni¨®n Europea. La causa de fondo, una vez m¨¢s, era el S¨¢hara Occidental.
Una de sus colaboradoras destaca: ¡°?l no pretende ser ninguna estrella. Tiene claro que su misi¨®n es trabajar al servicio de Su Majestad para agrandar el papel de Marruecos en la escena internacional¡±.
El semanario Telquel lo retrataba en 2017 como un ¡°tecn¨®crata implacable¡±. Suele leer de forma minuciosa las cr¨®nicas de los principales medios extranjeros. Y su tel¨¦fono es accesible para varios corresponsales. Eso no impide que algunos de esos periodistas sean objeto de duras cr¨ªticas por parte de la agencia oficial MAP. A Burita le gusta controlar no solo el m¨ªnimo detalle de su ministerio sino cualquier matiz que pueda afectar a la imagen de su pa¨ªs.
Despu¨¦s de la entrada en Ceuta de 8.000 emigrantes irregulares, cientos de ellos menores, varios de los medios internacionales m¨¢s prestigiosos, como Le Monde, declaraban que la reputaci¨®n internacional de Marruecos hab¨ªa salido ¡°fuertemente degradada¡±. Un d¨ªa antes se expresaron en el mismo sentido algunos medios de la prensa marroqu¨ª, algo poco frecuente en un pa¨ªs donde la mayor¨ªa de los medios sobreviven gracias a las subvenciones p¨²blicas. Pero Burita sigue firme, en medio de la tormenta.
El pasado domingo, el ministro intent¨® desvincular a la Uni¨®n Europea de la crisis diplom¨¢tica que mantiene con Espa?a. Declar¨® a una emisora francesa que, ¡°contrariamente¡± a lo que sostiene su hom¨®loga espa?ola, Arancha Gonz¨¢lez Laya, no hay ning¨²n contacto entre los dos pa¨ªses.
Burita ha evitado hasta ahora aludir a las cr¨ªticas internas que ha sufrido el Gobierno espa?ol por parte del expresidente de la Generalitat de Catalu?a y l¨ªder de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont, as¨ª como las del Partido Popular y de Vox. Su inter¨¦s se centra en explicar a los europeos que esto es solo una crisis bilateral, que ata?e a Madrid y Rabat. Pero en la Uni¨®n Europea ha topado con una solidaridad sin aristas respecto al Gobierno espa?ol.
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