Prisi¨®n para tres trabajadores de la c¨¢rcel de Valdemoro acusados de organizaci¨®n criminal y narcotr¨¢fico
La investigaci¨®n apunta a que, adem¨¢s de droga, introduc¨ªan en el centro penitenciario madrile?o otros objetos prohibidos, como tel¨¦fonos m¨®viles
El juez ha ordenado este mi¨¦rcoles el ingreso en prisi¨®n de tres de los cuatro funcionarios de la c¨¢rcel de Valdemoro (Madrid) detenidos el pasado lunes por la Guardia Civil acusado de introducir droga en este centro penitenciario para su distribuci¨®n entre los reclusos, seg¨²n han confirmado a EL PA?S fuentes judiciales. El cuarto arrestado ha quedado en libertad con cargos. El magistrado acusa a los tres encarcelados, dos hombres y una mujer, de los delitos de organizaci¨®n criminal, tr¨¢fico de estupefacientes y cohechos como supuestos integrantes de una trama, en la que tambi¨¦n participa varios presos, para introducir droga en el penal madrile?o en plena pandemia, cuando el aislamiento al que fueron sometidos los centros penitenciarios provoc¨® un descenso dr¨¢stico del tr¨¢fico de drogas en su interior y una aumento considerable del precio de las dosis. La red tambi¨¦n colaba presuntamente tel¨¦fonos m¨®viles, objeto cuya tenencia y uso est¨¢n prohibidos dentro de las c¨¢rceles y que tambi¨¦n alcanza precios elevados entre los internos.
Los dos funcionarios varones para los que el titular del Juzgado de Instrucci¨®n 4 de Valdemoro ha ordenado su encarcelamiento han ingresado en la prisi¨®n de Estremera, la ¨²nica c¨¢rcel de Madrid que dispone de un m¨®dulo espec¨ªfico para reclusos pertenecientes a las Fuerzas de Seguridad e Instituciones Penitenciarias. Los internos de estos colectivos son incluidos en un Fichero de Internos de Especial Seguimiento espec¨ªfico para ellos, el denominado FIES-4. La trabajadora ha sido trasladada al penal de Alcal¨¢-Meco. Instituciones Penitenciarias ha abierto expediente a los cuatro funcionarios y los ha suspendido de empleo y sueldo de manera cautelar.
Uno de los ahora encarcelados ya era investigado por su presunta implicaci¨®n en la fuga, en diciembre del a?o pasado, de Jonathan Mo?iz, alias El Piojo, y su hermano Miguel ?ngel, dos conocidos aluniceros y butroneros (especializados en el robo en establecimientos comerciales tras estrellar un veh¨ªculo contra los escaparates o practicar agujeros en los muros) que no pudieron volver a ser detenidos hasta meses despu¨¦s. La investigaci¨®n apunta a que este trabajador supuestamente facilit¨® a los dos reclusos parte del material que permiti¨® su huida tras serrar los barrotes de una ventana y alcanzar la valla perimetral del recinto a trav¨¦s de los tejados del centro.
La investigaci¨®n que desemboc¨® en las detenciones se inici¨® en la primavera del a?o pasado, tras detectarse que en la prisi¨®n Valdemoro segu¨ªa circulando droga pese a que el Ministerio del Interior, tras decretarse el estado de alarma por el coronavirus, hab¨ªa suprimido tanto las visitas a los presos de familiares y amigos (incluidos los encuentros con contacto f¨ªsico o vis a vis) como los permisos de salida de los internos, las dos principales v¨ªas de entrada de estupefaciente dentro de las prisiones. Las pesquisas revelaron que eran los funcionarios ahora encarcelados los que, presuntamente, introduc¨ªan el estupefaciente que, una vez dentro, era distribuida por, al menos, dos internos del m¨®dulo siete de la c¨¢rcel, donde est¨¢n presos conflictivos. Estos reclusos tambi¨¦n han sido imputados en la causa. Fuentes cercanas a la investigaci¨®n se?alan que en las conversaciones telef¨®nicas de uno de los presos, intervenidas por orden judicial, este presum¨ªa ante su interlocutor de contar con la ayuda de trabajadores del centro para introducir la droga y otros objetos prohibidos.
Entre estos ¨²ltimos hab¨ªa tel¨¦fonos m¨®viles, uno de los cuales fue intervenido en el registro realizado en una de las celdas el pasado lunes. Los terminales que se suelen introducir en prisi¨®n son dispositivos de peque?o tama?o ¨Dmiden poco m¨¢s de seis cent¨ªmetros y son f¨¢ciles de ocultar en un zapato o en las cavidades del cuerpo¨D y se ofertan en p¨¢ginas web por poco m¨¢s de 20 euros, pero dentro de la c¨¢rcel, donde est¨¢n prohibidos y los presos solo pueden llamar desde cabinas y con restricciones, son muy codiciados. En 2017, Instituciones Penitenciarias intervino 1.383 de estos tel¨¦fonos m¨®viles. En 2019, ¨²ltimo a?o del que hay estad¨ªsticas, fueron incautados 2.672, casi el doble. Aquel a?o, en la prisi¨®n de Valdemoro se localizaron 123 de estos dispositivos, solo por detr¨¢s de Alhaur¨ªn de la Torre (M¨¢laga), con 179, y Algeciras (C¨¢diz) y Valencia, con 138 cada una.
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