Dos meses y un d¨ªa de c¨¢rcel por maltratar al soldado Vequia
Las deficiencias f¨ªsicas de un militar le convirtieron en v¨ªctima de las constantes burlas, humillaciones y vejaciones de un sargento
El soldado Vequia adolece de ¡°falta de habilidades y cierta deficiencia f¨ªsica: tiene una cadera m¨¢s alta que otra y padece un defecto en los pies que le produce una mala pisada y le genera una mala postura, pareciendo tener las piernas en [forma de] X, e implica, tambi¨¦n, dificultades para correr con normalidad¡±, se?ala la sentencia dictada el pasado 24 de junio por el Tribunal Militar Territorial Quinto. Pero su superior en la Compa?¨ªa de Transmisiones de la Brigada Canarias, durante el a?o 2010, lejos de ayudarle a superar sus dificultades, ¡°aprovechaba para destacarlas y provocar la hilaridad del resto de soldados¡±.
El soldado Vequia no se llamaba as¨ª. Ese mote, derivado de la palabra italiana ¡°vieja¡±, se lo puso su sargento, que le llamaba a voces delante de sus compa?eros: ¡°Vequia ven aqu¨ª, a la derecha de pap¨¢¡± o ¡°Vequia ven aqu¨ª, a la derecha de tu amo¡±.
¡°Los errores, despistes y fallos del soldado dieron lugar a todo tipo de mofas¡±, relata la sentencia. Hasta el punto de que se bautizaba con su nombre ¡°cualquier tipo de fallo o torpeza que pudiera cometer cualquiera en la unidad¡±. Se dec¨ªan unos a otros ¡°no seas Vequia¡±, como sin¨®nimo de no seas torpe o tonto.
¡°El sargento, suboficial inmediato del soldado, participaba como uno m¨¢s de las burlas. O bien las iniciaba ¨¦l y las continuaba la tropa, o las comenzaba la tropa y participaba el sargento¡±, agrega la sentencia.
¡°Dos compa?eros le hicieron canciones a ritmo de rap donde, con las exageraciones propias de un tema compuesto en tono de burla, se relataban diversas vicisitudes personales y profesionales del soldado¡±. Vequia, que al principio particip¨® en el rap, ¡°se vio desbordado por su repercusi¨®n, al ver que lo que aquella canci¨®n dec¨ªa sobre ¨¦l se propagaba m¨¢s all¨¢ del entorno inmediato de su unidad y se escuchaba incluso en los veh¨ªculos particulares de la tropa¡±.
Burl¨¢ndose de su capacidad f¨ªsica, el sargento le pregunt¨® una vez en p¨²blico si, con ese cuerpo, ¡°era capaz de follarse a su novia¡±. En otra ocasi¨®n, tras ver que ten¨ªa una foto de su pareja lanzando un beso, le espet¨®: ¡°Las mujeres que se hacen fotos as¨ª parec¨ªan putillas¡±.
¡°Sabedor de las dificultades del soldado para correr¡±, agrega la sentencia, el sargento ¡°le orden¨® hacerlo con el traje NBQ [Nuclear, Biol¨®gico, Qu¨ªmico] y la m¨¢scara del traje puestos. El soldado no lleg¨® a cubrir la distancia ordenada porque, a las dificultades ya referidas, se sumaban las del traje NBQ para moverse corriendo y respirar¡±. El tribunal aclara: ¡°No se ha acreditado que se hiciera correr a nadie m¨¢s de esa guisa. Por el contrario, la instrucci¨®n NBQ consist¨ªa simplemente en aprender a poner y quitar el traje correctamente, no a correr con ¨¦l¡±.
Cuando comet¨ªa alg¨²n error, el sargento, adem¨¢s de las expresiones de burla y humillaci¨®n, ¡°daba un golpe en el pecho del soldado, bien en privado, bien en presencia de otros compa?eros¡±. No se ha acreditado cu¨¢ntas veces lo hizo, pero s¨ª que fue m¨¢s de una vez. Y Vequia no era su ¨²nica v¨ªctima. Una soldado declar¨® que en esa ¨¦poca ¡°los golpes que daba el sargento a la tropa en el pecho como correctivos o advertencias los ve¨ªa como algo normal por estar en el Ej¨¦rcito¡±, pero ahora, pasados los a?os, ¡°los considera violencia¡±.
¡°El soldado se vio sobrepasado por la cantidad y recurrencia de las burlas de que era objeto, lo que le afect¨® personalmente¡±, agrega la sentencia. ¡°Empez¨® a decaer su ¨¢nimo y a retrotraerse en sus relaciones con los dem¨¢s¡± compa?eros.
Vequia cont¨® sus problemas al menos a un cabo y a dos soldados, quienes le recomendaron que hablara con el sargento. ¡°As¨ª lo hizo, y aun cuando el comportamiento de este se contuvo una semana, enseguida volvi¨® a lo mismo¡±. La queja tambi¨¦n lleg¨® a un teniente, reconoce el tribunal, pero este ¡°no hizo nada al no ver tan grave¡± lo que estaba sucediendo. El soldado, por su parte, acabar¨ªa ¡°resign¨¢ndose e interiorizando el ser objeto de burlas constantemente¡±.
Diez a?os despu¨¦s, la Justicia militar ha declarado culpable al sargento de tratar ¡°de manera degradante, inhumana o humillante¡± a un subordinado, un delito que el C¨®digo Penal Militar castiga con seis meses a cinco a?os de prisi¨®n, pero ha reducido la pena a solo dos meses y un d¨ªa, la m¨ªnima posible para un delito militar, pues con 24 horas menos de privaci¨®n de libertad se castiga la mera falta disciplinaria.
El castigo ha sido tan leve porque se le ha aplicado la ¡°atenuante muy cualificada de dilaciones indebidas¡±, un retraso que la sentencia considera de ¡°a todas luces injustificado¡±, pues la instrucci¨®n se ha limitado apenas a tomar declaraci¨®n a los testigos. Adem¨¢s, el tribunal absuelve al suboficial de un delito de maltrato de obra, alegando que los golpes que dio en el pecho al soldado (¡°pechazos¡±), aunque ¡°intolerables en la relaci¨®n entre mando y subordinado¡±, no le causaron ninguna lesi¨®n o da?o f¨ªsico y eran ¡°una manifestaci¨®n m¨¢s del trato vejatorio¡±. Tampoco le condena por el da?o sicol¨®gico al soldado, ¡°dada la falta de prueba pericial que lo acredite¡± y le impone una indemnizaci¨®n de 800 euros por da?o moral.
El abogado del soldado, Antonio Su¨¢rez-Vald¨¦s, ha anunciado que recurrir¨¢ la absoluci¨®n del delito de maltrato de obra, por considerar que los ¡°pechazos¡± eran una forma de violencia, y pedir¨¢ el reingreso de su cliente en el Ej¨¦rcito. Vequia fue despedido en noviembre de 2014 (no se le renov¨® el compromiso tras m¨¢s de cinco a?os en filas) debido a las calificaciones negativas de sus superiores en lo que, para su letrado, no fue sino ¡°una manifestaci¨®n m¨¢s del acoso que padeci¨®¡±.
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