Interior investiga qu¨¦ d¨ªa se grab¨® el v¨ªdeo de los presos consumiendo un c¨®ctel de f¨¢rmacos para depurar responsabilidades entre los funcionarios

La investigaci¨®n abierta por Instituciones Penitenciarias tras difundirse dos v¨ªdeos grabados por siete presos de la c¨¢rcel de Monterroso (Lugo) en el que se muestran consumiendo un c¨®ctel de f¨¢rmacos y con objetos prohibidos intenta determinar el d¨ªa concreto de la filmaci¨®n para saber qu¨¦ funcionarios estaban de servicio y por qu¨¦ no estaban realizando las labores de vigilancia que hubieran impedido los hechos. Fuentes penitenciarias se?alan que, en caso de ser identificados se enfrentar¨ªan a un expediente por falta grave por la que pueden ser suspendidos de empleo y sueldo hasta tres a?os. Mientras tanto, el recluso que registr¨® las im¨¢genes con un tel¨¦fono m¨®vil (cuya tenencia est¨¢ prohibida dentro de la c¨¢rcel) y las subi¨® a la red social Facebook (pese a que los internos tienen vetado el acceso a Internet) ya ha sido sancionado con ¡°limitaciones regimentales¡± que le obligar¨¢n a permanecer en su celda sin salir al patio. A los otros seis internos implicados se les ha incoado un expediente que ser¨¢ resuelto en los pr¨®ximos d¨ªas por la comisi¨®n disciplinaria del penal, seg¨²n detallan fuentes penitenciarias.

El director del centro Penitenciario, Antonio Rivera, en declaraciones a La Voz de Galicia, ha restado relevancia al suceso. Rivera ha asegurado que la grabaci¨®n de los v¨ªdeos y su difusi¨®n posterior fueron ¡°un mero acto de notoriedad¡± llevado a cabo para ¡°llamar la atenci¨®n de su c¨ªrculo de amistades de fuera de la prisi¨®n¡±. ¡°Los hechos que realizaron [los internos], de cara a la seguridad del centro, no son tan importantes¡±, ha a?adido. Es el segundo incidente grave que registra la prisi¨®n lucense en los ¨²ltimos meses despu¨¦s de que el pasado noviembre fuera escenario del intento de fuga de dos internos que, finalmente, pudieron ser interceptados por la Guardia Civil cuando intentaban sortear el muro con una escalera.

Las pesquisas sobre los v¨ªdeos han revelado que una de las grabaciones fue subida a Facebook por el preso ya sancionado el pasado domingo a las 18.30. El segundo v¨ªdeo, tres horas m¨¢s tarde. Tambi¨¦n, que las dos secuencias fueron grabadas en el m¨®dulo 3 de la prisi¨®n. Seg¨²n detallan fuentes penitenciarias, el centro penitenciario de Monterroso, que acoge a 180 reclusos, tiene una peculiar estructura que la divide en una multitud de peque?os m¨®dulos. Cada una de esas divisiones, en la actualidad, no acoge a m¨¢s de una decena de internos por el descenso de la poblaci¨®n reclusa de los ¨²ltimos a?os. En concreto, el m¨®dulo en el que se produjeron los hechos hay nueve presos, seg¨²n detallan fuentes de la prisi¨®n. Su vigilancia y la del m¨®dulo contiguo la realizan tres funcionarios, de los que, seg¨²n aclaran las mismas fuentes, uno permanece en la garita mientras los otros dos se reparten la vigilancia de los internos de ambos m¨®dulos all¨ª donde est¨¦n, ya sea el patio u otras dependencias comunes.

Sin embargo, las im¨¢genes difundidas muestran a los reclusos en uno de estos espacios, la ¡°sala de d¨ªa¡±, sin la presencia de ning¨²n trabajador mientras utilizan objetos prohibidos como el tel¨¦fono m¨®vil con el que filman la escena y una m¨¢quina artesanal de tatuar. En el primero de los v¨ªdeos, que tiene una duraci¨®n de 3 minutos y 44 segundos, un interno critica precisamente este hecho: ¡°Dos m¨®dulos. Uno con diez t¨ªos y el otro con otros diez. Dos guardias en cada m¨®dulo, m¨¢s la de la noche, cobrando mil y pico pavos [euros], trabajan 48 horas seguidas y luego descansan el resto de la semana. [...]. Mira, por aqu¨ª no hay ni Dios [...] Los guardias ah¨ª, en la garita, con el tel¨¦fono y la tele¡±, se?ala el recluso que graba las im¨¢genes mientras muestra a un interno sentado en una mesa ¡°afilando algo¡± y a otro haciendo un gran tatuaje en la espalda de un tercero.

El segundo v¨ªdeo, de 2 minutos y 46 segundos de duraci¨®n, fue grabado instantes despu¨¦s y en ¨¦l aparecen hasta siete presos sentados alrededor de la mesa que han improvisado para jugar a las cartas. En esta ocasi¨®n, las im¨¢genes muestran sobre la mesa una docena de c¨¢psulas de f¨¢rmacos. Se trata, seg¨²n detallan fuentes penitenciarias, de benzodiazepinas (un psicotr¨®pico utilizado contra la ansiedad) y antidepresivos inicialmente destinados a reclusos enfermos, pero que supuestamente hab¨ªan sido desviados para el tr¨¢fico clandestino dentro de la prisi¨®n. En el v¨ªdeo, los reclusos presumen de su tenencia y empiezan a vaciar su contenido en un vaso de pl¨¢stico en el que luego vierten un refresco de cola. El contenido es inmediatamente despu¨¦s bebido entre todos. ¡°Es un c¨®ctel molotov para que ustedes se lo gocen¡±, dice uno de los internos, mientras otro dice que ¡°as¨ª se mueren los chavales en la c¨¢rcel¡±. Varios de ellos sacan la lengua y muestran en ella otras c¨¢psulas.

Fuentes penitenciarias admiten que este segundo v¨ªdeo aflora otro problema de las c¨¢rceles que, en este caso, no es exclusivo de la prisi¨®n de Monterroso: el tr¨¢fico de f¨¢rmacos que se suministran a los internos con dolencias y que luego estos evitan consumir para poder venderlos. Fuentes penitenciarias se?alan que se investiga c¨®mo han podido acceder estos internos a la medicaci¨®n que aparece en las im¨¢genes, si la ten¨ªan prescrita o no y, en este caso, determinar c¨®mo finalmente ha llegado a su poder.

Estas mismas fuentes a?aden que, para algunas medicaciones de naturaleza psicotr¨®pica, la mejor forma de dispensaci¨®n es la que se denomina ¡°directamente observada¡± en la que la persona toma el f¨¢rmaco en el mismo momento que se le entrega con control por parte de personal sanitario de la prisi¨®n. La investigaci¨®n analizar¨¢ si este supuesto se produjo en la c¨¢rcel de Monterroso. El pasado mes de diciembre, y d¨ªas despu¨¦s de la fuga de dos reclusos de la prisi¨®n madrile?a de Valdemoro, Interior imparti¨® una instrucci¨®n interna para reforzar las medidas de seguridad dentro de las c¨¢rceles en la que hac¨ªa menci¨®n, precisamente, en la necesidad de organizar la dispensa de medicamentos para minimizar el riesgo de este tr¨¢fico.