El Reino Unido amenaza con una salida no negociada para Gibraltar
El Gobierno de Johnson rechaza que Espa?a controle las fronteras del Pe?¨®n, como apunta el mandato negociador de la Comisi¨®n Europea
Empieza a ser un patr¨®n repetitivo. El Gobierno de Boris Johnson, desesperado en su momento por cerrar a toda costa el Brexit con la UE, firm¨® acuerdos que ahora no le terminan de convencer. Y amenaza con incumplir su parte si no se renegocian. Lo ha hecho con el Protocolo de Irlanda del Norte. Este mi¨¦rcoles lo ha vuelto a hacer con Gibraltar. La secretaria de Estado de Exteriores para Europa y las Am¨¦ricas, Wendy Morton, ha asegurado a los diputados de la Comisi¨®n de Escrutinio Europeo que el Reino Unido est¨¢ preparado para abordar, junto a Gibraltar, un Resultado No Negociado (Non Negotiated Outcome) de su situaci¨®n, en el caso de que la UE no rebaje las pretensiones impuestas en su mandato negociador del pasado 20 de julio. ¡°Estamos trabajando ya, junto al Gobierno de Gibraltar, en un posible Resultado No Negociado, para el caso en que lleguemos a la conclusi¨®n de que esa es la v¨ªa que debemos tomar. Tenemos planes muy robustos y estamos muy bien preparados ante cualquier eventualidad, incluida la de una situaci¨®n sin acuerdo [respecto a Gibraltar]¡±, ha dicho Morton.
Los diputados de la Comisi¨®n de Escrutinio Europeo tienen la responsabilidad de supervisar el desarrollo en el tiempo del Brexit, y de qu¨¦ modo la nueva legislaci¨®n de la UE puede afectar a los intereses del Reino Unido. Ninguno de ellos parec¨ªa, por el tono de sus preguntas, tener una noci¨®n clara sobre la complejidad que supone la negociaci¨®n de Gibraltar, y los delicados intereses (en materia de soberan¨ªa, y en cuestiones econ¨®micas, humanas y pr¨¢cticas) desde los que act¨²an hace a?os los Gobiernos del Reino Unido y Espa?a. Se han limitado a expresar su extra?eza, m¨¢s de un a?o despu¨¦s, por el hecho de que Gibraltar se mantuviera aparte de la negociaci¨®n del Brexit, y requiriera un tratado espec¨ªfico entre la UE y el Reino Unido. Y, sobre todo, se han mostrado igual de irritados ante la idea de que pudiera ser la polic¨ªa espa?ola, como sugiere el borrador de mandato de la Comisi¨®n Europea (CE), la que controle las fronteras externas del Pe?¨®n.
Londres y Madrid alcanzaron el 31 de diciembre de 2020, a pocas horas de la Nochevieja, un ¡°principio de acuerdo¡± (Morton lo llama ¡°acuerdo marco pol¨ªtico¡±) por el que la verja f¨ªsica que separa Gibraltar de la L¨ªnea de la Concepci¨®n (C¨¢diz) dejar¨ªa de existir en seis meses. Para evitar que el Pe?¨®n, arrastrado por el Brexit, pasara a convertirse en frontera exterior de la UE, el territorio se unir¨ªa a Schengen, el espacio europeo de libre circulaci¨®n que integra a 26 pa¨ªses (22 de la UE m¨¢s Noruega, Suiza, Islandia y Liechtenstein). Los controles fronterizos ya no estar¨ªan en la verja, sino en el puerto y aeropuerto de Gibraltar. Se acord¨® entonces un periodo de implementaci¨®n de cuatro a?os, en el que dichos controles los asumir¨ªa Frontex (la agencia europea de fronteras). Pero Espa?a ser¨ªa la responsable de que las normas de Schengen se cumplieran en el Pe?¨®n. Los agentes europeos deber¨ªan rendir cuentas a las autoridades espa?olas, quienes tendr¨ªan la ¨²ltima palabra para permitir la entrada de una persona o expedir un visado de corta duraci¨®n (90 d¨ªas).
Ese acuerdo marco era la base sobre la que comenzar¨ªan a negociar un nuevo tratado sobre Gibraltar el Reino Unido y la UE, sobre el que el Gobierno espa?ol tendr¨ªa la ¨²ltima palabra. El texto, que el Ejecutivo espa?ol se apunt¨® como un triunfo, fue firmado apresuradamente por Downing Street. Johnson quer¨ªa a toda costa su Brexit, antes de adelantar unas elecciones en las que los conservadores obtuvieron una victoria arrolladora.
El tiempo es ahora otro. Johnson ya no goza de una popularidad a prueba de bomba. La semana que viene celebra el congreso anual del partido, siempre un c¨®nclave delicado, y el lobby de Gibraltar es muy poderoso en el Parlamento de Westminster. Cuando el pasado 20 de julio se conoci¨® el mandato negociador de la CE, el entonces ministro brit¨¢nico de Exteriores, Dominic Raab, mont¨® en c¨®lera, y asegur¨® que el texto ¡°pretend¨ªa socavar la soberan¨ªa del Reino Unido sobre Gibraltar, y no puede constituir una base para las negociaciones¡±. Dos d¨ªas despu¨¦s, el ministro de Exteriores espa?ol, Jos¨¦ Manuel Albares, se reun¨ªa con Raab en Londres y pon¨ªa pa?os calientes a la situaci¨®n: el mandato negociador, aseguraba a su anfitri¨®n, era solo ¡°un punto de partida¡± sobre el que comenzar a negociar, y no una posici¨®n inamovible.
El texto de la CE, sin embargo, no hac¨ªa menci¨®n a Frontex, y era especialmente puntilloso y detallista a la hora de definir la competencia del Gobierno de Espa?a sobre Gibraltar. ¡°Creemos que choca frontalmente con el acuerdo marco, socava la soberan¨ªa del Reino Unido sobre Gibraltar y no puede ser la base de un futuro tratado¡±, ha dicho Morton. ¡°Ignora el papel fundamental atribuido a Frontex y propone que sean agentes espa?oles los que realicen los controles; concede a Espa?a el poder para conceder visados o asilo, y as¨ª como competencias policiales en territorio de Gibraltar¡±, ha asegurado la secretaria de Estado, cuya conclusi¨®n general ha sido que el mandato era completamente desproporcionado respecto al escaso intercambio de bienes y servicios entre Gibraltar y la UE.
El presidente de la comisi¨®n, Bill Cash, un veterano euroesc¨¦ptico con el acento y las formas de los personajes de la serie Downton Abbey, ha insistido en preguntar a Morton si las relaciones entre el Reino Unido y Espa?a respecto a Gibraltar segu¨ªan rigi¨¦ndose por el Tratato de Utrecht de 1713. ¡°Me temo que me ha pillado algo oxidada en cuestiones de historia, presidente¡±, ha respondido Morton.
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