El control policial en ?frica impide la emigraci¨®n hacia Canarias de 8.000 personas
Interior aumenta las subvenciones a los gobiernos de los pa¨ªses de origen para que refuercen la vigilancia en sus costas y fronteras
La cooperaci¨®n entre Espa?a y sus principales socios africanos ha frustrado la llegada de unas 8.000 personas a las islas Canarias, seg¨²n fuentes policiales. El control en los pa¨ªses de origen y tr¨¢nsito de los migrantes es m¨¢s intenso y Marruecos, Mauritania, Senegal y Gambia han frustrado en conjunto y de media casi un 40% de los intentos de alcanzar el archipi¨¦lago. La presi¨®n migratoria en estos pa¨ªses, sin embargo, es fuerte y creciente y las salidas no se han detenido ni siquiera durante el invierno, cuando las condiciones meteorol¨®gicas son m¨¢s adversas. En lo que va de a?o, seg¨²n el balance de Interior a 31 de octubre, las islas han recibido casi 17.000 personas, pr¨¢cticamente el doble que el a?o pasado en las mismas fechas. Casi 900 han muerto, seg¨²n las cuentas m¨¢s prudentes de la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones.
Las fuerzas de seguridad espa?olas, que colaboran en el terreno con las locales, celebran que en un a?o las redadas en tierra y bloqueos en el mar hayan aumentado en todos los pa¨ªses con los que trabajan. Cada socio, sin embargo, tiene un desempe?o diferente: Mauritania est¨¢ a la cabeza, mientras Marruecos est¨¢ a la cola.
Rabat, que controla su territorio y el del S¨¢hara Occidental, las regiones de donde parten casi la mitad de las pateras, consigue bloquear en torno al 33% de los emigrantes, seg¨²n se recoge en un informe reservado de la Comisi¨®n Europea al que ha tenido acceso EL PA?S. El a?o pasado ese porcentaje se qued¨® en torno al 16%. Mauritania, por su parte, segunda en volumen de salidas hacia Canarias, aborta casi el 50% de los intentos ante el 32,5% de 2020.
Las fuentes consultadas no detallan los porcentajes de intervenciones de Senegal y Gambia, aunque se?alan que tambi¨¦n han crecido considerablemente respecto al a?o pasado cuando frustraron, respectivamente, el 25% y el 5% de los viajes. ¡°Estos dos pa¨ªses tambi¨¦n est¨¢n haciendo un gran trabajo, aunque de all¨ª salen much¨ªsimas menos embarcaciones¡±, mantiene una fuente de seguridad.
Las cuentas son aproximadas y contrastadas con fuentes dedicadas al control de fronteras e informes reservados porque, de manera oficial, el Ministerio del Interior solo facilita cada 15 d¨ªas el n¨²mero de entradas irregulares, sin concretar el pa¨ªs de salida ni nacionalidad.
El destino de los emigrantes interceptados es incierto y Espa?a ni interviene ni garantiza que se respeten sus derechos. En Marruecos y el S¨¢hara, por ejemplo, son comunes las redadas y lo m¨¢s habitual es que o se traslade a los detenidos en autob¨²s al sur de la regi¨®n, donde se les abandona a su suerte, o se les expulse a sus pa¨ªses de origen gracias a los convenios bilaterales de Rabat. En Mauritania, hay dos centros de detenci¨®n sobre los que la ONG Human Right Watch ha denunciado las condiciones precarias, la falta de alimentos y la detenci¨®n de refugiados y ni?os. El centro de Nuadib¨² es conocido hace m¨¢s de una d¨¦cada como Guantanamito.
Marruecos, un socio particular
El caso de Marruecos es siempre controvertido y las fuentes consultadas se debaten entre elogiar los esfuerzos y exigir m¨¢s diligencia en los puntos calientes de tr¨¢nsito de inmigrantes.
A pesar de los temores, la crisis diplom¨¢tica entre Espa?a y Marruecos desatada en mayo no ha resentido la cooperaci¨®n contra la inmigraci¨®n irregular. M¨¢s all¨¢ del episodio de Ceuta, cuando la gendarmer¨ªa marroqu¨ª permiti¨® la entrada de m¨¢s de 10.000 personas a la ciudad aut¨®noma, la colaboraci¨®n no se interrumpi¨®. Marruecos, por un lado, sigue manteniendo el cerrojo migratorio que impuso en 2019 en el norte del pa¨ªs y que redujo dr¨¢sticamente las cifras de llegadas por el Estrecho, y, por el otro, lleva meses reforzando el control de algunos puntos de salida de la ruta atl¨¢ntica. Involucrar a los marroqu¨ªes en la vigilancia en esta regi¨®n era un objetivo prioritario de las fuerzas de seguridad espa?olas, que el a?o pasado vivieron con impotencia c¨®mo de las 23.000 personas que alcanzaron las islas, casi 15.000 hab¨ªan salido del sur de Marruecos y del S¨¢hara Occidental, a pesar de ser una regi¨®n totalmente militarizada.
La menor eficiencia de Rabat respecto a otros pa¨ªses se explica, seg¨²n fuentes de seguridad, no solo por la extensi¨®n de costa a vigilar y la falta de medios que est¨¢n concentrados en el norte. Los marroqu¨ªes afrontan un modus operandi diferente y deben controlar las salidas de muchas m¨¢s embarcaciones ¡ªy m¨¢s peque?as¡ª que los cayucos que salen de Mauritania, Senegal o Gambia, que son m¨¢s f¨¢ciles de interceptar. Otro factor que tener en cuenta, a?aden, es que el modelo de despliegue permanente de patrullas mixtas y de buques y medios a¨¦reos que Guardia Civil y Polic¨ªa mantienen en Mauritania, Gambia y Senegal no existe en Marruecos.
La cooperaci¨®n policial con los pa¨ªses de origen es una de las prioridades del Ministerio del Interior. Aun con los presupuestos prorrogados, Fernando Grande-Marlaska multiplic¨® por m¨¢s de tres las subvenciones a pa¨ªses africanos para contener la inmigraci¨®n irregular, un modelo implementado por Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero tras la llamada crisis de los cayucos de 2006. En 2019, Interior entreg¨® a Marruecos, Mauritania, Senegal, Guinea-Conakry, Mal¨ª, Costa de Marfil y Gambia 45,9 millones en subvenciones, frente a los 13,3 millones de 2017, un aumento del 243%. Marruecos se llev¨® el grueso de las transferencias, un total de 32,3 millones de euros. En los presupuestos de 2022, esa cifra sigue creciendo e Interior destinar¨¢ m¨¢s de 47 millones de euros entre transferencias directas y compra de material.
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