Los Presupuestos pasan, pero las quejas de los socios crecen en el Congreso
El Gobierno sortea con holgura un obst¨¢culo crucial, a la espera de nuevas negociaciones en las que los aliados exigen un cambio de actitud
Ni una pandemia, ni la conflictiva convivencia en el Gabinete com¨²n, ni las encuestas en contra, ni el encaje de bolillos al que se ve constantemente obligado para no perder el apoyo parlamentario. Nada ha podido de momento con la mala salud de hierro del Gobierno, que va sorteando obst¨¢culo tras obst¨¢culo. El de este jueves no era menor: el aval del Congreso para allanar el camino a la tramitaci¨®n de los Presupuestos del Estado, el cheque que necesita el Ejecutivo para garantizar su supervivencia hasta las pr¨®ximas elecciones. La votaci¨®n volvi¨® a poner de manifiesto que, mientras no cambien las circunstancias pol¨ªticas, una m¨¢s que holgada mayor¨ªa de la C¨¢mara (188 votos en esta ocasi¨®n) est¨¢ dispuesta a sostener a la coalici¨®n de izquierdas. Lo que no quiere decir que todos se encuentren felices con la actitud del Gobierno. Las quejas de los aliados se dejaron o¨ªr en el Congreso, la m¨¢s en¨¦rgica la de ERC, que dice que el Ejecutivo se est¨¢ comportando con ¡°soberbia¡±.
En los primeros d¨ªas de septiembre, cuando se iniciaba el nuevo curso pol¨ªtico, el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, vaticin¨®: ¡°Habr¨¢ Presupuestos, a trancas y barrancas, pero creo que los habr¨¢¡±. El ¡°a trancas y barrancas¡± es ya el modo de vida habitual del Ejecutivo, que este jueves se pudo dar una peque?a fiesta en el Congreso, con el presidente, la mayor¨ªa de sus ministros y los diputados de los dos grupos gubernamentales ovacionando en pie a la titular de Hacienda, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, por su exitosa defensa de los Presupuestos ante la C¨¢mara. Los aplausos borraban el eco de los reproches que algunos de los aliados del Gobierno hab¨ªan lanzado al viento del hemiciclo antes de consentir que las cuentas sigan su tramitaci¨®n. Y dejaban en evidencia que las fuerzas de los grupos que pretend¨ªan tumbar el proyecto siguen siendo escasas: 156 votos, una suma m¨¢s heterog¨¦nea a¨²n en la que entraron todo el bloque del centro y la derecha de ¨¢mbito nacional, junto al independentismo de choque de Junts y la CUP.
Las cuentas han pasado el trance m¨¢s dif¨ªcil, el del aval parlamentario a su tramitaci¨®n, pero a¨²n queda m¨¢s de un mes de camino para su aprobaci¨®n definitiva. Ahora habr¨¢ que negociarlas cap¨ªtulo a cap¨ªtulo, mandarlas al Senado y traerlas de vuelta al Congreso para votarlas antes de que acabe el a?o. Desde el mi¨¦rcoles, cuando se inici¨® el debate presupuestario, todos los grupos que salieron en auxilio del Gobierno frente a las siete enmiendas a la totalidad de la oposici¨®n advirtieron de que su postura no es un ¡°cheque en blanco¡± y que todav¨ªa habr¨¢ que trabajarse su apoyo final. Lo avis¨® ERC y lo ratificaron los dos grupos nacionalistas vascos, al igual que el valenciano y el gallego, el regionalista c¨¢ntabro, Nueva Canarias y Teruel Existe.
De tanto escucharlo, la ministra de Hacienda rog¨® este jueves: ¡°No hace falta que lo repitan m¨¢s, lo tenemos claro. Sabemos la aritm¨¦tica parlamentaria¡±. Montero, sin entrar en cruces dial¨¦cticos, se mostr¨® comprensiva con las peticiones de todos, desde los que exigen medidas m¨¢s escoradas a la izquierda hasta las reivindicaciones espec¨ªficas de los grupos territoriales.
ERC no le reclam¨® tanto cuestiones concretas como un cambio de actitud. Su portavoz, Gabriel Rufi¨¢n, volvi¨® a reivindicar la cuota para el catal¨¢n, el gallego y el euskera en las plataformas audiovisuales, que el PSOE se ha comprometido a negociar con los independentistas en una futura ley. ¡°En ning¨²n lugar se legisla contra las lenguas de tu propio pa¨ªs¡±, protest¨® Rufi¨¢n. Pero sus reproches principales, con la contundencia marca de la casa, tuvieron un fondo m¨¢s pol¨ªtico. El portavoz de ERC argument¨® que el Gobierno se vale del miedo a la derecha ¨D¡°Su motor es el miedo¡±, sentenci¨®¨D para amarrar sus apoyos parlamentarios. Y esa circunstancia le permite vivir ahora lo que defini¨® como ¡°un momento altivo, un momento alfa¡±. ¡°La soberbia es mala consejera¡±, fue su primer aviso. Luego vino un segundo: ¡°Empiezan a tener a demasiada gente cabreada¡±. Y a¨²n un tercero: ¡°Calculen bien sus fuerzas, no s¨¦ si les queda gasolina para tanto viaje¡±.
De las admoniciones de Rufi¨¢n se pas¨® al tono siempre diplom¨¢tico del PNV. Su diputada Idoia Sagastizabal fue mucho m¨¢s cr¨ªtica con la derecha por sus propuestas de bajadas de impuestos, una ¡°quimera¡±, dijo, propia de ¡°curanderos¡± y ¡°populistas¡±. Lo que no le impidi¨® subrayar que su partido est¨¢ descontento con las inversiones del Estado en Euskadi y que su postura en la votaci¨®n final de los Presupuestos depender¨¢ de que se asignen m¨¢s fondos para la red ferroviaria vasca.
Por la izquierda, el diputado de EH Bildu Oskar Matute reforz¨® otra de las quejas esgrimidas por Rufi¨¢n: la ausencia de una reforma fiscal ¡°m¨¢s justa¡±. La ministra se remiti¨® al informe que a comienzos de a?o presentar¨¢ el comit¨¦ de expertos al que Hacienda ha encargado una propuesta. Matute entr¨® a fondo en la herida a¨²n no cerrada en el Gabinete por las diferencias entre PSOE y Unidas Podemos sobre la reforma laboral. ¡°Si no la derogan, perder¨¢n las elecciones y ser¨¢ responsabilidad suya que gobierne la derecha¡±, apret¨® a la ministra. Matute expres¨® su sospecha de que el Ejecutivo ¡°pretenda pedir permiso a la patronal¡± y acometa solo una ¡°derogaci¨®n parcial¡±. En ese caso, abund¨® el portavoz abertzale, ¡°quiz¨¢s pierdan el apoyo de los grupos de izquierda¡±.
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