Tr¨ªas a B¨¢rcenas: ¡°Rajoy te echar¨¢ toda la culpa¡±
EL PA?S culmina la publicaci¨®n del ¡®podcast¡¯ ¡®Los Papeles¡¯ con la confesi¨®n del abogado que destap¨® la caja b del PP
Algunos delincuentes guardan los recuerdos de sus delitos. Cuando salen a la luz, esos recuerdos se pueden convertir en s¨®lidos indicios que el C¨®digo Penal castiga con c¨¢rcel. Aqu¨ª van algunos ejemplos:
El contable de Francisco Correa almacenaba en un pendrive el detalle de los sobornos a pol¨ªticos del PP, una de las pruebas principales que la Audiencia Nacional utiliz¨® para condenar a la trama G¨¹rtel.
Francisco Granados, ex mano derecha de la presidenta Esperanza Aguirre, escond¨ªa en un altillo del piso de sus suegros casi un mill¨®n de euros que nunca declar¨® a Hacienda, uno de los indicios principales que mantiene imputado al pol¨ªtico en varias causas de corrupci¨®n.
Jos¨¦ Manuel Villarejo, comisario de polic¨ªa, grab¨® durante 20 a?os todas sus andanzas delictivas con empresarios, pol¨ªticos y periodistas. Las grabaciones que guardaba en su casa han servido de pruebas para llevarle hasta la c¨¢rcel.
Luis B¨¢rcenas, extesorero del PP, escribi¨® en un cuaderno durante casi 20 a?os las entradas y salidas de dinero negro en una caja b con la que se financi¨® la formaci¨®n conservadora.
El conocimiento de esos papeles de B¨¢rcenas fue posible gracias a la acci¨®n de Jorge Tr¨ªas Sagnier, abogado, poeta y diputado nacional del PP (ente 1996 y 2000). Tr¨ªas asesor¨® a B¨¢rcenas cuando la investigaci¨®n judicial le acorralaba. Y fue entonces cuando B¨¢rcenas entreg¨® a Tr¨ªas una copia del secreto m¨¢s inconfesable del PP: la caja b que funcion¨® de 1990 a 2009 en la formaci¨®n conservadora.
El podcast de EL PA?S sobre los papeles de B¨¢rcenas necesitaba las explicaciones de Tr¨ªas para completar las piezas del relato. A pesar de la insistencia de los autores, el abogado prefiri¨® no hablar para no volver sobre los acontecimientos de hace una d¨¦cada. Sin embargo, Tr¨ªas escuch¨® los primeros cap¨ªtulos del podcast y se anim¨® a colaborar con este trabajo period¨ªstico.
Lo que sigue es un resumen de la entrevista con Tr¨ªas sobre aquel periodo incierto en la historia del Partido Popular, malherido de corrupci¨®n. Esa etapa negra para la formaci¨®n conservadora coincidi¨® con la peor crisis econ¨®mica y el derrumbe electoral del PSOE.
¡°Entr¨¦ en el PP porque promet¨ªa la regeneraci¨®n democr¨¢tica¡±. ¡°En casa de Camilo Jos¨¦ Cela, del cual fui abogado 20 a?os, comenc¨¦ a tener una relaci¨®n estrecha con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, qui¨¦n me pidi¨® que me presentase a las elecciones de 1996. Lo hice encantado, estuve una legislatura, fue apasionante para m¨ª. Cuando entr¨¦ en el PP, el PSOE estaba sumido en la postraci¨®n por el caso Filesa de financiaci¨®n ilegal. Entonces, yo veo un partido que es el PP que dice que va a suponer la regeneraci¨®n democr¨¢tica y pens¨¦ que me gustar¨ªa participar en ese proyecto¡±.
La comisi¨®n sobre financiaci¨®n de partidos no lleg¨® a nada. ¡°En el Congreso, form¨¦ parte de una comisi¨®n sobre financiaci¨®n de partidos pol¨ªticos, pero no se consigui¨® pr¨¢cticamente nada. La cosa m¨¢s seria que se ha hecho sobre financiaci¨®n de partidos la hizo Zapatero en 2007, cuando se puso coto a las donaciones an¨®nimas, esa fue una reforma muy seria, a partir de ah¨ª empez¨® el tema a estar mejor ordenado¡±.
El abogado de Violeta Friedman contra el general nazi L¨¦on Degrelle. ¡°Me fue bien en la profesi¨®n, tuve casos importantes, muchos de ellos los saqu¨¦ adelante¡. Hab¨ªa llevado el caso de Violeta Friedman que gan¨¦ en el Constitucional¡¡±. El general nazi de las SS L¨¦on Degrelle concedi¨® una entrevista a la revista Tiempo en 1985 donde manifestaba que los campos de exterminio eran un invento jud¨ªo, que no hab¨ªan existido nunca y que el doctor Mengele, conocido por el apodo de El ¨¢ngel de la muerte debido a sus experimentos con seres humanos, era un m¨¦dico normal.
Violeta Friedman, superviviente de Auschwitz y residente en Espa?a, denunci¨® estas manifestaciones. Su abogado fue Jorge Tr¨ªas. Aunque perdieron las demandas y recursos en todas las instancias judiciales, llegaron hasta el Tribunal Constitucional, que dict¨® una sentencia que reparaba el honor de Friedman al considerar intolerables las manifestaciones del general nazi. Aquella sentencia sirvi¨® para iniciar un procedimiento en el Congreso de los Diputados que desemboc¨® en la modificaci¨®n del C¨®digo Penal en 1995 y la penalizaci¨®n de los delitos de antisemitismo, xenofobia y racismo. El art¨ªculo 607.2 del C¨®digo Penal estableci¨® que ¡°la difusi¨®n por cualquier medio de ideas o doctrinas que nieguen o justifiquen los delitos [de genocidio y afines] tipificados en el apartado anterior de este art¨ªculo, o pretendan la rehabilitaci¨®n de reg¨ªmenes o instituciones que amparen pr¨¢cticas generadoras de los mismos, se castigar¨¢ con la pena de prisi¨®n de uno a dos a?os¡±.
Los ataques del PP al juez del ¡®caso G¨¹rtel¡¯. ¡°Cuando el caso G¨¹rtel pas¨® de la Audiencia al Tribunal Superior de Justicia de Madrid, el PP se lanza contra el juez instructor, que era Antonio Pedreira. Yo escrib¨ª un art¨ªculo defendiendo la independencia de Pedreira y un d¨ªa me llam¨® por tel¨¦fono, y me dijo: ¡®Soy tu compa?ero Antonio Pedreira¡¯. Lo hab¨ªa conocido en el Ayuntamiento de Madrid, y me dijo que le estaban atacando por todos lados y que por favor les dijera que le dejaran en paz. Llam¨¦ a la secretaria de Rajoy y a los cinco minutos me devolvi¨® la llamada y me dijo que me pod¨ªa recibir¡±.
¡°Rajoy me preguntaba con insistencia: ¡®?Qu¨¦ hay en esas cajas?¡±. ¡°El inter¨¦s de Mariano Rajoy era qu¨¦ hab¨ªa en las cajas [de documentaci¨®n sobre la trama G¨¹rtel] que la polic¨ªa no hab¨ªa abierto todav¨ªa. Le dije que no ten¨ªa la m¨¢s remota idea y le dije que lo que me hab¨ªa trasladado el juez Pedreira es que quer¨ªa que le dejaran en paz. Y entonces me explic¨® su famosa teor¨ªa del junco. Lo que s¨ª tuve constancia al instante es que en esas cajas lo que deb¨ªa haber eran aut¨¦nticas bombas pol¨ªticas, porque si no, no se hubiera preocupado por ellas, y me preguntaba con insistencia: ¡®?Pero qu¨¦ es lo que tienen?¡¯, y yo le dec¨ªa: ¡®?Pero t¨² crees que a m¨ª el juez me cuenta lo que tiene en las cajas?, ni por asomo, ni a m¨ª se me ocurre preguntarle¡¡¯. As¨ª es como entr¨¦ en el caso G¨¹rtel. Es un poco irregular que un juez llame a un abogado para pedirle ayuda para que le dejen en paz. Consider¨¦ que deb¨ªa hacerlo, lo hice y me vi metido en una rueda que gestion¨¦ como pude.
¡°Rajoy me habl¨® del junco y no se dio cuenta de que una riada se lo llevar¨ªa por delante¡±. ¡°Lo estoy viendo sentado detr¨¢s de la silla fum¨¢ndose un puro, al lado un pil¨®n de peri¨®dicos, dici¨¦ndome: ¡®Si yo hiciese caso a estos, yo no estar¨ªa sentado aqu¨ª. Mira, Jorge, la pol¨ªtica es como un junco, cuando viene el cicl¨®n hay que inclinarse, y cuando pasa, vuelves otra vez a tu lugar habitual¡¯. ?l no se dio cuenta nunca de que adem¨¢s de como un junco y ciclones, hay riadas que se lo llevan todo por delante, no respeta ni a los juncos, que es lo que le pas¨® con la moci¨®n de censura¡±.
¡°Cuando B¨¢rcenas me dej¨® las papeles, me qued¨¦ pasmado¡±. ¡°A m¨ª cuando me ense?a esos papeles, Luis me los deja y yo me qued¨¦ pasmado. Estuve mir¨¢ndolo solo y pens¨¦: ¡®Aqu¨ª no hay delito fiscal, pero esto es un monumental esc¨¢ndalo pol¨ªtico¡¯. Pens¨¦ que Luis no me lo ense?aba de forma inocente y yo le hice una fotocopia. ¡®Dije, me voy a guardar una copia y... Jam¨¢s me pregunt¨® si los hab¨ªa fotocopiado o no. Estoy seguro de que sab¨ªa que los hab¨ªa fotocopiado. Pens¨¦ que era de una gravedad extraordinaria. Que un partido llevase una contabilidad b, con cantidades que entregaba en sobres o en mano, en met¨¢lico, a pr¨¢cticamente toda la plana general del partido¡ Excepto dos o tres cantidades que estaban plenamente justificadas. Una me parece que fue al padre de Santiago Abascal porque hab¨ªa tenido un atentado terrorista y le hab¨ªan ayudado a construir su casa, otra de P¨ªo Garc¨ªa Escudero y otra a una fundaci¨®n que recibi¨® Eugenio Nasarre. Todo lo dem¨¢s no ten¨ªa ni pies ni cabeza. Y por eso me lo guard¨¦ y le devolv¨ª los papeles. Y le dije: ¡®Luis, yo creo que esto no llega a ninguna cantidad al delito fiscal pero es un monumental esc¨¢ndalo pol¨ªtico. T¨² ver¨¢s lo que haces¡±.
Tr¨ªas a B¨¢rcenas: ¡°Rajoy te echar¨¢ toda la culpa. En pol¨ªtica no hay amigos¡±. Es cuando le dije: ¡®Yo creo que ni Rajoy ni Lapuerta te van a defender, te van a echar toda la culpa, porque, olv¨ªdate, en pol¨ªtica no hay amigos, hay intereses y tus intereses no pasan por los de ellos, y te dejar¨¢n en la cuneta el d¨ªa que les parezca oportuno¡¯. Y le dije: ¡®Yo de ti, desvelaba todo esto en parte¡±.
¡°B¨¢rcenas ense?¨® alguna hoja delante de m¨ª a EL PA?S¡±. ¡°B¨¢rcenas ense?¨® delante de m¨ª alguna hoja de los papeles a Jos¨¦ Manuel Romero [periodista de EL PA?S], pero no las hojas enteras. Cuando El Mundo publica que existe una contabilidad b pero no sabe cu¨¢l es porque Pedro J. no tiene los papeles, fue cuando Jos¨¦ Manuel me llama, yo iba en el tren a ver a mi hermano Eugenio, que ya estaba agonizando. Me llama y me pregunta si tengo algo que decir y le dije que no. Pero despu¨¦s le¨ª lo que hab¨ªa publicado El Mundo y le dije: ¡®Pues s¨ª¡¯. Y escrib¨ª un art¨ªculo llamado Sombras y certezas. EL PA?S hizo una cosa, que deb¨ªan haberme comunicado, pero que estaban en su leg¨ªtimo derecho [de hacer], y es convertir mi art¨ªculo en una noticia. Gran titular de EL PA?S: ¡°El exdiputado Tr¨ªas reconoce o denuncia pagos en b del PP¡±. Entonces empezaron a salir noticias y al final, a m¨ª esos papeles me quemaban y gestion¨¦ la situaci¨®n como mejor pude, no s¨¦ si acertada o equivocadamente. Ten¨ªa varias alternativas. Una, d¨¢rselas a Jos¨¦ Manuel. Otra, d¨¢rselas al fiscal general del Estado. Otra, d¨¢rselas a un amigo m¨ªo, que es Gerardo Viada, abogado de EL PA?S, y otra era triturarlas y hacerlas desaparecer¡±.
¡°Cuando publicaron los papeles, llegaron las amenazas¡±. ¡°Cuando los public¨® EL PAIS, empezaron a llegar las amenazas. Que me iban a interponer demandas multimillonarias por difamaci¨®n, por entregar documentos falsos... Los meses de febrero, marzo y abril [de 2013], despu¨¦s de publicarse todo esto fueron unos meses bastante angustiosos. Aquellos meses me levantaba por las ma?anas, me fumaba siete cigarrillos seguidos¡ me hab¨ªa superado la situaci¨®n. Yo era un abogado que hab¨ªa llevado asuntos muy complejos y que dominaba bastante bien las situaciones complejas, pero esta hubo un momento que an¨ªmicamente me super¨®. Asumo que cuando se hacen determinadas cosas, el coste es grande, pero hay determinados calificativos que me resultan ofensivos. Que personas del PP se atrevan a decir que yo he sido un traidor cuando ellos han sido los verdaderos villanos y traidores de esta historia, me parece repugnante. Ya lo dec¨ªa Churchill, que los enemigos son los de detr¨¢s, los de enfrente son los adversarios. Yo recuerdo que cuando fui diputado con los de enfrente sol¨ªa tener muy buena relaci¨®n, con los de detr¨¢s ten¨ªas que protegerte, porque a la que ve¨ªan que hab¨ªas cometido un error, comenzaban los hachazos. El partido en Espa?a es casi como una religi¨®n. El mostrar las bajezas o las cosas que hay que corregir de un partido se considera como una traici¨®n al mismo, aunque yo creo que es todo lo contrario.
¡°B¨¢rcenas me ha llamado para decirme que entend¨ªa que lo que hice no fue con mala fe¡±. ¡°Este verano, ordenando papeles y mis archivos pol¨ªticos, que los tengo en Poblet en el archivo Tarradellas, porque ten¨ªa cosas importantes de mi padre, de mi abuelo y m¨ªas, me encontr¨¦ los t¨ªtulos que acreditaban la subida de Luis Fraga y Luis B¨¢rcenas al monte Beluja [la cumbre m¨¢s alta de Siberia]. Lo puse en un sobre con una nota m¨ªa y se la envi¨¦ a B¨¢rcenas a la c¨¢rcel de Soto del Real. Pues hace un mes, recibo una llamada sobre las once de la noche y me dice: ¡®?No sabes qui¨¦n soy?¡¯. Y le digo: ¡®Pues no¡¯. ¡®Soy Luis B¨¢rcenas¡¯. Me choc¨® mucho. Me dijo: ¡®Oye, te agradezco mucho que me hayas enviado esos diplomas, ya sabes lo que estoy pasando. No estoy de acuerdo en c¨®mo hiciste las cosas, pero entiendo que no lo hiciste en absoluto con mala fe¡¯. La ¨²nica persona que ha llamado para decirme algo positivo de toda esta historia ha sido Luis B¨¢rcenas. Le dije que me encantar¨ªa verle y, bueno, a la primera ocasi¨®n que se tercie, me encantar¨ªa volver a retomar la relaci¨®n con los dos luises, tanto con B¨¢rcenas como Luis Fraga¡±.
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