Dos de los seis ¨²ltimos presos del 11-M quedar¨¢n libres antes de que acabe el a?o
Rachid Aglif saldr¨¢ de prisi¨®n el pr¨®ximo 1 de abril, mientras que Mohamed Bouharrat lo har¨¢ el 30 de octubre.
Un d¨ªa antes de que se cumplan 18 a?os de los atentados del 11 de marzo en Madrid, solo seis de los 18 condenados por el Tribunal Supremo a penas de c¨¢rcel por aquella masacre permanecen en prisi¨®n. De ellos, dos saldr¨¢n en libertad antes de que acabe el a?o, seg¨²n han confirmado a EL PA?S fuentes jur¨ªdicas y penitenciarias. Se trata de ...
Un d¨ªa antes de que se cumplan 18 a?os de los atentados del 11 de marzo en Madrid, solo seis de los 18 condenados por el Tribunal Supremo a penas de c¨¢rcel por aquella masacre permanecen en prisi¨®n. De ellos, dos saldr¨¢n en libertad antes de que acabe el a?o, seg¨²n han confirmado a EL PA?S fuentes jur¨ªdicas y penitenciarias. Se trata de Rachid Aglif, alias El Conejo, y Mohamed Bouharrat. El primero saldr¨¢ en libertad el pr¨®ximo 1 de abril. Siete meses despu¨¦s, el 30 de octubre, seguir¨¢ sus pasos Bouharrat. Tras la salida de ambos, ¨²nicamente permanecer¨¢n en prisi¨®n los dos condenados como autores materiales de la colocaci¨®n de las bombas, Jamal Zougam y Otman El Gnaoui; el minero asturiano que facilit¨® el explosivo, Emilio Su¨¢rez Trashorras, y otro de los miembros de la c¨¦lula yihadista, Abdelmajid Bouchar. Los tres primeros, condenados a penas de miles de a?os de prisi¨®n por los 193 muertos y cerca de 2.000 heridos de la masacre, tienen como fecha de extinci¨®n de sus penas marzo de 2044, cuando se cumplen los 40 a?os de cumplimiento m¨¢ximo que fija el C¨®digo Penal. Bouchar, condenado a 18 a?os, lo har¨¢ en agosto de 2023.
Aglif, condenado 18 de c¨¢rcel por colaboraci¨®n con organizaci¨®n terrorista y tr¨¢fico de explosivos, cumple las ¨²ltimas semanas de su pena en el Centro Penitenciario de M¨¢laga II, en la localidad de Archidona, tras pasar por varios penales, como el de Alb¨°casser (Castell¨®n). Desde el inicio de su condena, ha estado clasificado en primer grado penitenciario o r¨¦gimen cerrado, el m¨¢s duro, reservado a internos de ¡°peligrosidad extrema o de inadaptaci¨®n grave y manifiesta¡±.
Este r¨¦gimen le ha impedido, por ejemplo, disfrutar de permisos, adem¨¢s de tener durante toda la condena menos horas de salida al patio que el resto de los internos. Su abogado defensor, Andreas Chalaris, critica en conversaci¨®n telef¨®nica esta situaci¨®n: ¡°Ha tenido siempre buen comportamiento y no es yihadista¡±. El letrado, que mantiene que su cliente es inocente, a?ade que Aglif ha aprovechado su estancia en prisi¨®n para mejorar su espa?ol e iniciar estudios de historia y derecho.
Cuando sea excarcelado en abril, Aglif, que tiene 42 a?os, ser¨¢ previsiblemente deportado a su pa¨ªs de origen, Marruecos, como ha ocurrido anteriormente con otros condenados del 11-M al terminar de cumplir sus condenas. Sin embargo, su abogado conf¨ªa en que finalmente esta expulsi¨®n no se produzca por el cierre de fronteras en Marruecos por la covid, que ya ha impedido durante la pandemia deportar a algunos condenados por yihadismo, aunque en al menos un caso s¨ª se ejecut¨® la deportaci¨®n, seg¨²n fuentes policiales. ¡°En Espa?a tiene a su hermano y a sus sobrinos¡±, insiste Chalaris para demostrar un arraigo con el que justificar que se quede. Adem¨¢s, el abogado destaca que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, de Estrasburgo, a¨²n no se ha pronunciado sobre el recurso que Aglif present¨® contra la sentencia que le conden¨® por el 11-M.
Bouharrat, que en mayo cumplir¨¢ 43 a?os, tambi¨¦n ser¨¢ previsiblemente expulsado a Marruecos cuando sea excarcelado el 30 de octubre. Condenado a 12 a?os de c¨¢rcel por su participaci¨®n en el 11-M, deber¨ªa haber abandonado con anterioridad la c¨¢rcel, pero una pena anterior, por un robo con violencia, ha prorrogado su encarcelamiento hasta este a?o. En su caso, est¨¢ clasificado desde 2012 en segundo grado o r¨¦gimen ordinario, como la mayor¨ªa de la poblaci¨®n reclusa en Espa?a, lo que le permite aspirar a disfrutar de permisos. Recluido en la c¨¢rcel de Valladolid, ocupa una celda en un m¨®dulo destinado a internos con buen comportamiento y ha tenido destinos laborales dentro de la prisi¨®n, como ser el ordenanza encargado del polideportivo del centro, se?alan fuentes de su antigua defensa y confirman fuentes penitenciarias.
Tras ellos, pero ya en 2023, ser¨¢ excarcelado Abdelmajid Bouchar, conocido como El Gamo tras escapar de una primera detenci¨®n a la carrera. Condenado a 18 a?os de c¨¢rcel, su puesta en libertad est¨¢ prevista para el 12 de agosto de ese a?o. Bouchar, que en la actualidad tiene 39 a?os, fue detenido en Serbia en 2005, donde se hab¨ªa refugiado tras huir del piso de Legan¨¦s donde murieron otros miembros de la c¨¦lula tras hacer estallar los explosivos que ten¨ªan, y extraditado a Espa?a. Recluido en la prisi¨®n coru?esa de Teixeiro, est¨¢ clasificado desde su condena en primer grado penitenciario, el m¨¢s duro.
En la misma c¨¢rcel gallega est¨¢n otros dos presos del 11-M: Jamal Zougam y Emilio Su¨¢rez Trashorras. El primero, que tiene 48 a?os, fue condenado a 42.922 a?os como autor material de los atentados y permanece tambi¨¦n en primer grado. Durante su estancia en prisi¨®n, fue interrogado por su presunta implicaci¨®n en la red yihadista de radicalizaci¨®n desmantelada por la Guardia Civil en 2018 en la llamada Operaci¨®n Escribano. Seg¨²n detallan fuentes de la investigaci¨®n, Zougam era una de la treintena de presos musulmanes, repartidos por m¨¢s de 20 c¨¢rceles, con los que los supuestos cabecillas de esta trama contactaron a trav¨¦s de cartas para que se unieran al grupo que pretend¨ªa crear. La investigaci¨®n revel¨® que el preso del 11-M finalmente rechaz¨® el ofrecimiento, por lo que dej¨® de estar imputado, seg¨²n confirman fuentes policiales y jur¨ªdicas. En la causa siguen como investigados media docena de reclusos, pero ninguno del 11-M, detallan las mismas fuentes.
Su¨¢rez Trashorras, de 46 a?os, fue condenado a 34.715 a?os de c¨¢rcel y su periplo carcelario ha tenido altibajos. El exminero consigui¨® ser clasificado en segundo grado penitenciario e, incluso, celebr¨® un encuentro restaurativo (reuni¨®n entre victimario y v¨ªctima para que el primero asuma el da?o causado) con uno de los supervivientes de los atentados. Sin embargo, a finales de 2018, cuando estaba en la prisi¨®n de La Moraleja, en Due?as (Palencia), presuntamente amenaz¨® a un funcionario, lo que supuso su traslado y su regresi¨®n al primer grado. En la actualidad est¨¢ en la c¨¢rcel coru?esa, de nuevo clasificado en segundo grado.
El ¨²ltimo de los condenados a¨²n en prisi¨®n es Othman El Gnaoui, condenado a 42.922 a?os de c¨¢rcel como autor material de la masacre. Su salida de prisi¨®n est¨¢ prevista para el 19 de marzo de 2044. Recluido en la prisi¨®n de Mansilla (Le¨®n), tambi¨¦n est¨¢ clasificado en primer grado penitenciario, aunque en su caso se le aplica el art¨ªculo 100.2 del Reglamento Penitenciario por su buen comportamiento, lo que ha suavizado su r¨¦gimen de vida hasta hacerlo muy similar a un segundo grado. Gracias a ello, se le permite estar m¨¢s tiempo en el patio e, incluso, se le ha dado una celda en un m¨®dulo en el que est¨¢ recluidos presos en r¨¦gimen ordinario.
La que fue su abogada durante el juicio, Beatriz Bernal, que le visita peri¨®dicamente, asegura que El Gnaoui est¨¢ ¡°completamente integrado en la vida de la prisi¨®n¡± y que ha aprovechado el tiempo ¡°para mejorar su espa?ol y su nivel cultural. Se ha desarrollado como persona¡±, a?ade. Bernal insiste en que su cliente es inocente y que su contacto con los integrantes de la c¨¦lula [particip¨® en las obras de la casa de Morata de Taju?a en la que se escondi¨® el explosivo y acompa?¨® un tramo del camino a la caravana que traslad¨® la goma 2 desde Asturias] fue ¡°ocasional¡±.
Control a la radicalizaci¨®n en las c¨¢rceles
Tras los atentados del 11 de marzo de 2004, Instituciones Penitenciarias puso el foco en los presos yihadistas y, años después, comenzó a aplicar un protocolo para detectar la radicalización islamista dentro de las cárceles. Este manual divide a los reclusos yihadistas en tres grupos. El primero lo conforman los condenados por delitos de terrorismo. En la actualidad son 108 internos, según las cifras que maneja del Ministerio del Interior. El segundo está integrado por 44 presos que, si bien entraron en prisión por otros delitos, se ha detectado que realizan labores de adoctrinamiento sobre otros reclusos. El último grupo engloba a los denominados “presos vulnerables” que, por su situación personal, presentan un mayor riesgo de ser captados. Son 71. En total, hay 223 presos bajo control. El anuario del Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo, presentado la semana pasada, destacaba que, de las 22 operaciones antiyihadistas realizadas en España en 2021, siete se desarrollaron dentro de las cárceles contra redes de radicalización. En ellas fueron detenidas 12 personas.