Un espa?ol en el olimpo de los exploradores: ¡°La mayor atracci¨®n de la Ant¨¢rtida es lo desconocido¡±
El bi¨®logo navarro Ignacio Oficialdegui, uno de los tres seres humanos que han pisado el punto del continente helado m¨¢s alejado del mar, ha sido elegido como uno de los 50 expedicionarios m¨¢s influyentes del mundo
Ignacio Oficialdegui (Pamplona, 55 a?os) es uno de los ¨²nicos tres seres humanos que han logrado la haza?a de pisar el punto exacto de la Ant¨¢rtida m¨¢s alejado del mar. Este bi¨®logo e investigador del viento ha cruzado tres veces el continente helado, ha plantado una vez sus pies sobre el Polo Norte geogr¨¢fico y dos, sobre el Polo Sur. Acaba de ser elegido, entre m¨¢s de 400 candidaturas, como uno de los 50 exploradores m¨¢s influyentes del mundo por el Explorers Club de Nueva York. Todo ello mientras trabaja como director de Tecnolog¨ªa E¨®lica y Fotovoltaica en Acciona Energ¨ªa.
Oficialdegui atiende a este peri¨®dico por tel¨¦fono de camino a los Alpes, donde tiene previsto pasar una semana practicando alpinismo. Esa es para ¨¦l una afici¨®n ¡°del d¨ªa a d¨ªa¡±, porque las expediciones a la Ant¨¢rtida no es algo que pueda hacer de continuo, explica entre risas. Algunos de sus viajes al continente helado los ha realizado con el Trineo de Viento, un transporte elaborado con madera, cuerdas y cometas en el que lleva trabajando 20 a?os y con el que ha demostrado que es posible explorar la Ant¨¢rtida de forma sostenible.
Cuando vuelve a casa despu¨¦s de una expedici¨®n extrema, Oficialdegui siempre se promete a s¨ª mismo que esa vez ser¨¢ la ¨²ltima: ¡°Acaba y dices: ¡®No quiero volver. Quiero que pase un a?o; en verano irme a la playa y en navidades atiborrarme a turr¨®n¡±. Sin embargo, acaba convirti¨¦ndose en, al menos, la pen¨²ltima. Es dif¨ªcil dejar de hacer algo que le apasiona desde peque?o. De la infancia le viene esa ¡°curiosidad¡± de ¡°coger el camino sin saber a d¨®nde va¡±. Considera que la ¡°mayor atracci¨®n de la Ant¨¢rtida es lo desconocido¡±. ¡°No te puedes hacer una idea de c¨®mo es eso ni en Google. Todo es blanco, hielo, no hay ciudades, no hay pueblos, no hay carreteras, no hay nada. Es como un im¨¢n¡±, asegura quien ha comprado en su vida ¡°armarios y armarios de mapas¡± hasta que descubri¨® Google Earth, donde pasa horas y horas ¡°curioseando¡± por todas las esquinas.
Se inici¨® en el mundo de la exploraci¨®n porque vio un anuncio en el que ped¨ªan gente dispuesta a ir a Groenlandia a explorar una zona sin cartografiar. Desde hace dos d¨¦cadas trabaja junto a otro explorador, Ram¨®n Larramendi, en el proyecto del Trineo del Viento, una iniciativa amateur que desarrollan en su tiempo libre, poniendo dinero de su propio bolsillo, pero que poco a poco ha ido atrayendo la atenci¨®n de inversores. El ide¨®logo de este medio de transporte es Larramendi, quien introdujo a Oficialdegui en el mundo de la exploraci¨®n polar y present¨® su candidatura al Explorers Club de Nueva York. Oficialdegui, Larramendi y Juan Manuel Viu fueron quienes en 2005 alcanzaron el lugar exacto definido por el instituto cient¨ªfico British Antarctic Survey como el de m¨¢s dif¨ªcil acceso del continente blanco por su lejan¨ªa al mar.
Larramendi se inspir¨® en la cultura inuit para dise?ar el Trineo del Viento, que conjuga los avances tecnol¨®gicos con lo m¨¢s b¨¢sico. Oficialdegui descarta realizar sus expediciones extremas con veh¨ªculos tecnol¨®gicos, no solo porque es imposible resolver una aver¨ªa ¡°en el medio de la Ant¨¢rtida¡±, sino porque la log¨ªstica necesaria es descomunal: ¡°Se necesitan aviones H¨¦rcules, aeropuertos, bases, y miles y miles de litros de combustible que hay que mover, por no hablar del impacto medioambiental¡±. El Trineo de Viento, en cambio, utiliza la energ¨ªa del propio medio. Con el viento y ¡°cuatro barras, unas cuerditas, y telas, funciona¡±.
Las expediciones extremas requieren ¡°un an¨¢lisis tremendo de todo lo que puede ocurrir en un paraje que ¡°no han conseguido colonizar ni microorganismos¡±. El fr¨ªo es de 25 grados negativos en un d¨ªa soleado, de 40 bajo cero en las peores jornadas. ¡°Pero hay alg¨²n rato suelto que est¨¢s bien, como cuando te metes en el saco un d¨ªa soleado, aunque sea a cuarenta bajo cero, y dices: ¡®Qu¨¦ maravilla, qu¨¦ calentico¡±.
El problema llega cuando se tuerce alguna de las condiciones. En una de las expediciones estuvieron cinco d¨ªas sin poder mover el trineo por falta de viento. No sab¨ªan si podr¨ªan sacarlo de all¨ª, ya que pesa dos toneladas y media. Entonces, ¡°hay que adaptarse mentalmente, sacar lo mejor de tu cabeza¡±, explica. Eso s¨ª, saber que uno se ha metido en ese embrollo de forma voluntaria no ayuda: ¡°Cuando vienen mal dadas, el ser humano lo pasa mal, pero tambi¨¦n tiene la capacidad de adaptarse. Para hacer este tipo de proyectos tienes que meterte voluntariamente en l¨ªos. Y cuando te has metido en el l¨ªo y tienes que aceptar las dificultades... pues tiene su punto de complicaci¨®n y tienes que mentalizarte¡±.
Oficialdegui avanza que participar¨¢ en m¨¢s expediciones. De la ¨²ltima volvi¨® a principios de 2019, y la pandemia solo ha sido un punto y seguido que ha obligado a suspender otras tantas previstas. Tiene ya la vista fija en la primavera de 2023, cuando planea volver a la Ant¨¢rtida y, por qu¨¦ no, ¡°seguramente algo por Groenlandia¡±. Explica que cada vez hay m¨¢s empresas y proyectos interesados en lo que se denomina ¡°investigaci¨®n pura o cercana a ultrapura¡±, es decir, que ¡°deja una huella o impacto m¨ªnimo sobre la naturaleza¡±. Entre ellas, el Comit¨¦ Polar Espa?ol. Se propone seguir trabajando en mejoras tecnol¨®gicas que le permitan ¡°llevar m¨¢s peso¡± en el Trineo del Viento, pero para eso necesita ¡°m¨¢s investigaci¨®n¡± y ¡°gente que tenga recursos¡± y les ayude. Las ideas las ponen ellos.
El bi¨®logo navarro destaca entre las personas clave en su vida a su padre, que sin tener nada que ver con la exploraci¨®n ni con la naturaleza siempre lo apoy¨®. Hace una menci¨®n especial a la madre de sus tres hijos: ¡°Ser la pareja de alguien que est¨¢ todo el tiempo perdido en sitios que nadie sabe d¨®nde est¨¢n es muy duro¡±. Su familia es lo que m¨¢s echa de menos durante las expediciones. Saber que le espera ¡°un hogar¡± le ayuda a tener una vida como la suya. Otro de sus sue?os recurrentes en las largas expediciones, confiesa, es el de volver a probar un chulet¨®n con patatas fritas.
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