Cr¨ªticas a la delegada del Gobierno en Ceuta por aludir a la falta de ¡°muchachas¡± marroqu¨ªes para atender los hogares
La socialista Salvadora Mateos explicaba de forma ¡°coloquial¡± las consecuencias del prolongado cierre de la frontera, que afecta a miles de trabajadores
Unas declaraciones de la delegada del Gobierno en Ceuta, Salvadora Mateos, realizadas el pasado 1 de abril, sobre las consecuencias del prolongado cierre de la frontera con Marruecos, han desatado una tormenta de cr¨ªticas sobre la dirigente socialista. Mateos, tras descartar una apertura inmediata del paso fronterizo, aludi¨® a los problemas que est¨¢ generando la interrupci¨®n del flujo de personas entre ambos pa¨ªses; muchas de ellas, empleadas del hogar. ¡°En Ceuta, sobre todo las amas de casa, estamos deseando que vengan las muchachas, empezando por m¨ª...¡±, dijo la delegada. Y a?adi¨®, con una sonrisa: ¡°Que estar trabajando aqu¨ª por la ma?ana y estar de limpieza por la tarde la verdad es que cuesta¡±.
Sectores progresistas ceut¨ªes le han afeado un comentario que consideran ¡°vergonzante¡±. Desde la plataforma pol¨ªtica Ceuta Ya, sucesora de la formaci¨®n localista Caballas, se han referido a Mateos como ¡°clasista¡±. Suad Ahmed, secretaria de Cuidados y Bienestar Social de la formaci¨®n, ha criticado las palabras de la delegada ¡°por su enfoque, por transmitir la idea de que las verdaderas ¡®v¨ªctimas¡¯ del cierre fronterizo no son las propias trabajadoras sino las mujeres privilegiadas que se han quedado sin que nadie les limpie sus casas¡±.
Fuentes de la Delegaci¨®n del Gobierno se?alan que Mateos utiliz¨® un t¨¦rmino ¡°coloquial y no despectivo¡±, usado en la calle tanto en Ceuta como en Melilla para nombrar de manera informal a las empleadas dom¨¦sticas, aunque no fuese, admiten, el m¨¢s apropiado para referirse a las trabajadoras transfronterizas que se han visto afectadas por el bloqueo de la frontera.
Cierre fronterizo
La frontera entre Marruecos y Espa?a lleva cerrada dos a?os, desde el inicio de la pandemia en marzo de 2020. El Gobierno anunci¨® a finales de marzo una nueva pr¨®rroga del cierre, al menos hasta mayo, lo que daba al traste con las esperanzas de que el paso abriese r¨¢pidamente tras normalizarse las relaciones diplom¨¢ticas entre Espa?a y Marruecos despu¨¦s de un a?o de tensi¨®n a cuenta del contencioso sobre el S¨¢hara Occidental. Los presidentes de ambas ciudades se mostraron satisfechos con el gesto hecho por el Gobierno de Pedro S¨¢nchez, que respald¨® el plan de autonom¨ªa de Marruecos para el S¨¢hara por encima del proceso de autodeterminaci¨®n auspiciado por la ONU desde hace d¨¦cadas. Ambos han reconocido, sin embargo, la necesidad de regular los accesos y poner orden.
La situaci¨®n en la que han quedado estos dos a?os miles de trabajadores transfronterizos es una de las principales preocupaciones. ¡°Aqu¨ª hay melillenses, muchos, entre ellos yo, que seguimos mandando dinero por Western Union para que las empleadas que ven¨ªan a trabajar o conocidos o familiares puedan sobrevivir¡±, reconoc¨ªa tambi¨¦n hace unos d¨ªas Eduardo de Castro, presidente de Melilla expulsado de Ciudadanos. ¡°Se les ha seguido enviando dinero porque no ten¨ªan nada¡±, insist¨ªa.
Soraya (nombre ficticio para proteger su identidad) regres¨® a Marruecos en febrero de 2021, solo despu¨¦s de que su empleadora, una mujer espa?ola de avanzada edad y dependiente, falleciese por covid. Hab¨ªa permanecido en Melilla casi un a?o desde el cierre fronterizo: en marzo de 2020 ella consider¨® que su deber era quedarse en casa de la mujer a la que atend¨ªa. Al otro lado, en Marruecos, se qued¨® su marido a cargo de su beb¨¦, ante quien se le saltaban las l¨¢grimas cada vez que hablaban por videoconferencia para darle las buenas noches durante los once meses que estuvieron sin verse o abrazarse.
Sin ingresos
Para muchos trabajadores transfronterizos, el cierre ha supuesto una verdadera cat¨¢strofe. Decenas de miles de marroqu¨ªes que trabajaban diariamente en las ciudades aut¨®nomas, con o sin contrato, vieron c¨®mo de repente desaparecieron sus ingresos. No se pudieron beneficiar de los ERTE aprobados por el Gobierno durante los meses de confinamiento, y empleadores y empresarios que contaban con plantilla transfronteriza se quedaron sin ayudas para mantener las cuotas a la Seguridad Social de estos trabajadores. Solo entre marzo y julio de 2020, Ceuta y Melilla perdieron m¨¢s de la mitad de altas en la Seguridad Social en el r¨¦gimen de empleadas de hogar. A marzo de 2022, las cifras se situaban por debajo de las 500 altas, frente a las 1.711 y 2.157 afiliaciones en febrero de 2020 en Melilla y Ceuta, respectivamente.
M¨¢s del 90% de empleadas de hogar en las dos ciudades aut¨®nomas son mujeres marroqu¨ªes, lo que supone en torno al 10% del empleo de marroqu¨ªes en el sector a nivel nacional y el 3% de extranjeras no comunitarias del ramo, seg¨²n datos de la Seguridad Social. Pese a que cotizan m¨¢s que cualquier nacional (un 23%), no perciben prestaciones por desempleo porque no existe convenio de reciprocidad entre Espa?a y Marruecos. El estancamiento del cierre de la frontera ha paralizado, adem¨¢s, la renovaci¨®n de los permisos de trabajo y ha obligado a la Seguridad Social a gestionar bajas autom¨¢ticas y con efecto retroactivo, dificultando el papeleo para quienes no regresaron a su casa en Marruecos.
En 2021, y durante la crisis fronteriza en Ceuta, muchos hombres y mujeres aprovecharon para cruzar a la ciudad aut¨®noma con la esperanza de recuperar sus trabajos o formalizar sus permisos caducados. Es el caso de Samira, vecina de Fnideq, a siete kil¨®metros de Ceuta, que habl¨® con EL PA?S el 18 de mayo de 2021, justo despu¨¦s de protagonizar una huida a la desesperada junto a su hijo para regresar a la ciudad donde cobraba 400 euros al mes por limpiar y cocinar en una casa. Su empleadora hab¨ªa seguido mand¨¢ndole parte del sueldo desde el a?o anterior, pero no era suficiente para mantener a toda la familia con un marido desempleado y dos hijas m¨¢s: ¡°La gente en Marruecos no tiene nada, no hace nada¡±, dec¨ªa entonces Samira.
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