S¨¢nchez ataca con los audios de Villarejo y el PP lo acusa de firmar ¡°pactos diab¨®licos¡±

La oposici¨®n se estaba quedando ya sin apelativos para descalificar los pactos de Pedro S¨¢nchez. Lo de ¡°enemigos de Espa?a¡±, ¡°golpistas¡± o ¡°filoterroristas¡± pod¨ªa escandalizar mucho al principio, pero ahora nadie mueve una ceja en el Congreso cuando se escuchan esas palabras convertidas en rutina para el Diario de Sesiones. Hab¨ªa que renovar el vocabulario de t¨¦rminos pavorosos y la portavoz popular, Cuca Gamarra, opt¨® este mi¨¦rcoles por la demonizaci¨®n. Literalmente. Lo que cultiva el presidente del Gobierno, le espet¨® Gamarra en la sesi¨®n de control semanal, son ¡°pactos diab¨®licos¡±.

La frase levant¨® una mezcla de risas y protestas en las bancadas del Gobierno, en medio de un cruce dial¨¦ctico que fue m¨¢s bien una sucesi¨®n de mon¨®logos. El PP solo quer¨ªa hablar del CNI y S¨¢nchez solo quer¨ªa hablar de los ¨²ltimos audios del comisario Villarejo con dirigentes populares publicados por EL PA?S. As¨ª que cada uno habl¨® de lo que quiso e ignor¨® ol¨ªmpicamente las preguntas del contrincante. El presidente dej¨® sin aclarar si conoc¨ªa los espionajes legales a los independentistas -el PP sostiene que s¨ª y el Gobierno no dice ni que s¨ª ni que no- y los populares solo replicaban con el jaleo de sus esca?os cuando S¨¢nchez met¨ªa el dedo en la herida de las pasadas corrupciones evocando los di¨¢logos entre Villarejo y Dolores de Cospedal: ¡°Ustedes se parecen al PP de anteayer, el de parar como sea la libretita de B¨¢rcenas¡±.

En el argumentario del Gobierno ocupa un lugar central la tesis de que el PP de Alberto N¨²?ez Feij¨®o es lo mismo que el PP de Pablo Casado. S¨¢nchez lo repite cada semana en el Congreso y lo cierto es que en los ¨²ltimos duelos los populares le han puesto m¨¢s f¨¢cil al presidente sustentar tal afirmaci¨®n. Con el esc¨¢ndalo de las escuchas y el inconfundible olor a napalm que se expande por el hemiciclo cada vez que se avecinan unas elecciones -las proclamas de mitin sobre Andaluc¨ªa recorrieron toda la sesi¨®n- , el PP ha vuelto donde sol¨ªa. Las cuestiones econ¨®micas, en las que hab¨ªa centrado el tiro desde la llegada de Feij¨®o, han dejado paso de nuevo a la denuncia, en los t¨¦rminos m¨¢s gruesos, de los pactos ¡°diab¨®licos¡± de S¨¢nchez, a quien ya el martes, en el inicio del pleno de esta semana, un diputado popular, ?scar Clavell, hab¨ªa definido como ¡°el mayor traidor a Espa?a¡±.

Gamarra martille¨® por ah¨ª. ¡°Ha entregado la gobernaci¨®n del pa¨ªs a quienes son una amenaza para el orden constitucional¡±, atac¨® la portavoz popular, para concluir con la pregunta que no tuvo respuesta: ¡°Si los estaba espiando [a los independentistas], ?por qu¨¦ les abri¨® las puertas de La Moncloa?¡±.

Nada hace estremecer m¨¢s la bancada popular que una menci¨®n a sus condenas por corrupci¨®n. Los populares reaccionan ofendidos con gritos y aspavientos. Lo niegan a voces y siempre se escucha a alguien apelando a los ERE de Andaluc¨ªa. El barullo fue enorme cada vez que S¨¢nchez alud¨ªa a las nuevas evidencias sobre los intentos del PP de Rajoy para neutralizar al extesorero Luis B¨¢rcenas. El presidente insisti¨® con el lenguaje coloquial: si hace una semana llam¨® ¡°mangantes¡± a dirigentes del PP, esta vez habl¨® de ¡°piolines¡±, en alusi¨®n a aquel crucero decorado con el personaje de dibujos animados que acogi¨® a los polic¨ªas enviados a Barcelona en el oto?o de 2017. S¨¢nchez busc¨® una imagen para ilustrar a Gamarra c¨®mo ha evolucionado bajo su mandato la situaci¨®n en Catalu?a: ¡°La diferencia es que ustedes mandaban piolines a Catalu?a y con nosotros juega la selecci¨®n espa?ola sin problemas¡±.

Lo de los piolines provoc¨® luego irritadas cr¨ªticas de la l¨ªder de Ciudadanos, In¨¦s Arrimadas, y de la popular Ana Bel¨¦n V¨¢zquez. En respuesta a esta ¨²ltima, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, matiz¨® que en realidad el presidente hab¨ªa querido deplorar las ¡°indignas condiciones¡± en que fueron alojados los polic¨ªas en Barcelona.

S¨¢nchez solo respondi¨® directamente a la pregunta del portavoz del PNV, Aitor Esteban: ¡°?Tienen la Polic¨ªa y la Guardia Civil el programa Pegasus?¡±. Lo hizo con un simple y rotundo ¡°no¡±. Esteban lo acogi¨® con cierto escepticismo: ¡°Tomo nota. Pero aseg¨²rese¡±. Mucho m¨¢s esquivo se mostr¨® el presidente a la solicitud del portavoz nacionalista para que desbloquee la reforma de la Ley de Secretos Oficiales y estudie la propuesta que acaba de presentar el PNV a fin de actualizar tambi¨¦n el marco legal del CNI.

El cruce entre el presidente y la portavoz de EH Bildu deriv¨® en otra modalidad de di¨¢logo de besugos. Mertxe Aizpurua le preguntaba, tendiendo su mano, qu¨¦ va hacer para reconstruir la mayor¨ªa parlamentaria y S¨¢nchez le respond¨ªa con mensajes a ERC. Tanto fue as¨ª que aprovech¨® para insistir en que est¨¢ dispuesto a entrevistarse en cualquier momento con el president Pere Aragon¨¨s y a reunir de nuevo la mesa de di¨¢logo con la Generalitat.

Tampoco los ministros de Defensa, Margarita Robles, y de la Presidencia, F¨¦lix Bola?os, entraron a la cuesti¨®n de si el Gobierno estaba al tanto de los objetivos del espionaje del CNI. Robles persever¨® en sus sutilezas sem¨¢nticas para defender que el cese de Paz Esteban como directora de los servicios secretos fue una ¡°sustituci¨®n¡±, no una destituci¨®n. ?Los motivos? ¡°Abrir una nueva etapa¡± y ¡°modernizar¡± el CNI. S¨ª hay una cosa que la ministra deja clara en todas y cada una de sus intervenciones: el ¡°enorme orgullo¡± que siente por la labor de ¡°los 3.000 hombres y mujeres del CNI¡±. Tan claro como que Robles ha perdido la bula que ten¨ªa con la oposici¨®n: PP y Vox la invitaron a dimitir. Dicho sea que las exigencias de dimisi¨®n se escuchan todos los mi¨¦rcoles. Esta vez se pidieron tambi¨¦n las de Bola?os y Marlaska. Sin contar, claro, la de S¨¢nchez, otra rutina semanal en el Diario de Sesiones.