El bipartidismo retorna en versi¨®n corregida
La pandemia, al rev¨¦s que la crisis, ha reanimado a los partidos tradicionales, aunque los analistas advierten de que su fuerza no volver¨¢ a ser la de anta?o
Dos de cada tres andaluces que acudieron a votar el pasado domingo depositaron una de las papeletas del a?ejo bipartidismo. No ocurr¨ªa algo parecido en Andaluc¨ªa desde 2012, y en Espa?a todav¨ªa no ha vuelto a suceder desde un a?o antes. Entonces era la ¨¦poca en que la suma de PSOE y PP se acercaba a menudo al 80% en el conjunto nacional y en las comunidades sin formaciones nacionalistas. Tras el derrumbe del duopolio pol¨ªtico espa?ol durante la Gran Recesi¨®n, en cada elecci¨®n general de la ¨²ltima d¨¦cada socialistas y populares han reunido como mucho la mitad de los votos. Todos los an¨¢lisis apuntan a que la tendencia ha cambiado. El bipartidismo emerge de nuevo, en una versi¨®n menos arrolladora que la que acapar¨® la pol¨ªtica espa?ola desde 1993 ¡ªcuando se hundi¨® la alternativa centrista del CDS¡ª y 2015, fecha que marca el hito de la aparici¨®n de lo que se llam¨® nueva pol¨ªtica.
Bel¨¦n Barreiro, directora del instituto de investigaciones sociol¨®gicas 40dB., ven¨ªa percibiendo desde hace casi un a?o un aumento de la simpat¨ªa de los encuestados por los dos principales partidos. El resultado andaluz lo ha corroborado. La agon¨ªa de Ciudadanos ha reconfigurado las fuerzas en el centroderecha, con un importante reagrupamiento en el PP. Por la izquierda, la preocupaci¨®n del PSOE con Unidas Podemos no es ya que le coma terreno como ocurr¨ªa antes, sino que el declive de ese espacio lo deje sin un socio que los socialistas han asumido como imprescindible. En el flanco derecho, subsiste Vox con un bocado importante, si bien las elecciones andaluzas y los an¨¢lisis de los institutos demosc¨®picos apuntan a que se est¨¢ estancando.
¡°La pandemia ha operado al rev¨¦s que la crisis econ¨®mica: ha reforzado a los partidos de gobierno¡±, se?ala Narciso Michavila, presidente de la consultora GAD3, que refuerza su diagn¨®stico con los resultados de todas las elecciones celebradas en Espa?a desde la primavera de 2020: en Galicia, Pa¨ªs Vasco, Catalu?a, Madrid, Castilla y Le¨®n y Andaluc¨ªa, los Ejecutivos repitieron mandato. Cierto que ninguno era socialista y que la excepci¨®n a esta tendencia la encarnar¨ªa el Gobierno de Pedro S¨¢nchez, renqueante en las encuestas, ¡°porque sus dos marcas han sufrido mucho desgaste¡±, arguye Michavila.
La reconfiguraci¨®n de fuerzas parece clara, aunque muy lejos todav¨ªa de pensar en una restauraci¨®n del antiguo reparto electoral. Al bipartidismo espa?ol los polit¨®logos sol¨ªan a?adirle el matiz de imperfecto, tanto por la presencia de los nacionalistas como de un espacio a la izquierda del PSOE, minoritario y con altibajos, pero resistente a lo largo de los a?os. Algo parecido est¨¢ sucediendo ahora en la derecha, donde la recuperaci¨®n del PP no alcanza a abarcar todo ese territorio, del centro al extremo, que monopoliz¨® durante dos d¨¦cadas. El nuevo bipartidismo que se perfila ser¨ªa a¨²n m¨¢s imperfecto, con dos partidos que han recobrado la hegemon¨ªa en sus espacios ideol¨®gicos, sin llegar a la fuerza que anta?o les permit¨ªa alternarse en solitario en el poder.
Hace solo tres meses, en plena implosi¨®n del mandato de Pablo Casado en el PP, se publicaron encuestas que alimentaban en Vox el sue?o del sorpasso. Hoy tal hip¨®tesis suena inveros¨ªmil a los especialistas. Las enormes expectativas de la extrema derecha se han ahogado en un ba?o de realidad, lo que no impide que en este tiempo haya podido consolidar un importante suelo electoral. Algunos analistas lo dan por descontado. Barreiro es cauta: ¡°Los comportamientos del votante de la izquierda y de la derecha no son iguales. En la izquierda los territorios est¨¢n m¨¢s claramente definidos, no solo entre dos opciones electorales, incluso entre dos formas diferentes de ver el mundo. Entre los votantes de la derecha todo se muestra m¨¢s fluido. La prueba es c¨®mo han abandonado en masa a Ciudadanos en tan poco tiempo. Lo que tenemos que comprobar es si Vox ha desarrollado una identidad clara de votante¡±.
Para gobernar sin necesidad de pagar ning¨²n peaje a la extrema derecha, como ha ocurrido en Andaluc¨ªa, el PP tendr¨ªa que completar una haza?a que, con los datos de hoy, se antoja remota. El repaso hist¨®rico a 45 a?os de elecciones generales indica que para lograr la mayor¨ªa absoluta se necesita como m¨ªnimo el 40% de los votos. El PSOE de Felipe Gonz¨¢lez, por ejemplo, se qued¨® en 175 esca?os justos en 1989 con el 39,6% de los sufragios. Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, en cambio, super¨® ampliamente el 40% en sus dos triunfos ¡ª2004 y 2008¡ª y aun as¨ª no alcanz¨® la mayor¨ªa absoluta. En las dos que ha conquistado el PP ¡ªla de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en 2000 y la de Mariano Rajoy en 2011, ambas muy holgadas¡ª el partido ganador se fue m¨¢s all¨¢ del 44%.
Si tomamos como referencia los datos de las ¨²ltimas elecciones generales de noviembre de 2019, el PP, que no lleg¨® al 21%, necesitar¨ªa acaparar pr¨¢cticamente todo el espacio de la derecha para acercarse al menos a un resultado como el de Andaluc¨ªa: sumar hasta el ¨²ltimo de los votantes de Ciudadanos ¡ªcasi el 7%¡ª y reducir a la m¨ªnima expresi¨®n el 15% de Vox. El equipo de Alberto N¨²?ez Feij¨®o aspira a crecer en otra direcci¨®n, la del flanco m¨¢s centrista del electorado del PSOE. El actual l¨ªder del PP lo hab¨ªa conseguido en Galicia, y Juan Manuel Moreno lo ha repetido ahora en Andaluc¨ªa, donde ya las encuestas preelectorales, como la de 40dB. para EL PA?S, indicaban que m¨¢s de un 10% de los antiguos votantes socialistas depositar¨ªan esta vez la papeleta del PP. Ah¨ª Michavila y Barreiro coinciden en que puede haber un hueco para Feij¨®o, el de los electores moderados del PSOE que rechazan los acuerdos con los grupos nacionalistas. ¡°El votante de centro coincide bastante con la izquierda en ciertos valores, pero en la cuesti¨®n territorial su identificaci¨®n es con la derecha¡±, explica la directora de 40dB. Otro factor que facilitar¨ªa el trabajo a Feij¨®o ser¨ªa una gran desmovilizaci¨®n de la izquierda, como ha ocurrido en Andaluc¨ªa y ya favoreci¨® en 2000 y 2011 las mayor¨ªas absolutas del PP.
La noche del pasado domingo, tras conocerse el resultado de las urnas, Toni Rold¨¢n escribi¨® en Twitter: ¡°Esta elecci¨®n apunta a un fin del ciclo que empez¨® en 2015¡å. Este economista vivi¨® en primera l¨ªnea aquel cambio de ¨¦poca como miembro de la direcci¨®n de Ciudadanos, que abandon¨® ya antes de las segundas elecciones de 2019 en frontal discrepancia con la pol¨ªtica de Albert Rivera. En los cuatro a?os anteriores, se hab¨ªa vislumbrado el nacimiento de ¡°un sistema de partidos distinto¡±, en el que Rold¨¢n ve¨ªa la posibilidad de consolidar una fuerza ¡°liberal, reformista y regeneracionista¡±. Ciudadanos parece ahora condenado a la misma suerte que han corrido en las ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas los intentos de levantar una alternativa centrista en Espa?a, desde UCD al CDS de Adolfo Su¨¢rez y al UPyD de Rosa D¨ªez, todos desaparecidos tras un ef¨ªmero momento de gloria. En cuanto a la izquierda, se?ala Rold¨¢n, Unidas Podemos se estabiliza ¡°en un espacio parecido al que ocup¨® IU en sus mejores momentos, entre un 10% y un 15%¡±.
¡°Las elecciones andaluzas¡±, subraya el exdiputado y exdirigente de Ciudadanos, ¡°han servido para confirmar que ya no es posible un cambio de hegemon¨ªa en ninguno de los dos polos, como s¨ª pudo parecer estos a?os¡±. ¡°El populismo puede funcionar en la exaltaci¨®n de determinados momentos, pero al final es fuego de un d¨ªa¡±, sentencia. La nueva situaci¨®n fuerza a los dos grandes partidos a reorientar su estrategia, porque ahora ¡°deben competir m¨¢s por la moderaci¨®n y no tanto con los extremos de sus polos¡±. Rold¨¢n cree que Feij¨®o ya est¨¢ en esa l¨ªnea y que S¨¢nchez deber¨¢ plante¨¢rsela.
¡°El bipartidismo ha tomado cierto aire en Espa?a¡±, concede alguien que a¨²n porf¨ªa por combatirlo, Juan Carlos Monedero, polit¨®logo y fundador de Podemos. M¨¢s que m¨¦rito de los grandes partidos, asegura, es ¡°fruto de los errores¡± de quienes podr¨ªan desafiarlo en este momento, Vox y Unidas Podemos. Este retorno a la pol¨ªtica tradicional no se corresponde con la tendencia en la mayor¨ªa de las democracias. El viejo sistema pol¨ªtico, incide Monedero, ¡°ha reventado en toda Europa¡±, donde entre otras cosas ¡°la extrema derecha se est¨¢ comiendo a la derecha¡±. Francia es un ejemplo claro, como tambi¨¦n de las ¡°nuevas formas pol¨ªticas surgidas de la izquierda que est¨¢n sustituyendo a la socialdemocracia¡±, en palabras del polit¨®logo. Para Monedero, la raz¨®n de que Espa?a haya tomado un rumbo diferente se sit¨²a en la ¡°vinculaci¨®n con el pasado¡± que mantienen las formaciones m¨¢s recientes. Vox, seg¨²n ¨¦l, ¡°no es una derecha populista, es franquista, reaccionaria y con tintes decimon¨®nicos¡±. Y del otro lado se sit¨²a ¡°una izquierda heredera del PCE que no termina de remozarse¡± y hacerse ¡°m¨¢s propia del siglo XXI¡±. Ese espacio que pugna con el ¡°conservadurismo del PSOE¡± sigue abierto, defiende el fundador de Podemos, a la espera de ver si la iniciativa a¨²n en ciernes de la vicepresidenta Yolanda D¨ªaz consigue ¡°reconfigurar las fuerzas y expresar una novedad¡±.
Tambi¨¦n Toni Rold¨¢n cree que deber¨ªa existir espacio para una formaci¨®n ¡°liberal y europe¨ªsta¡± y que hayan fracasado todos los proyectos en esa direcci¨®n en los ¨²ltimos 40 a?os ¡°no es una maldici¨®n hist¨®rica¡±. Esa posibilidad vislumbrada en 2015 se ha cerrado de momento, concluye quien lleg¨® a formar parte del c¨ªrculo dirigente de Ciudadanos. Su balance de estos a?os arroja una autocr¨ªtica demoledora: ¡°Nuestra aportaci¨®n ha sido pr¨¢cticamente nula. Pudimos suscitar algunos debates en asuntos como la ley electoral, pero al final no se ha conseguido ninguna reforma importante: legislativa, en la educaci¨®n, en la fiscalidad¡ Y adem¨¢s contribuimos a la polarizaci¨®n y a implantar una pol¨ªtica superficial, en la que primaba m¨¢s el zasca que la idea, con l¨ªderes que m¨¢s que dirigentes pol¨ªticos parec¨ªan telepredicadores¡±.
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