El vocabulario del presidente, mirado con lupa
Las palabras m¨¢s repetidas en el discurso de S¨¢nchez fueron ¡°Espa?a¡±, ¡°pa¨ªs¡±, ¡°inflaci¨®n¡± y ¡°guerra¡±: todo un retrato de la actualidad. El jefe del Gobierno incurri¨® en pleonasmos y eufemismos
Los jefes de Gobierno suelen contar con asesores en econom¨ªa, en derecho, en cultura¡ pero no se conoce que dispongan de asesores en lengua.
Si los tuvieran, Pedro S¨¢nchez no habr¨ªa incurrido al leer su discurso sobre el estado de la naci¨®n en ciertos pleonasmos: ¡°El 45% del total de las importaciones¡±, ¡°un 3% del total de empleos¡±¡ (los porcentajes se proyectan siempre sobre alg¨²n total); ¡°crear nuevos empleos¡± (nuevos habr¨¢n de ser, si se crean), ¡°organismos de nueva creaci¨®n¡± (o sea, organismos nuevos); o ¡°cada vez que la sociedad se acerca a una crisis aparecen siempre los mismos¡± (al decir ¡°cada vez¡± ya se sabe que se est¨¢ diciendo ¡°siempre¡±).
Tampoco habr¨ªa construido en su escrito frases de sintaxis defectuosa: ¡°Lo que tratan es de revocar¡± (sino ¡°lo que intentan es revocar¡± o bien ¡°de lo que tratan es de revocar¡±); ¡°tenemos clara cu¨¢l es la ruta¡± (¡°tenemos claro cu¨¢l es la ruta¡± o ¡°tenemos clara la ruta¡±); ¡°se tardaron m¨¢s de 10 a?os en recuperar los niveles de empleo¡±, ¡°en la anterior crisis financiera se tardaron 11 a?os¡± (en lugar de ¡°se tard¨®¡±).
Ni habr¨ªa acu?ado conceptos de dudosa formaci¨®n, como hizo al referirse al ¡°autoconsumo colectivo¡± de electricidad (tal vez quiso decir ¡°autoproducci¨®n¡±).
Y habr¨ªa recibido alg¨²n consejo contra la conversi¨®n de palabras agudas o llanas en sobresdr¨²julas: ¡°oportunidad para r¨¦industrializarnos¡±, ¡°la d¨ªgitalizacion¡±, ¡°la c¨®gobernanza¡±. O sobre el uso de anglicismos que la mayor¨ªa de sus conciudadanos desconoce, como los hubs digitales (polos de promoci¨®n, nodos, centros neur¨¢lgicos¡, lo que sea que se quisiese decir).
Tambi¨¦n sabr¨ªa, si tuviera buenos asesores de lengua, que el pronombre ¡°les¡± se usa para concordar con complementos en plural con mejor estilo que su versi¨®n en singular: ¡°Me gustar¨ªa decirle a nuestros conciudadanos¡±.
Estas formas de expresarse, y otras de menor cuant¨ªa, no contribuyen mucho al prestigio de la clase pol¨ªtica.
Al margen de descuidos como los anteriores, que se explican en el colegio, S¨¢nchez utiliz¨® recursos ret¨®ricos aparentemente voluntarios. As¨ª, acudi¨® al eufemismo ¡°desajustes¡± para hablar de las divergencias, las discrepancias o las peleas en su Gobierno. Y eligi¨® un verbo amplio, grande, inconcreto y tramposo como ¡°movilizar¡± para reunir y mezclar bajo su manto lo mismo ayudas que inversiones, subvenciones o pr¨¦stamos, de modo que se pudiese sumar todo como si fuera una misma cosa: ¡°Espa?a ha movilizado m¨¢s de 30.000 millones de euros¡±¡
Y Ucrania fue mencionada 15 veces. Rusia, ninguna (salvo error por mi parte). En efecto, el presidente evit¨® la palabra ¡°Rusia¡± para decir en su lugar ¡°Putin¡±: ¡°Vamos a seguir castigando a Putin¡±, por ejemplo (bien es cierto que acentu¨® mal su nombre, que ha de pronunciarse Vlad¨ªmir, no Vl¨¢dimir).
En cuanto al llamado lenguaje inclusivo, se mostr¨® comedido. Utiliz¨® las duplicaciones con cuentagotas, para seguir luego con los gen¨¦ricos de toda la vida (¡°europeos¡±, ¡°espa?oles¡±, ¡°ciudadanos¡±¡). Y aunque incurri¨® en un ¡°nosotros y nosotras¡± (gramaticalmente es discutible que un var¨®n se considere dentro del segundo t¨¦rmino), evit¨® esa reiteraci¨®n al hablar del necesario ¡°encuentro entre catalanes¡±: de haber dicho ¡°el encuentro entre catalanes y catalanas¡±, no se tratar¨ªa tanto de buscar la concordia y el reencuentro de todo un pueblo como de una extra?a reconciliaci¨®n entre los hombres y las mujeres de Catalu?a; cuando no se tiene noticia de que se hayan peleado entre s¨ª.
La palabra m¨¢s presente en el discurso fue ¡°Espa?a¡± (62 menciones), seguida de ¡°pa¨ªs¡± (39). Dos vocablos obvios en este contexto. Pero a continuaci¨®n empataron los t¨¦rminos ¡°inflaci¨®n¡± y ¡°guerra¡± (29 menciones cada uno), lo que s¨ª adquiere ya un valor: ambos simbolizan la uni¨®n entre la invasi¨®n rusa y el aumento de precios. Esa inflaci¨®n desbocada que sufrimos provoc¨® precisamente la mayor¨ªa de las medidas anunciadas por el presidente.
A Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero se le reprochaba en 2008 que hab¨ªa tardado mucho en pronunciar la palabra ¡°crisis¡±. Sin embargo, S¨¢nchez situ¨® ese t¨¦rmino en el sexto lugar de la clasificaci¨®n, con 23 registros (tras ¡°Gobierno¡±, que ocupa la quinta plaza con 27). Pero si sumamos ¡°social¡± (22 citas) y ¡°sociales¡± (13), esta idea asciende al segundo lugar de la lista, con 45 menciones. Por ese lado, S¨¢nchez s¨ª aprob¨® el examen.
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