S¨¢nchez y Feij¨®o ultiman su ¨²nico gran pacto antes de una dur¨ªsima carrera electoral
El acuerdo del Poder Judicial no est¨¢ cerrado pero se da por hecho en ambos partidos pese al nuevo duelo pol¨ªtico el martes en el Senado
Han hecho falta casi cuatro a?os, un cambio de liderazgo hace ya seis meses en la c¨²pula del PP y, sobre todo, la dimisi¨®n del presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, con una crisis institucional sin precedentes, para que por primera vez tanto en el Gobierno como en el principal partido de la oposici¨®n insistan en que esta vez es la buena y que el pacto para renovar el Consejo General del Poder Judicial es inminente. No parece que se pueda cerrar este mismo fin de semana, y ni siquiera la fecha del martes, con un debate decisivo en el Senado entre Pedro S¨¢nchez y Alberto N¨²?ez Feij¨®o, es asumida como un l¨ªmite temporal inexcusable, pero de los dos lados admiten que las cosas van bien, las negociaciones avanzan y, sobre todo, asumen que cualquier otra opci¨®n ser¨ªa un gran esc¨¢ndalo. Puestos frente al precipicio, las dos partes parecen haber cedido en algo. Ser¨¢ el primer gran pacto entre S¨¢nchez y Feij¨®o en v¨ªsperas de la larga, incierta y compleja campa?a electoral que se avecina durante todo 2023 y en la que ambos se juegan el futuro de su carrera.
Con un Poder Judicial descabezado y desprestigiado como ¨®rgano de gobierno de los jueces, ya sin presidente, con su consejo irremediablemente roto, que discute incluso sobre la f¨®rmula para buscar un sucesor interino y no logra ponerse de acuerdo para renovar el Tribunal Constitucional desde hace m¨¢s de un mes, la imagen de una nueva ruptura entre los dos grandes partidos ser¨ªa insostenible. Y la presi¨®n es fuerte sobre todo para el PP, que ha logrado bloquear la renovaci¨®n durante casi cuatro a?os pero ahora empieza a sufrir un desgaste con la dimisi¨®n de Lesmes, un hombre muy cercano a este partido, que lo eligi¨® como presidente del CGPJ y ahora ve c¨®mo dimite harto de ese largu¨ªsimo conflicto. Feij¨®o, adem¨¢s, se hab¨ªa labrado con sus cuatro mayor¨ªas absolutas como presidente de la Xunta de Galicia un prestigio de pol¨ªtico institucional, solvente, de gesti¨®n y de Estado que quiere exportar a nivel nacional para contraponer al de S¨¢nchez y para lo que no ayuda nada el incumplimiento de sus deberes constitucionales sobre el poder judicial. Este deterioro tambi¨¦n perjudica al Gobierno por la mala imagen de Espa?a ante Bruselas.
S¨¢nchez y Feij¨®o, despu¨¦s de una reuni¨®n en La Moncloa el lunes pasado que fue mucho mejor de lo esperado, ultiman ahora los detalles de este acuerdo con sus negociadores principales, F¨¦lix Bola?os y Esteban Gonz¨¢lez Pons. Ser¨¢ su primer pacto de Estado y probablemente el ¨²ltimo importante antes de una largu¨ªsima campa?a a cara de perro en la que se jugar¨¢n a todo o nada durante 2023 buena parte del poder pol¨ªtico espa?ol, ya que entre las municipales y auton¨®micas de junio y las generales previstas para diciembre se decidir¨¢ la estructura de poder real para los pr¨®ximos a?os en Espa?a. Las urnas solventar¨¢n as¨ª el futuro de los dos grandes partidos e incluso de la estructura multipartidista surgida en 2015 y que podr¨ªa cambiar mucho su configuraci¨®n en estas elecciones, donde el bipartidismo se est¨¢ recuperando de su debacle de 2019 aunque a¨²n seguir¨¢ muy lejos de los a?os en los que ocupaba el 80% de los esca?os.
Bola?os y Pons llevan toda la semana en contacto permanente, intercambiando perfiles, nombres, compromisos para redactar un documento por escrito que sancione el acuerdo, y tambi¨¦n las posibles ¡°pistas de aterrizaje¡± para proporcionar al sector m¨¢s conservador del PP y de su entorno, que lleva a?os presionando a Pablo Casado antes y a Feij¨®o ahora, para que no pacten nada con S¨¢nchez, y que ahora tendr¨¢n que digerir este giro que supondr¨¢ acordar un CGPJ con una ligera mayor¨ªa progresista frente al actual, prorrogado desde 2018, de dominio conservador. El inminente pacto se resolver¨¢ finalmente sobre el reparto ya fijado hace m¨¢s de un a?o con la ley vigente entre los mismos representantes del Gobierno de S¨¢nchez con el PP entonces de Casado, con 10 vocales de tendencia progresista, otros diez conservadores, un nuevo presidente a nominar entre esos 20 vocales del sector progresista y con el compromiso expl¨ªcito ahora de proponer perfiles limpios -sin ex pol¨ªticos- pero tambi¨¦n sin vetos expl¨ªcitos.
De hecho, Unidas Podemos, que espera poder incluir a dos personas propuestas por ellos en ese consejo, insiste en que no aceptar¨¢ ning¨²n veto y el PP de Feij¨®o ya no hace batalla de esa exigencia, lo que levanta no pocas suspicacias en la anterior y defestrada direcci¨®n del partido. La ¨²ltima negociaci¨®n, en 2021, se rompi¨® por el veto del PP a la propuesta de Unidas Podemos de incluir entre los vocales al juez Jos¨¦ Ricardo De Prada, uno de los tres que firmaron la sentencia del caso G¨¹rtel que precipit¨® la moci¨®n de censura que ech¨® a Mariano Rajoy del poder y llev¨® a S¨¢nchez a La Moncloa por primera vez. Ni el PP ni el PSOE mencionan ahora nada sobre De Prada.
El escenario es diferente y todos los partidos parecen m¨¢s flexibles, y sobre todo, esta vez, al menos a esa conclusi¨®n llegaron las fuentes gubernamentales consultadas, Feij¨®o mostr¨® en La Moncloa ante S¨¢nchez una decidida voluntad de renovar. En el PP no desmienten esa disposici¨®n. En el Gobierno piensan que el PP ya no aguanta m¨¢s la presi¨®n de su propio mundo judicial, que la dimisi¨®n de Lesmes ha evidenciado. En el PP de Feij¨®o defienden que ¡°la presi¨®n la tiene el Gobierno¡±, argumentan que nadie en la calle les pasar¨¢ factura por esta crisis institucional y son conscientes de que tras la renovaci¨®n perder¨¢n su actual influencia en ese ¨®rgano judicial, en una ¨¦poca en la que se avecinan varios juicios relevantes que afectan a la corrupci¨®n de su partido. Aguardan corregir esa desproporci¨®n si ganan y llegan a La Moncloa.
El relato sobre esa ¡°pista de aterrizaje¡± de por qu¨¦ se alcanza el acuerdo ahora que buscan Bola?os y Pons puede incluir alg¨²n tipo de compromiso para ¡°estudiar¡± un cambio en la f¨®rmula de elecci¨®n del CGPJ para que los jueces tengan ¡°m¨¢s peso¡± que ahora en la designaci¨®n de 12 de los 20 vocales, como reclama el PP y aconseja la Comisi¨®n Europea. Ahora tienen una influencia indirecta, porque el Congreso solo puede elegir esos 12 de una lista de 51 candidatos confeccionada entre jueces. Pero el Gobierno insiste, y S¨¢nchez lo dej¨® muy claro el mi¨¦rcoles ante los periodistas, en que no habr¨¢ un compromiso de cambio radical en el sistema. Las fuentes del Gobierno consultadas creen que el PP esta vez s¨ª aceptara renovar y dejar la reforma del modelo para m¨¢s adelante, si vuelven a tener la mayor¨ªa absoluta para hacerlo solo o con Vox, como ha prometido Feij¨®o al introducir esa demanda en su pr¨®ximo programa electoral. El PP tuvo esa oportunidad en solitario dos veces -en las legislaturas de 2000 a 2004 y de 2011 a 2015- y no modific¨® ese m¨¦todo que ahora rechaza. S¨¢nchez defiende que esa ley ha funcionado desde 1985 y se opone a que los jueces elijan directamente a 12 de los 20 vocales, lo que dar¨ªa de manera casi autom¨¢tica la mayor¨ªa a los conservadores para siempre, pase lo que pase en las urnas, porque dominan la carrera judicial. Una posible soluci¨®n pasar¨ªa por conceder al Consejo alg¨²n papel mayor en el dise?o del nuevo ¨®rgano o incluso en su confecci¨®n.
Para el Gobierno de S¨¢nchez es decisivo este acuerdo. Tanto que ha optado por mantener un estricto pacto de silencio para que salga. Con esta renovaci¨®n, aunque sea cuatro a?os tarde, el Ejecutivo se garantiza una mayor¨ªa progresista tanto en el Consejo -aunque las decisiones se tendr¨¢n que tomar por consenso de 3/5, algo que ya ven¨ªa sucediendo hasta ahora con los principales nombramientos y no ha evitado que los conservadores lograran la primac¨ªa en ellos- como en el Tribunal Constitucional, de 7-5. Los conservadores han dominado este ¨®rgano clave, que decidir¨¢ sobre los recursos a la ley del aborto o de eutanasia, durante los ¨²ltimos nueve a?os, desde la anterior renovaci¨®n de los dos miembros que corresponden al Gobierno, en 2013, y que es la que suele alterar la mayor¨ªa hacia quien est¨¢ en el Ejecutivo, como espera La Moncloa ahora a su favor para un largo periodo.
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