El portazo de Feij¨®o al Gobierno en la renovaci¨®n del Poder Judicial aceler¨® el pacto sobre la sedici¨®n
El Ejecutivo y ERC llevaban meses hablando, pero los republicanos no aceptaban una pena concreta. Se discuti¨® entre tres y seis a?os y, al final, se acord¨® dejarlo en cinco
Los dirigentes del PSOE y de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) lo hab¨ªan hablado much¨ªsimas veces desde las dif¨ªciles negociaciones de la investidura de Pedro S¨¢nchez, en las Navidades de 2020, que estuvieron a punto de descarrilar. Hab¨ªa acuerdo en el fondo pero no en la forma, que era decisiva. Hasta el jueves, cuando el presidente anunci¨® que el delito de sedici¨®n, penado con hasta 15 a?os de c¨¢rcel, ser¨ªa sustituido por el de des¨®rdenes p¨²blicos agravados, con una pena m¨¢xima de cinco.
Los socialistas aceptaban desde el principio, y as¨ª lo prometi¨® S¨¢nchez en enero de 2020, poco despu¨¦s de ser investido presidente, que hab¨ªa que cambiar el C¨®digo Penal para ¡°homologar a Europa¡± el delito de sedici¨®n. Pero no hab¨ªa acuerdo en c¨®mo hacerlo.
Inicialmente, ERC quer¨ªa la eliminaci¨®n total de la sedici¨®n, una especie de amnist¨ªa para los l¨ªderes del proc¨¦s a los que el Tribunal Supremo conden¨® por este delito. El PSOE insist¨ªa en que no se pod¨ªa dejar al Estado desprotegido, y en que lo sucedido en 2017 en Catalu?a ¡ªel proceso que condujo a la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum ilegal y la declaraci¨®n unilateral de independencia¡ª deb¨ªa ser delito, aunque con penas inferiores a los 15 a?os del actual C¨®digo Penal, mucho m¨¢s altas que en otros grandes pa¨ªses europeos. As¨ª pasaron los meses, con la reforma como un Guadiana que aparec¨ªa y desaparec¨ªa sin que nunca se concretara. Y llegaron los indultos, que resolvieron parte del problema. Pero no todo.
En ese camino, las relaciones entre el Gobierno y ERC sufrieron altibajos muy fuertes. Los republicanos estuvieron a punto de tumbar la reforma laboral, que sali¨® de milagro por un error del PP. Despu¨¦s del esc¨¢ndalo del espionaje de Pegasus, ERC se sali¨® de la mayor¨ªa varias semanas. El Gobierno lo pas¨® mal, pero consigui¨® sobrevivir y ganar votaciones incluso sin los republicanos.
El Ejecutivo resolvi¨® el caso Pegasus con decisiones dr¨¢sticas, sobre todo la destituci¨®n de la jefa del servicio secreto, el CNI, Paz Esteban, tras admitirse el espionaje al president Pere Aragon¨¨s. S¨¢nchez y el jefe del Govern se acercaron de nuevo en su reuni¨®n de julio de este a?o, que result¨® decisiva.
Ah¨ª se vio claro que ERC quer¨ªa recuperar la reforma de la sedici¨®n. Los republicanos, ya por entonces casi al borde de la ruptura con Junts, necesitaban demostrar que la mesa de di¨¢logo serv¨ªa para algo. Quer¨ªan resultados visibles. Y cambiar la sedici¨®n lo es. Adem¨¢s, tienen problemas concretos. Su secretaria general, Marta Rovira, lleva cinco a?os huida en Suiza. Requiere un horizonte para volver que no sea el de una condena de hasta 15 a?os. Otros cargos menos conocidos del n¨²cleo duro de ERC y del entorno de Oriol Junqueras tambi¨¦n se enfrentan a procesos complicados.
La reforma tambi¨¦n beneficia a Carles Puigdemont, pero menos, porque ¨¦l, al contrario que Rovira, est¨¢ acusado tambi¨¦n de malversaci¨®n. El expresident, incluso con la reforma, se enfrentar¨ªa a muchos a?os de c¨¢rcel si regresara a Espa?a desde B¨¦lgica, donde huy¨®.
Los republicanos conf¨ªan ahora en convencer al PSOE para retocar tambi¨¦n la malversaci¨®n en la fase de enmiendas en el Congreso. Pero lo ¨²nico seguro ahora es el cambio del delito de sedici¨®n. La malversaci¨®n es mucho m¨¢s delicada, porque afecta directamente a casos de corrupci¨®n.
En La Moncloa, S¨¢nchez y Aragon¨¨s hablaron de la posibilidad de unos nuevos presupuestos y pactaron que la mesa de di¨¢logo se volviera a reunir el 27 de julio. Entonces se acord¨® que los avances deb¨ªan estar listos antes de final de a?o. Pero no se concret¨® la reforma de la sedici¨®n, solo de una necesidad gen¨¦rica de ¡°superar la judicializaci¨®n¡±, que cada uno pod¨ªa interpretar a su manera. ?Por qu¨¦? Seg¨²n coinciden fuentes de los dos sectores, porque ERC a¨²n no aceptaba la idea de que ten¨ªa que haber una pena para los delitos del proc¨¦s, aunque fuera con otra tipificaci¨®n, como sucede en la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos.
Presi¨®n con el apoyo a los Presupuestos
Para presionar, ERC empez¨® a difundir en septiembre una idea que al Gobierno le inquietaba mucho: si quiere los Presupuestos, tendr¨¢ que ceder en la reforma del C¨®digo Penal. En octubre se produjo uno de los momentos m¨¢s dif¨ªciles. El equipo de F¨¦lix Bola?os, el principal negociador socialista, traslada una idea clara a ERC: si vincul¨¢is Presupuestos y sedici¨®n, no hay nada que hacer.
El Gobierno estaba metido en una situaci¨®n muy delicada. Con ERC hablaba de las cuentas p¨²blicas y de la sedici¨®n, como cuestiones que quer¨ªa separar, mientras con el PP negociaba la renovaci¨®n del Consejo General del Poder Judicial. Bola?os insist¨ªa al popular Esteban Gonz¨¢lez Pons en que no hab¨ªa ninguna novedad con la sedici¨®n en ese momento. El Ejecutivo asegura que era as¨ª, porque ERC segu¨ªa sin aceptar que en el proc¨¦s hubo delitos y deb¨ªan tener penas similares a las del resto de Europa. En ese momento el Gobierno pensaba en una pena m¨¢xima de seis a?os.
Aragon¨¨s asegur¨® el 13 de octubre que hab¨ªa ¡°intercambio de papeles¡± con el Gobierno sobre la sedici¨®n, pero en el Ejecutivo insisten en que no hab¨ªa avances porque los republicanos a¨²n quer¨ªan eliminar el delito sin m¨¢s.
El PSOE logr¨® en esa semana que ERC admitiera separar p¨²blicamente la negociaci¨®n de la sedici¨®n y los Presupuestos. El 21 de octubre, los republicanos aceptaron no presentar una enmienda a la totalidad y en su explicaci¨®n p¨²blica no dijeron una palabra de la sedici¨®n. ERC solo hablaba de ¡°generar las condiciones de confianza necesarias para mantener vivas las negociaciones en marcha¡±. Un mensaje cr¨ªptico que evitaba mencionar la reforma.
Ese mismo d¨ªa, desde Bruselas, S¨¢nchez asegur¨® que estaba dispuesto a modificar la sedici¨®n y que era un compromiso de investidura y ¡°personal¡± que quer¨ªa cumplir, pero que a¨²n no ten¨ªa mayor¨ªa en el Congreso para hacerlo. Era un mensaje claro a ERC: si acept¨¢is que debe haber delito y dej¨¢is de pedir la eliminaci¨®n sin m¨¢s, podemos hacerlo.
S¨¢nchez y su equipo manten¨ªan contacto permanente con Yolanda D¨ªaz y el suyo. Unidas Podemos, con Jaume Asens a la cabeza en ese asunto, siempre apost¨® por reformar el C¨®digo Penal para rematar la operaci¨®n de normalizaci¨®n iniciada con los indultos.
La negociaci¨®n con el PP se complic¨® entonces precisamente por la sedici¨®n, aunque antes los populares hab¨ªan dicho que eran cuestiones diferentes. El 27 de octubre, Alberto N¨²?ez Feij¨®o exigi¨® a S¨¢nchez que se comprometiera a no reformar el delito, y el presidente le contest¨® rotundo que ten¨ªa intenci¨®n de cambiarlo si hab¨ªa mayor¨ªa, que ten¨ªa derecho a hacerlo como cualquier Gobierno que logre el apoyo del Congreso para modificar una ley y que no pod¨ªa aceptar el ¡°chantaje¡± de exigir no tocar una ley a cambio de cumplir la obligaci¨®n constitucional de renovar el Poder Judicial.
Ese fue el momento clave, seg¨²n coinciden las dos partes, que precipit¨® todo. Esa noche del jueves 27, los republicanos temieron que el PSOE se echara para atr¨¢s con la sedici¨®n. Pero el efecto fue el contrario. Los socialistas estaban m¨¢s decididos que nunca. Y los republicanos giraron. Por primera vez, ese fin de semana empezaron a mandar papeles en los que s¨ª se asum¨ªa que pod¨ªa haber delitos y penas, aunque diferentes a la sedici¨®n.
Tramitaci¨®n r¨¢pida
En las primeras versiones, la distancia entre ERC y el Gobierno era importante: los republicanos planteaban una pena de seis meses a tres a?os, como en los pa¨ªses con un r¨¦gimen m¨¢s suave, y los socialistas un castigo de cuatro a seis a?os, en la franja alta europea. Se puso en marcha una negociaci¨®n expr¨¦s. Para el PSOE, una vez roto el acuerdo con el PP, era fundamental ir r¨¢pido, para poder hacer una tramitaci¨®n a toda velocidad en el Congreso y evitar que la pol¨¦mica se prolongue hasta la precampa?a de las elecciones municipales y auton¨®micas. En 10 d¨ªas el acuerdo estaba listo. El mi¨¦rcoles estaba pr¨¢cticamente cerrado. El jueves se hicieron los ¨²ltimos retoques. Ni tres a?os, ni seis: la pena m¨¢xima ser¨ªan cinco. En concreto: entre tres y cinco, con ese nuevo delito de des¨®rdenes p¨²blicos agravados.
Para ERC, la gran victoria es que se elimina el delito de sedici¨®n, no se reduce simplemente la pena, como se plante¨® al principio. Para el Gobierno, el gran ¨¦xito es que ERC aprueba un texto que reconoce impl¨ªcitamente posibles delitos de des¨®rdenes p¨²blicos agravados de sus dirigentes. En el Ejecutivo insisten en que han preservado una l¨ªnea roja: no desproteger al Estado frente a comportamientos como los del proc¨¦s. Seguir¨¢n siendo delito, aunque m¨¢s suave. Y para castigar una conducta m¨¢s grave, como esgrimir armas, sigue el delito de rebeli¨®n en el C¨®digo Penal.
En el PSOE insisten en que se ha cuidado mucho la redacci¨®n en l¨ªnea con la sentencia del Supremo en el juicio del proc¨¦s. Fuentes socialistas se?alan que jueces de dicho tribunal ya pidieron en su d¨ªa en privado una reforma del delito de sedici¨®n porque hab¨ªa quedado claro que no se ajustaba a las necesidades de una sociedad moderna. E insisten en que la redacci¨®n del nuevo delito de des¨®rdenes p¨²blicos agravados se ha basado en los conceptos de ¡°paz p¨²blica¡± y ¡°orden p¨²blico¡± tal como est¨¢n descritos en la sentencia del proc¨¦s.
Hay muchas discusiones jur¨ªdicas detr¨¢s, y habr¨¢ mucho debate sobre las consecuencias t¨¦cnicas de la reforma. Pero el argumento fundamental del PSOE no es jur¨ªdico, sino pol¨ªtico: esta reforma completa el proceso de normalizaci¨®n iniciado con los indultos. Elimina el argumento del victimismo independentista. Cerca a los que, como Junts, insisten en apostar por la ruptura. Y permite seguir calmando Catalu?a.
Los socialistas saben que hay un riesgo de desgaste fuerte. ¡°El PSOE hace pol¨ªtica aunque le cueste votos: traici¨®n ser¨ªa no intentarlo¡±, resumi¨® el portavoz parlamentario, Patxi L¨®pez. Algunos barones est¨¢n preocupados. Pero otros se?alan que muchos ciudadanos sabr¨¢n ver que S¨¢nchez ha logrado que Catalu?a deje de ser un problema. ¡°La gente tiene otros problemas y votar¨¢ en junio por otras claves. Este asunto en el CIS casi ha desaparecido, ha pasado al n¨²mero 41 [de las preocupaciones]. Todo el mundo ve que Catalu?a est¨¢ mejor ahora, ya no es un problema real para nadie. El resultado es que el independentismo est¨¢ dividido y ya no hay riesgo inminente de otro proc¨¦s¡±, resume uno de ellos.
Mientras, ERC se enfrenta a las cr¨ªticas de Junts con el argumento de que se han logrado avances evidentes gracias a su pol¨ªtica de negociaci¨®n con los socialistas. La apuesta por el di¨¢logo tiene su segundo gran hito tras los indultos. En Catalu?a, las encuestas se?alan claramente que los ciudadanos est¨¢n a favor y premian a los que han defendido esta v¨ªa. Ahora queda ver qu¨¦ efecto real tiene en el resto de Espa?a.
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