El sector progresista teme un bloqueo indefinido en el Constitucional como el del Consejo del Poder Judicial
El d¨ªa de la Constituci¨®n llega en medio de una crisis institucional sin precedentes por el portazo del PP
El Congreso de los Diputados alberga este martes los habituales festejos de un d¨ªa de la Constituci¨®n completamente inusual. En el hist¨®rico edificio de la Carrera de San Jer¨®nimo, en el sal¨®n de los Pasos Perdidos, como todos los a?os, celebrar¨¢n juntos la Constituci¨®n el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, el l¨ªder de la oposici¨®n, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, el presidente del Tribunal Constitucional, Pedro Gonz¨¢lez-Trevijano, y el del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Rafael Mozo, que est¨¢ en este ¨²ltimo cargo de manera interina desde la dimisi¨®n de su antecesor, Carlos Lesmes.
Todos fingir¨¢n normalidad, pero no habr¨¢ nada normal. El CGPJ ha cumplido cuatro a?os desde que caduc¨® su mandato y el Constitucional lleva cinco meses con cuatro magistrados con su cargo caducado. El Gobierno ya da por hecho que el PP mantendr¨¢ el bloqueo para renovar el CGPJ hasta las pr¨®ximas elecciones generales, cuando se cumplir¨¢n cinco a?os, esto es, un mandato completo del ¨®rgano de gobierno del poder judicial caducado, todo un antecedente impensable.
Esta in¨¦dita anomal¨ªa constitucional se da por hecha, pero ahora en el sector progresista ¡ªno solo del CGPJ, sino tambi¨¦n del Tribunal Constitucional y en el propio Ejecutivo¡ª se teme que se pueda pasar a otra dimensi¨®n de la crisis constitucional: un bloqueo indefinido tambi¨¦n del propio tribunal que debe garantizar el cumplimiento de la Constituci¨®n.
El Gobierno ha elegido hace una semana a los dos miembros que le corresponde renovar de los 12 que componen el Constitucional, Juan Carlos Campo y Laura D¨ªez, pero de momento ni siquiera hay fecha para que un pleno vote si da o no el pl¨¢cet a esta renovaci¨®n. El bloque conservador, que tiene seis magistrados de este tribunal, incluido el presidente, Trevijano, ha sido tajante, seg¨²n diversas fuentes del alto tribunal: est¨¢ en contra de renovar de forma parcial: solo los dos magistrados que corresponden al Gobierno, sin esperar a los dos del CGPJ. Mientras, los cinco progresistas, que est¨¢n en minor¨ªa, se han dividido en dos grupos. Uno, con tres miembros, quer¨ªa convocar ya un pleno para estudiar los nombres propuestos por el Gobierno. El otro, con dos, prefer¨ªa esperar a ver qu¨¦ pasa el 22 de diciembre, cuando el CGPJ ha convocado un nuevo pleno para intentar renovar los dos magistrados del Constitucional que le corresponden a este ¨®rgano.
Sin embargo, el bloqueo sistem¨¢tico de un grupo de ocho vocales del CGPJ cercanos al PP, que es precisamente lo que provoc¨® la dimisi¨®n de Lesmes, un miembro del flanco conservador que se fue harto de las maniobras de sus propios compa?eros, augura un nuevo fracaso el 22 en el intento de renovaci¨®n. Y ah¨ª viene el problema de fondo. En caso de que el 22 se viviera un nuevo fiasco, la opci¨®n m¨¢s probable en este momento, el bloque progresista del Constitucional se reunificar¨ªa inmediatamente, seg¨²n fuentes del tribunal: los cinco magistrados est¨¢n convencidos de que habr¨ªa que aceptar la renovaci¨®n parcial con los dos nombres propuestos por el Gobierno, porque no hacerlo implicar¨ªa un bloqueo indefinido y sobre todo permitir¨ªa que la insubordinaci¨®n de un grupo del CGPJ condicionara toda la renovaci¨®n. ¡°Ante situaciones excepcionales hay que tomar decisiones excepcionales, no podemos mirar para otro lado y permitir una crisis constitucional sin hacer nada¡±, resume uno de los magistrados progresistas.
Sin embargo, tanto en el sector progresista como en el Gobierno se teme que el sector conservador del Constitucional est¨¦ dispuesto a extender de forma indefinida el bloqueo tambi¨¦n en este tribunal. Ah¨ª todas las miradas se vuelven sobre Trevijano. Precisamente ¨¦l es uno de los que tendr¨ªan que ser renovado porque fue elegido hace nueve a?os por el Gobierno, entonces en manos del PP. No hay dudas de que es un hombre conservador, muy cercano al PP que lo eligi¨® para este mandato. Pero en algunos sectores progresistas a¨²n conf¨ªan en que ¨¦l podr¨ªa desbloquear la situaci¨®n si cambiara de opini¨®n y se colocara con el ala progresista despu¨¦s del d¨ªa 22, apostando por la renovaci¨®n con el argumento de que no se puede permitir un bloqueo indefinido.
Eso cambiar¨ªa la mayor¨ªa con un 6-5 a favor de la renovaci¨®n. Estos sectores que conf¨ªan en ese movimiento apelan a un hecho reciente: Trevijano ha recibido fuertes presiones del PP, en p¨²blico y en privado, para que promoviera la resoluci¨®n de recursos a leyes importantes como el aborto o la propia reforma de la ley del Poder Judicial que limit¨® la capacidad de nombrar jueces de un CGPJ con mandato caducado. Trevijano aguant¨® esas presiones y ha mantenido el Constitucional sin tomar decisiones clave a la espera de esta renovaci¨®n. Si se alarga la situaci¨®n, el bloqueo puede ser total, porque a un CGPJ sin capacidad de renovar diversos organismos se sumar¨ªa un Constitucional incapaz de tomar decisiones relevantes, y todo por el bloqueo de ocho vocales cercanos al PP que se niegan a renovar.
Sin embargo, en otros sectores del bloque progresista y en el propio Gobierno temen que Trevijano no cambie de opini¨®n y el bloqueo se haga definitivo en los dos organismos. En este grupo creen que el PP est¨¢ logrando presionar y controlar a los dos bloques conservadores, tanto en el CGPJ como en el Constitucional, y se est¨¢n preparando para un bloqueo largo en los dos ¨®rganos.
De fondo hay una cuesti¨®n muy relevante, admiten diversas fuentes judiciales: el movimiento de los conservadores para evitar que C¨¢ndido Conde-Pumpido sea el nuevo presidente del Constitucional. El sector conservador es consciente de que el nombramiento de dos magistrados en el cupo del Gobierno har¨¢ cambiar la mayor¨ªa a favor de los progresistas, de la misma manera que en 2013 la elecci¨®n por parte de Mariano Rajoy de Trevijano y Enrique L¨®pez, que luego dimiti¨® por ser multado al conducir ebrio, cambi¨® la mayor¨ªa a favor de los conservadores sin que nadie hablara entonces de ¡°asalto de Mariano Rajoy al Constitucional¡±. Pero este sector cree que, si no puede evitar este cambio de mayor¨ªas ¡ªaunque de momento ha logrado retrasarlo seis meses, el tiempo que lleva Trevijano en funciones¡ª al menos puede condicionar la elecci¨®n del futuro presidente del Constitucional.
Derecho de veto
Por eso, explican diversas fuentes, el bloque conservador del CGPJ est¨¢ intentando tener derecho de veto sobre el candidato progresista al Constitucional en el CGPJ. Porque cree que si el elegido fuera Pablo Lucas, en vez del que han propuesto ahora los progresistas, Jos¨¦ Manuel Bandr¨¦s, este nunca votar¨ªa a Conde-Pumpido como presidente. Es algo que jam¨¢s se podr¨¢ explicar p¨²blicamente. Resulta impensable que se elija un candidato en funci¨®n de a qui¨¦n votar¨ªa como presidente, pero diversas fuentes coinciden en que esto es lo que est¨¢ en el fondo de la extra?a maniobra dilatoria de los conservadores, que rechazan la f¨®rmula tradicional, esto es, que cada grupo propone un nombre, y plantean la posibilidad de poder elegir entre varios nombres tambi¨¦n del otro sector.
La madeja se enreda, pues, cada vez m¨¢s con el trasfondo de esa enorme capacidad de bloqueo que ha demostrado hasta ahora el PP y el sector conservador con tal de evitar lo que siempre ha sucedido con normalidad: el cambio de mayor¨ªas a favor de progresistas y conservadores alternativamente en funci¨®n de los votos de los ciudadanos, como sucede de una u otra manera en casi todas las democracias occidentales.
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