As¨ª intenta El Peque?o Nicol¨¢s esquivar la c¨¢rcel: ¡°Durante unas horas hice realidad el enfermizo sue?o de aparentar (solo aparentar) lo que no es¡±
EL PA?S publica uno de los recursos que G¨®mez Iglesias, reci¨¦n condenado por tercera vez a c¨¢rcel, ha presentado al Supremo para tratar de anular sus penas

El pasado lunes no le sent¨® muy bien a El Peque?o Nicol¨¢s. Francisco Nicol¨¢s G¨®mez Iglesias arranc¨® la ma?ana lanzando un mensaje optimista a sus casi 100.000 seguidores de Twitter: ¡°Feliz semana. ?A por ella!¡±; y lo acab¨® con otro sarc¨¢stico: ¡°Dar un golpe de Estado me hubiera salido m¨¢s barato¡¡±, escribi¨® a las 21.01 de la noche. Entremedias, como adelant¨® EL PA?S, la Audiencia de Madrid lo conden¨® a tres a?os y cinco meses de prisi¨®n, imponi¨¦ndole por tercera vez una pena de c¨¢rcel. Una pesada carga que ¨¦l intenta aliviar ahora en el Tribunal Supremo, adonde ha recurrido ya dos de sus sentencias en contra. Con un gran objetivo entre ceja y ceja: evitar acabar detr¨¢s de los barrotes.
A sus 28 a?os y sin oficio conocido, el Peque?o Nicol¨¢s se mueve en muchas aguas. Su paso por los juzgados madrile?os ha resultado una constante en 2021 y 2022 (ha afrontado tres juicios en este tiempo), y volver¨¢ a repetir en 2023 (tiene otra vista oral pendiente). Adem¨¢s, desde que lo detuvieran en 2014 y sus andanzas y mentiras salieran a la luz p¨²blica, ha compaginado su lucha en los tribunales con una enorme exposici¨®n. Apenas ha rehuido los focos. Y sigue sin hacerlo. En los ¨²ltimos meses se ha dejado ver en eventos multitudinarios de criptomonedas y repite que su mirada se centra actualmente en ese mundo virtual. Sin embargo, ¨¦l es consciente de la espada de Damocles que pende sobre su cabeza y, m¨¢s all¨¢ de las c¨¢maras y la vida p¨²blica, su pelea soterrada pasa por conseguir tirar abajo toda una ristra de delitos ¡ªuno de cohecho activo, dos de falsedad documental y otros dos de usurpaci¨®n de funciones p¨²blicas¡ª que la justicia ya da por probados (aunque todav¨ªa no en firme) y que lo acercan a prisi¨®n.
Para esquivar la c¨¢rcel, sus abogados ya han llevado sus alegaciones ante la m¨¢xima instituci¨®n judicial del pa¨ªs, donde minimizan los episodios que sentaron al veintea?ero en el banquillo. ¡°Durante unas horas hizo realidad el enfermizo sue?o de aparentar (solo aparentar) lo que no es¡±, expone su defensa, por ejemplo, en uno de los recursos presentados al Supremo al que tuvo acceso este peri¨®dico.
En este escrito de m¨¢s de una veintena de p¨¢ginas, uno de sus letrados analiza el viaje que G¨®mez Iglesias protagoniz¨® en el verano de 2014 a Ribadeo (Lugo), donde se hizo pasar por emisario del entonces nuevo monarca Felipe VI, que acababa de ser proclamado Rey, y de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa. Los jueces lo condenaron a tres a?os de prisi¨®n por esas jornadas en las que enga?¨® a las autoridades municipales con una comitiva de veh¨ªculos de lujo, y en las que lleg¨® a sentarse a almorzar en un restaurante del puerto deportivo con el presidente de la compa?¨ªa de transporte Alsa, Jorge Cosmen.

En su recurso, El Peque?o Nicol¨¢s expone que la investigaci¨®n judicial y policial vulner¨® sus derechos: entre otros, el de la presunci¨®n de inocencia, la inviolabilidad del domicilio y la intimidad personal y virtual. Adem¨¢s, su defensa insiste en que no cometi¨® ning¨²n delito al fingir ser un enviado del Rey y del Gobierno. ¡°Mi defendido es un joven que por aquel entonces contaba con escasos 19 a?os de edad. Guiado por el reconocido trastorno de la personalidad con caracter¨ªsticas narcisistas y de rasgos inmaduros, as¨ª como con un trastorno adaptativo con sintomatolog¨ªa ansiosodepresiva, trat¨® de ganarse el reconocimiento de alguien a quien ¨¦l mismo admiraba. Para ello, urdi¨® un plan consistente en aparentar ser una persona importante. Sin embargo, nuestro C¨®digo Penal no recoge el delito de jactancia ni castiga el exceso ¡ªpor extravagante que sea¡ª por querer aparentar. [...] Se limit¨® a querer ganarse el reconocimiento de un importante empresario, al que, no olvidemos, no le pidi¨® nada por ello¡±, ahonda su abogado.
La defensa de G¨®mez Iglesias se esfuerza en tumbar el delito de usurpaci¨®n, al que tambi¨¦n se le ha condenado en su tercera sentencia en contra, conocida esta semana, por hacerse pasar por enviado del CNI y de la vicepresidencia ante un empresario. ¡°No encontramos actos cometidos por [G¨®mez Iglesias] que sean propios de un cargo, ya que ni existe el cargo de enlace entre Vicepresidencia y Casa Real, ni jam¨¢s podr¨¢ asociarse a un cargo concreto el acto de disfrutar de una mariscada a la que se llega en veh¨ªculos de alta gama¡±, expone el abogado en referencia al viaje a Ribadeo. ¡°En nuestro C¨®digo Penal no se castiga per se a quien, con la simple intenci¨®n de impresionar a otro, crea un escenario que realce su imagen ante aquel, por estrafalarios que pudieran ser los medios utilizados¡±, abunda el texto.
Tambi¨¦n niega el delito de cohecho que se le atribuye por pagar a un cabo de la Polic¨ªa Municipal del Ayuntamiento de Madrid, destinado en el grupo de escoltas y protecci¨®n, para que le ayudara con la comitiva de veh¨ªculos que lo llev¨® a Lugo: ¡°C¨®mo ha podido atentarse contra un bien jur¨ªdico por el hecho de que dos polic¨ªas municipales de Madrid y Torrijos, sin estar de servicio, hayan acompa?ado a un joven de 19 a?os a una comida particular en Galicia¡±. Por su parte, la Fiscal¨ªa ha pedido al Supremo que rechace todos estos argumentos.
¡°Relaciones con pol¨ªticos¡±
El Peque?o Nicol¨¢s consigui¨® hace una d¨¦cada ¡°introducirse en determinados c¨ªrculos relevantes¡± y ¡°mantener relaciones con importantes empresarios, pol¨ªticos y autoridades¡±, ¡°por circunstancias todav¨ªa no esclarecidas¡±, seg¨²n ha dejado ya por escrito la Audiencia de Madrid. La Unidad de Asuntos Internos de la Polic¨ªa Nacional puso fin a sus correr¨ªas el 14 de octubre de 2014. El arresto sac¨® a luz toda una bater¨ªa de contactos y fotograf¨ªas de sus andanzas: como la imagen de Arturo Fern¨¢ndez, entonces presidente de los empresarios madrile?os, durmiendo la siesta en un sof¨¢ de una vivienda usada por el veintea?ero; o la instant¨¢nea del joven saludando a Felipe VI en la recepci¨®n oficial celebrada con motivo de su proclamaci¨®n.
G¨®mez Iglesias defiende que todo aquello no fueron m¨¢s que los movimientos de un joven ¡°inmaduro¡± que quer¨ªa ¡°tirarse el pisto¡± y creerse ¡°importante¡±. ¡°No soy el m¨¢s malo del mundo¡±, dice a quien le quiere escuchar. Pero los tribunales lo cercan y, si el Supremo no lo evita, se le agota el tiempo en libertad.
Siete a?os de vida en los tribunales
Injurias al CNI. El Pequeño Nicolás se sentó por primera vez en el banquillo en 2016, acusado de calumniar e injuriar al CNI por decir que “pinchaba ilegalmente” teléfonos. En un primer momento resultó condenado a pagar una multa, pero el fallo se anuló y tuvo que repetirse la vista. A la segunda, resultó absuelto.
DNI falso. La Audiencia de Madrid lo castigó en junio de 2021 a un año y nueve meses de prisión por falsificar el DNI para que un amigo se presentase a la Selectividad por él.
Viaje a Ribadeo. El tribunal le impuso una nueva pena en julio de 2021: tres años de cárcel por hacerse pasar por emisario del rey Felipe VI y de Sáenz de Santamaría durante un viaje a Ribadeo (Lugo).
El empresario. Su tercera condena se conoció esta semana: tres años y cinco meses de prisión por hacerse pasar por enviado del CNI y de la vicepresidenta del Gobierno ante un empresario.
Red policial. Para febrero de 2023 se ha fijado su quinta y última vista oral prevista. La Fiscalía le pide otros nueve años y nueve meses de prisión por crear una supuesta red criminal para obtener información confidencial de las bases de datos policiales.
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