La crisis institucional entra en un pozo sin fondo
Feij¨®o huye del triunfalismo mientras S¨¢nchez logra que los suyos cierren filas tras el malestar por la reforma de la malversaci¨®n
La oposici¨®n cuestiona la legitimidad de la acci¨®n del Gobierno, y el Gobierno acusa a la oposici¨®n de pr¨¢cticas emparentadas con el golpismo. El Parlamento destroza su imagen entre tangana y tangana. El ¨®rgano de gobierno de los jueces ¡ªel Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)¡ª lleva cuatro a?os con el mandato caducado y con un grupo de vocales conservadores en abierta rebeli¨®n. El Tribunal Constitucional vota con la misma disciplina que los grupos parlamentarios. ?Qui¨¦n da m¨¢s en la interminable historia de la conflagraci¨®n pol¨ªtica espa?ola? Semana a semana, el debate p¨²blico sigue excavando en un pozo sin fondo hasta conseguir poner de acuerdo a todos al menos en una cosa: el deterioro institucional parece imparable.
El PP de Alberto N¨²?ez Feij¨®o soliviant¨® esta semana las redes sociales con un v¨ªdeo que simulaba el anuncio de la loter¨ªa para comunicar que el Gordo les ha tocado a los violadores y a los corruptos. Casi al tiempo, los populares gallegos difund¨ªan otro clip navide?o en el que el sucesor de Feij¨®o all¨ª, Alfonso Rueda, recorre Galicia en moto repartiendo sonrisas y buenos deseos, sin una mala cr¨ªtica para nadie. Hace un a?o, esa hubiese sido probablemente la imagen que Feij¨®o habr¨ªa vendido a sus paisanos. Esa misma imagen que hizo pensar a algunos que su llegada al liderazgo del PP iba a suponer una rebaja de tensi¨®n en el desquiciado clima pol¨ªtico espa?ol. Nueve meses despu¨¦s, la corriente de confrontaci¨®n que alimenta la pol¨ªtica nacional ha arrastrado a Feij¨®o. Y el choque entre Gobierno y oposici¨®n ha superado los peores momentos de la ¨¦poca de enfrentamientos entre Pablo Casado y Pedro S¨¢nchez.
La noche del lunes 19 fue pr¨®diga en im¨¢genes ins¨®litas. Por primera vez, el Tribunal Constitucional, a petici¨®n del PP, interfer¨ªa un proceso legislativo en las Cortes para anular la tramitaci¨®n de la norma que pretend¨ªa superar el bloqueo al reemplazo de cuatro de sus magistrados con el mandato prorrogado. Por primera vez tambi¨¦n, los presidentes del Congreso y del Senado comparec¨ªan uno tras otro al filo de la medianoche para anunciar con voz solemne que, aunque acataban el mandato, consideraban que se estaba abriendo un peligroso precedente. Tres a?os de guerra sin cuartel entre el Gobierno y la oposici¨®n, con una pandemia y una guerra de por medio, hab¨ªan desembocado en una crisis ins¨®lita entre las principales instituciones del Estado.
Los ¨²ltimos d¨ªas han deparado un cierto intento de no atizar m¨¢s el fuego, al menos en el frente dial¨¦ctico. En el Gobierno se frenaron las declaraciones iniciales de miembros de Unidas Podemos que abogaban por desobedecer al tribunal de garant¨ªas. El universo de la derecha celebr¨® con euforia lo que considera una humillaci¨®n a S¨¢nchez en el organismo encargado de velar por el cumplimiento de la Constituci¨®n. Feij¨®o, en cambio, ha evitado el menor tono triunfalista. ¡°Hasta los periodistas se sorprendieron porque dec¨ªan que no nos ve¨ªan contentos¡±, relata una persona del n¨²cleo de confianza del dirigente popular. ¡°Claro que lo estamos por una parte, porque hemos conseguido parar una maniobra inadmisible. Pero, por otra, ?qui¨¦n puede estar contento con una situaci¨®n as¨ª?¡±.
El equipo de Feij¨®o relativiza el alcance de lo que pudiera parecer un triunfo pol¨ªtico. En un clima tan extremo, el n¨²cleo dirigente del PP teme que el favorecido pueda ser Vox. La entrada en escena del Constitucional ha tenido adem¨¢s un efecto secundario que podr¨ªa beneficiar a S¨¢nchez: ya nadie habla de la rebaja de penas para los delitos de malversaci¨®n sin lucro personal acordada por el Gobierno y ERC, una medida que hab¨ªa desagradado profundamente en el PSOE. Ahora el asunto ha pasado a un segundo plano y ya casi ni aflor¨® en el ¨²ltimo debate del jueves en el Senado, previo a la aprobaci¨®n definitiva de la pol¨¦mica reforma del C¨®digo Penal.
Diputados y senadores socialistas ¡ªincluidos algunos cr¨ªticos con el presidente¡ª relataban esta semana por los pasillos de ambas C¨¢maras que la irrupci¨®n del Constitucional ha cambiado de repente el humor de las bases del partido, ahora soliviantadas ante la ofensiva pol¨ªtica y judicial de la derecha. Los que sospechaban que la reforma del C¨®digo Penal ¨Dcon el nada disimulado objetivo de suavizar procesos judiciales contra independentistas catalanes¨D estaba haciendo mella en la imagen del presidente, lo hab¨ªan visto confirmado en el bar¨®metro mensual del CIS, que registr¨® una ca¨ªda de dos puntos en las expectativas electorales del PSOE. Pero ese estado de ¨¢nimo era anterior a la colisi¨®n de astros de los ¨²ltimos d¨ªas.
En su duelo del mi¨¦rcoles en el Senado, Feij¨®o se mantuvo en una imagen de gravedad mientras S¨¢nchez sonre¨ªa relajado en el esca?o, sin mostrar el menor s¨ªntoma de haber encajado un golpe. Miembros del Gobierno describen la misma estampa del presidente. ¡°Estas situaciones le ponen, se crece con ellas¡±, apunta uno de sus interlocutores de estos d¨ªas. Una vez m¨¢s, estas fuentes reivindican la leyenda del manual de resistencia, el l¨ªder que planta cara sin temor a los poderes establecidos. En este caso, la ¡°derecha pol¨ªtica, medi¨¢tica y judicial¡±.
El Ejecutivo se ha desplegado adem¨¢s para hacer visible que dispone de la legitimidad de una mayor¨ªa parlamentaria estable. Quiere que la respuesta legal no solo la abanderen esta vez PSOE y Unidas Podemos, sino todo el grupo de alrededor de 185 diputados que lo sostiene en la C¨¢mara. Con ellos espera promover la iniciativa para sortear la anulaci¨®n de la norma que permitir¨ªa renovar el Constitucional. Esta vez con un m¨¦todo m¨¢s ortodoxo: mediante una proposici¨®n de ley conjunta en lugar de dos enmiendas a una ley sin relaci¨®n alguna ¡ªla reforma del C¨®digo Penal¡ª, la pr¨¢ctica que ech¨® por tierra el tribunal de garant¨ªas. El Gobierno ya est¨¢ hablando con los grupos, pero quiere esperar hasta que el Constitucional haga p¨²blicos los argumentos de su resoluci¨®n. El contenido de la propuesta no ofrece muchas dudas: ir¨¢ en l¨ªnea similar a la de las enmiendas, a fin de cambiar las mayor¨ªas requeridas en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que han permitido al sector conservador bloquear los relevos en el tribunal de garant¨ªas.
Todo eso podr¨ªa estar listo en enero. ?Y despu¨¦s? Los socialistas niegan que vayan a recuperar la propuesta que les permitir¨ªa renovar el CGPJ en el Congreso solo con sus aliados, prescindiendo del PP, al suprimir el requisito de mayor¨ªa cualificada. En su d¨ªa ya le cost¨® una reprimenda de Bruselas, y a eso apela la parte mayoritaria del Gobierno, mientras Podemos busca apoyos en el Congreso para relanzarla. La gran inc¨®gnita es si S¨¢nchez encontrar¨¢ alguna otra f¨®rmula para no llegar a las elecciones con un CGPJ caducado y hostil, o no tendr¨¢ m¨¢s remedio que dar la batalla por perdida.
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