Mi abuelo fue un criminal; mi padre, un genocida
Unidos por la rabia, la verg¨¹enza y el ¨¢nimo de reparar a las v¨ªctimas, descendientes de represores de distintos pa¨ªses repudian sus cr¨ªmenes y comparten sus archivos
Con 18 a?os reci¨¦n cumplidos, Loreto Urraca conoci¨® el mismo d¨ªa de 1982 a su padre, Jean Louis Urraca, y a su abuelo, Pedro Urraca. El primero, quien propuso el encuentro, la hab¨ªa abandonado de peque?a. El segundo, polic¨ªa franquista y agente de la Gestapo en Francia, interrog¨® y traslad¨® a Espa?a al expresidente de la Generalitat Llu¨ªs Companys tras ser detenido en agosto de 1940, dos meses antes de ser ejecutado en el Castillo de Montjuic. Pero Loreto no lo averiguar¨ªa hasta mucho despu¨¦s de la muerte de su abuelo. ¡°Entonces yo sab¨ªa que era franquista, pero no imaginaba que se hab¨ªa dedicado a perseguir a republicanos por el exilio. El encuentro fue desagradable y a m¨ª, en aquel momento, no me interesaba escucharle¡±. Hasta que en 2008 vio su apellido, Urraca, en el titular de un reportaje de EL PA?S junto a las palabras ¡°cazador de rojos¡±. ¡°Sent¨ª mucha rabia y mucha verg¨¹enza¡±, explica.
Un d¨ªa, decidi¨® investigar m¨¢s sobre ¨¦l y, durante todas sus vacaciones a lo largo de seis a?os, recopil¨® documentos en archivos de Alcal¨¢ de Henares, Bilbao, Madrid y Par¨ªs. Con la informaci¨®n recabada abri¨® una p¨¢gina web, escribi¨® una novela, Entre hienas, y particip¨® en el documental Urraca, cazador de rojos, recientemente estrenado. El proceso que empez¨® con una sorpresa desagradable al leer su apellido en este diario a¨²n no ha terminado.
Ahora, Loreto Urraca es la representante en Espa?a del colectivo Historias Desobedientes, que agrupa a m¨¢s de un centenar de descendientes de represores de pa¨ªses como Argentina, Brasil, Chile, Uruguay y Paraguay que han rechazado p¨²blicamente esa herencia, y anima a otros hijos y nietos de franquistas a compartir la informaci¨®n de que dispongan para tratar de reparar a las v¨ªctimas. ¡°No podemos pedir perd¨®n por algo que no hemos hecho¡±, explica Loreto, ¡°pero s¨ª posicionarnos con las v¨ªctimas de nuestros antecesores, difundiendo toda la informaci¨®n que tengamos y para concienciar tambi¨¦n a la sociedad. Eso es lo que nos une: la rabia, la verg¨¹enza y la voluntad de que se repare a las v¨ªctimas¡±.
¡°Cuando me puse a investigar¡±, recuerda, ¡°me di cuenta de que no sab¨ªa nada del exilio, de la persecuci¨®n franquista... porque me hab¨ªa criado en la ignorancia, en Espa?a no se estudiaban estas cosas¡±. El primer paso fue leer la tesis doctoral de Jordi Guix¨¦ sobre la persecuci¨®n hispano-francesa del exilio republicano, encerr¨¢ndose durante una semana en una biblioteca, y el m¨¢s reciente ha sido descubrir fotograf¨ªas de su abuelo, al que se refiere en todo momento como ¡°Pedro Urraca¡±, junto a dirigentes nazis en una visita a Espa?a en 1942. ¡°Les hizo de cicerone por Madrid y Toledo, lo que muestra su estrecha relaci¨®n con la Gestapo¡±, explica Loreto. Urraca ten¨ªa ficha y mote en la polic¨ªa nazi: ¡°Unamuno¡±.
A finales de 2021, Loreto recibi¨® un mensaje sobrecogedor: ¡°Me llamo Anal¨ªa Kalinec y soy hija de un genocida que cumple cadena perpetua por cr¨ªmenes de lesa humanidad¡±. Anal¨ªa, cofundadora de Historias Desobedientes, de 43 a?os, ten¨ªa 24 cuando apresaron a su padre, Eduardo Kalinec, polic¨ªa de la dictadura argentina. ¡°En mi casa, mi madre y mis hermanas le proteg¨ªan y mi relaci¨®n con ¨¦l hab¨ªa sido buena, por eso se hizo muy dif¨ªcil al principio comprender, cuestionarlo¡±, relata al tel¨¦fono desde Argentina. En 2008 ley¨® los testimonios de las v¨ªctimas en la causa contra su padre. ¡°?l intent¨® justificar sus cr¨ªmenes, nunca mostr¨® arrepentimiento¡±, explica. Y ya no hubo marcha atr¨¢s. ¡°Lo rechac¨¦ p¨²blicamente y mi madre y mis hermanas me repudiaron por ello¡±.
Preguntada por si alguna vez ha tenido dudas, si el precio que hab¨ªa pagado por ese rechazo hab¨ªa sido demasiado alto, Anal¨ªa responde: ¡°He elegido conservar algunos recuerdos, pero el v¨ªnculo afectivo con mi padre se rompi¨® definitivamente cuando, tras conocer directamente a algunas de sus v¨ªctimas, le ped¨ª que compartiera informaci¨®n sobre los beb¨¦s y las madres desaparecidas y ¨¦l se neg¨®, con toda crueldad. El coste emocional es alt¨ªsimo, pero no quiero ni pensar lo que ser¨ªa tener a un familiar desaparecido. Tambi¨¦n he hecho esto por mis hijos. No quiero ense?arles a mirar hacia otro lado¡±.
Loreto afirma que ella tuvo ¡°suerte¡± porque en su caso no hab¨ªa ese v¨ªnculo afectivo previo, pero tanto ella como Anal¨ªa explican que su proceso tiene una vertiente individual, ¨ªntima, y otra colectiva, social. Ambas necesitaban ¡°desafiliarse¡± de la ideolog¨ªa y los cr¨ªmenes de sus ascendientes. Y ambas quisieron hacerlo p¨²blicamente para favorecer el derecho a la verdad y la reparaci¨®n de los represaliados.
¡°Me reun¨ª con v¨ªctimas directas de mi padre, algunas de ellas de mi edad y que buscaban a sus madres desaparecidas y me contaron que para ellos era reparador que la hija de un represor repudiara sus cr¨ªmenes¡±, explica Anal¨ªa. Algo similar ocurri¨® cuando Loreto conoci¨® a los sobrinos nietos de Companys. ¡°Fue muy emocionante¡±, recuerda la nieta del hombre que, tras trasladarlo a Espa?a despu¨¦s de su detenci¨®n, escribi¨® en su dietario: ¡°Al recorrer el camino largo que separa Par¨ªs de Madrid acompa?ando al hoy vencido y que lo fue todo en Catalu?a Luis Companys pienso en el porvenir que ante m¨ª se abre y en el horizonte que el mundo actual nos depara. Todas las ilusiones, toda la fe en los ideales de este hombre han ca¨ªdo por tierra. Ya no es sino un pingajo de la vida¡±. El documental muestra la fotograf¨ªa que Urraca hizo de Companys antes de entregarlo a las autoridades franquistas. El expresidente de la Generalitat le mira de frente, resignado, fumando un cigarrillo. La imagen, guardada como un trofeo, fue recuperada en la casa de Urraca.
Pedro de Echave, director del documental, conoci¨® a Loreto en la presentaci¨®n, en la Universidad de Alicante, de otro largometraje, El hombre m¨¢s peligroso de Europa. Otto Skorzeny en Espa?a, sobre ¡°el hombre de acci¨®n favorito de Hitler¡±. ¡°Al terminar el coloquio, una mujer se present¨® dici¨¦ndome que Skorzeny le hab¨ªa regalado un avi¨®n en miniatura a su padre. Era Loreto Urraca, que me cont¨® su caso. Me pareci¨® una historia apasionante y muy necesaria, no solo por la parte hist¨®rica de Pedro Urraca, sino por el proceso personal de Loreto¡±, explica.
De Echave es miembro fundador de Mem¨°ria de Mallorca, asociaci¨®n que ha promovido exhumaciones de fosas del franquismo en Baleares, comunidad que cuenta, desde 2016, con su propia ley de memoria (apoyada por todos los partidos, incluido el PP). ¡°Loreto es, sin duda, una pionera, y estoy convencido de que su valent¨ªa provocar¨¢ que aparezcan m¨¢s casos¡±, a?ade. ¡°Su confluencia con el grupo de Historias Desobedientes es algo natural porque el nuestro y el de las dictaduras latinoamericanas son procesos similares, aunque estos pa¨ªses nos llevan bastante ventaja¡±.
Anal¨ªa anima desde Argentina a otros descendientes de represores franquistas a dar el paso: ¡°Preguntarnos por nuestra propia historia nos hace tomar conciencia de qui¨¦nes queremos ser, indivualmente y como pa¨ªs. Hablar de las consecuencias de los cr¨ªmenes favorece las garant¨ªas de no repetici¨®n. En Espa?a hay fosas comunes bajo los caminos que unen ciudades y pueblos. Pueden querer ocultarlo, pero el silencio siempre deja secuelas¡±.
A Loreto le encantar¨ªa extender el movimiento en Espa?a. ¡°Creo que har¨ªa mucho bien. Favorecer¨ªa que poco a poco fu¨¦ramos tomando conciencia de todo eso que nunca nos ense?aron¡±.
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