Vox intenta morder al PP en el punto d¨¦bil del aborto
El partido de Abascal lleva al Congreso su plan antiabortista para presionar a los populares, que siguen reculando ante las cr¨ªticas de los obispos y los sectores m¨¢s duros de la derecha
Alberto N¨²?ez Feij¨®o comenz¨® el martes huyendo de los micr¨®fonos de los periodistas en un desayuno informativo que protagonizaba en Madrid su sucesor al frente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda. Le persegu¨ªa una pregunta que no quiso responder: ¡°?Es el aborto un derecho?¡±. Su portavoz de campa?a, Borja S¨¦mper, hab¨ªa sorprendido el d¨ªa anterior afirmando que no lo es, lo que matizaba la posici¨®n del partido despu¨¦s de que Feij¨®o hubiera aceptado la ley de plazos tras la sentencia del Tribunal Constitucional que avala la norma. ¡°?Por qu¨¦ no estamos tranquilos? Tenemos al presidente de Galicia aqu¨ª¡±, se escabull¨® el l¨ªder del PP, antes de emplazar a una ¡°rueda de prensa¡± el mi¨¦rcoles en la que responder¨ªa sobre el asunto. Feij¨®o trat¨® de ganar tiempo para perfilar una respuesta ante el morrocotudo l¨ªo que se le ha montado con la interrupci¨®n voluntaria del embarazo, con los obispos y los sectores m¨¢s duros de la derecha arremetiendo contra el PP. En ese r¨ªo revuelto para los populares ha entrado adem¨¢s a pescar Vox. El partido de Santiago Abascal ha llevado al Congreso su plan antiabortista para presionar a Feij¨®o, que sigue reculando ante los halcones.
Vox quiere aprovechar el flanco que se ha abierto en el PP con el giro de Feij¨®o sobre el aborto para atraerse a los sectores m¨¢s integristas y ultraconservadores, que nutren el electorado de ambos partidos. Su grupo parlamentario present¨® por sorpresa este martes una proposici¨®n no de ley en la que insta a derogar la ley de interrupci¨®n voluntaria del embarazo de 2010, que el Constitucional acaba de avalar y Feij¨®o ha asumido. La iniciativa es puramente testimonial, no solo porque ser¨¢ rechazada con toda seguridad sino porque no tiene fuerza normativa, pero obligar¨¢ al Grupo Popular a retratarse en un asunto delicado para muchos de sus miembros mientras se aproxima un nuevo ciclo electoral. Una de las proponentes de la iniciativa de Vox es Lourdes M¨¦ndez Monasterio, quien como diputada del PP entonces, firm¨® el recurso del Grupo Popular contra la ley del aborto que el Constitucional acaba de tumbar.
Adem¨¢s de pedir la derogaci¨®n de la ley de 2010, a la que solo quedan unos d¨ªas en vigor, la proposici¨®n de Vox pide extender a todas las comunidades aut¨®nomas las medidas que pact¨® con el PP en Castilla y Le¨®n y de las que el presidente Alfonso Fern¨¢ndez Ma?ueco se ech¨® luego atr¨¢s, ante el esc¨¢ndalo que levant¨®: asistencia psicol¨®gica, posibilidad de escuchar el latido fetal y ecograf¨ªas 4D. De manera confusa, el texto dice que estos servicios ser¨¢n un ¡°ofrecimiento, para las mujeres embarazadas que lo soliciten¡±. No se aclara si el ofrecimiento es previo a la solicitud.
Adem¨¢s, pretende ¡°garantizar el derecho fundamental a la objeci¨®n de conciencia de todos los profesionales que en cualquier manera tengan relaci¨®n con la pr¨¢ctica del aborto, sin condicionar dicho ejercicio a la inscripci¨®n previa en un registro¡±. Esta cl¨¢usula implica extender el derecho a la objeci¨®n de conciencia a cualquier personal sanitario (m¨¦dicos, anestesistas, enfermeros, celadores, etc¨¦tera) y permitir su ejercicio sin previo aviso; lo que supone someter a la incertidumbre la realizaci¨®n de estas intervenciones.
Lo que Vox quiere es la ilegalizaci¨®n del aborto y la eutanasia (¡°la protecci¨®n de la vida desde la concepci¨®n hasta su extinci¨®n natural¡±) pero, mientras no tenga mayor¨ªa para hacerlo, trata de poner trabas a su ejercicio, como han reconocido destacados miembros del partido. Preguntado por si Vox volver¨ªa a tipificar el aborto como delito, su portavoz en el Congreso, Iv¨¢n Espinosa de los Monteros, respondi¨® este martes: ¡°Jam¨¢s se ha hablado de la barbaridad de meter a mujeres en la c¨¢rcel¡±. Sin embargo, su vicepresidente pol¨ªtico, Jorge Buxad¨¦, ha calificado el aborto como el ¡°homicidio planificado de un ser humano en el seno materno¡±; es decir, un crimen.
En realidad, la iniciativa de Vox no pretende que las medidas que propone se lleven a la pr¨¢ctica. Si as¨ª fuera, las habr¨ªa presentado como enmiendas a la reforma de la ley de interrupci¨®n voluntaria del embarazo, que desde septiembre pasado se debate en el Parlamento y este jueves pasar¨¢ su ¨²ltimo tr¨¢mite en el Congreso antes de publicarse en el BOE. Pero ni en la C¨¢mara baja ni en la alta ha propuesto Vox estas medidas para reforzar el ¡°consentimiento informado¡± de la mujer: se ha limitado a formular propuestas de veto que, pese a su extensi¨®n, no hablaban de escuchar el latido del fecho o verlo en 4D.
Vox quiere aprovechar el aborto para poner al PP ante sus contradicciones y marcar territorio a poco m¨¢s de tres meses de unas elecciones auton¨®micas y municipales en las que parte de su electorado podr¨ªa darle la espalda. El pasado domingo, en el mitin con el que abri¨® su precampa?a electoral, en la plaza de toros de Murcia, el l¨ªder de Vox, Santiago Abascal, acus¨® a Feij¨®o de echarse en manos de la izquierda por asumir la ley del aborto de 2010. ¡°El PP es el PSOE con diez a?os de retraso¡±, dijo Abascal. Y a?adi¨®, en un gui?o a quienes homologan al cigoto con el ser humano: ¡°Ya solo queda Vox para defender a los m¨¢s indefensos¡±.
Entre estos ¨²ltimos figura Jaime Mayor Oreja, exministro del Interior con Aznar y presidente de One of Us, que el pasado d¨ªa 8 particip¨® en una conferencia en Bruselas de medio centenar de organizaciones antiabortistas que se oponen a que el derecho de las mujeres a la interrupci¨®n voluntaria del embarazo figure en la Carta Europea de Derechos Fundamentales. La propuesta de incluir el derecho a un aborto ¡°seguro y legal¡± en dicha carta, respaldada por el presidente franc¨¦s Emmanuel Macron y el Parlamento Europeo, busca evitar que reg¨ªmenes ultraconservadores como los de Polonia y Hungr¨ªa lo proh¨ªban en la pr¨¢ctica.
El PP, en paralelo, se despierta cada d¨ªa con nuevas arremetidas de los sectores m¨¢s conservadores de la derecha y de la Iglesia. El ¨²ltimo ha sido el obispo de Orihuela-Alicante, Jos¨¦ Ignacio Munilla, que ha disparado directamente contra Feij¨®o, de quien ha llegado a decir que ¡°est¨¢ sobrando¡± en el PP, y que nadie con ¡°recta conciencia¡± deber¨ªa votar a los populares si comparte la postura del presidente del PP. Tras la sentencia del Tribunal Constitucional, Feij¨®o reconoci¨® que ¡°una ley de plazos bien construida es una ley correcta en t¨¦rminos generales¡± y que por tanto la norma ¡°merece su respeto¡±.
Consciente de la oposici¨®n de esos c¨ªrculos de su electorado, el PP arranc¨® la semana modulando el giro de Feij¨®o, ahora sin considerar el aborto un derecho, el nuevo anatema para los populares. Tras Borja S¨¦mper el lunes, la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, evit¨® este martes calificar el aborto como un derecho ante las reiteradas preguntas que se le formularon en rueda de prensa en el Congreso. ¡°El aborto es un fracaso, es un drama para toda mujer que tiene que acudir a ¨¦l¡±, repuso la n¨²mero dos de Feij¨®o. La portavoz parlamentaria reconoci¨® que en el PP coexisten ¡°muchas sensibilidades¡± y evit¨® responder a si personalmente ella cre¨ªa que el aborto era un derecho. ¡°Nunca juzgar¨¦ a una mujer que toma esa decisi¨®n, pero trabajar¨¦ para que no tenga que hacerlo¡±, contest¨®, despu¨¦s de insistir en que ¡°hay una ley de plazos en vigor que est¨¢ asumida por la sociedad espa?ola¡±.
Adem¨¢s de la presi¨®n de los sectores duros, el PP se enfrenta ahora tambi¨¦n al acoso de Vox, mientras en el equipo directo de Feij¨®o reconocen dudas sobre si considerar o no el aborto como un derecho de las mujeres. En principio, el l¨ªder del PP marcar¨¢ su posici¨®n este mi¨¦rcoles. En plena vor¨¢gine, Feij¨®o medita c¨®mo recoser las costuras de una derecha que ha implosionado.
El Gobierno incide en el malestar por la gesti¨®n de la sanidad en Madrid para desgastar al PP
El Gobierno volvió este martes a tratar de contrarrestar la falta de acuerdo en la coalición por la reforma de la ley del solo sí es sí incidiendo en su defensa de una sanidad pública con los recursos necesarios, como contrapunto a la gestión que Isabel Díaz Ayuso (PP) está realizando de la crisis sanitaria en la Comunidad de Madrid, donde los médicos llevan en huelga desde noviembre. “Sin el personal sanitario, ningún plan sería posible. Son nuestro activo más poderoso, hay que cuidar a quienes nos cuidan”, afirmó Carolina Darias, que resaltó los mil millones de euros que el Gobierno ha destinado en los Presupuestos de 2022 y 2023 a la atención primaria pese a que la sanidad es una competencia transferida a las comunidades autónomas.
La ministra de Sanidad compareció en La Moncloa poniendo subrayando los planes que el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha desarrollado en el sistema nacional de salud durante su mandato “tras años de recortes neoliberales que han supuesto un auténtico desmantelamiento del Estado de bienestar y, concretamente, del sistema nacional de salud”. Frente a las críticas del PP, que sostiene que el problema se debe a la falta de sanitarios en toda España y no solo en Madrid, Darias recalcó que las plazas de médico interno residente (MIR) han crecido un 40% “desde la llegada de Pedro Sánchez” a la presidencia del Gobierno en junio de 2018. También puso como relieve el incremento del 15% de las plazas en las facultades públicas de medicina “ante el aumento de las universidades privadas”.
La responsable de Sanidad afirmó que el Gobierno estará “muy atento y vigilante” ante la posibilidad de que Andalucía derive consultas de la atención primaria a empresas privadas. El Ejecutivo de Juan Manuel Moreno (PP) contemplaba, según un borrador, la posibilidad de concertar este servicio y que las entidades privadas pudieran utilizar instalaciones públicas. “Si se producen, actuaremos con contundencia”, advirtió Darias. “La Junta jamás ha desviado pacientes ni en esta legislatura ni en la anterior y no tiene ninguna intención de hacerlo”, rechazó el portavoz del Gobierno andaluz, Ramón Fernández-Pacheco.
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