La fosa com¨²n de Pico Reja se cierra tras ser recuperados los cuerpos de 1.800 v¨ªctimas del franquismo
Los trabajos de exhumaci¨®n, que han durado tres a?os, han dado paso al cotejo gen¨¦tico para identificar los restos. El equipo de forenses cree que es el mayor osario de este tipo en Europa occidental
Cuando el 20 de enero de 2020 se inici¨® la excavaci¨®n de la fosa de Pico Reja en el cementerio sevillano de San Fernando, Carmen Amado, que entonces ten¨ªa 78 a?os, cre¨ªa que no vivir¨ªa para ver terminados los trabajos de exhumaci¨®n. Tres a?os despu¨¦s, ella y su hermana mayor, Pepita, han echado este martes las ¨²ltimas paletadas de tierra para cerrar una herida que ha supurado dolor durante m¨¢s de ocho d¨¦cadas. Pico Reja es el mayor osario de represaliados de Espa?a y la mayor fosa com¨²n de Europa occidental, seg¨²n sostiene la Sociedad de Estudios Aranzadi, que ha coordinado al equipo de t¨¦cnicos forenses. Esperaban encontrar los cuerpos de 850 v¨ªctimas de la Guerra Civil y finalmente han contabilizado 1.786 (a¨²n no identificadas pero consideradas como tales por la disposici¨®n en la que aparecieron los restos, los signos de violencia o ciertos distintitivos o pertenencias). En el interior de la fosa, en la que hubo enterramientos anteriores y posteriores a la contienda, han sido hallados en total los restos de 10.073 personas, diez veces m¨¢s de lo que se crey¨® en un principio.
Juan Manuel Guijo, responsable del equipo de 20 antrop¨®logos forenses y t¨¦cnicos que durante estos tres a?os ha analizado uno por uno m¨¢s de un mill¨®n y medio de huesos, subraya la dificultad de la labor. ¡°La complejidad del trabajo ha sido brutal. No sab¨ªamos si ¨ªbamos a poder afrontarlo¡±, dice. Por sus manos han pasado hombres y mujeres con evidentes signos de tortura, con balazos en la nuca, manos atadas a la espalda, articulaciones rotas¡ Adem¨¢s de las v¨ªctimas del franquismo, tambi¨¦n han sido exhumados los restos de centenares de personas que, o ya estaban enterradas antes de la guerra en ese osario o fueron siendo inhumadas con posterioridad y generalmente sin ning¨²n escr¨²pulo, amontonando cad¨¢ver sobre cad¨¢ver.
En este tiempo, los forenses han enviado 1.037 muestras de ADN al laboratorio de referencia de la Universidad de Granada, dependiente de la Junta de Andaluc¨ªa. No se ha logrado todav¨ªa ninguna identificaci¨®n, ni por los restos ¨®seos ni atendiendo a las caracter¨ªsticas antropom¨®rficas descritas por los familiares, confirma Guijo.
El laboratorio se ha convertido en la ¨²ltima esperanza de Carmen y Paquita para intentar constatar que su padre, Rafael, concejal del Ayuntamiento de Sevilla cuando el 8 de agosto de 1936 lo fueron a buscar a su casa y ya no volvi¨®, fue arrojado all¨ª. ¡°No s¨¦ si llegaremos¡±, dice Carmen, avanzando en su silla de ruedas. ?ngel Rodr¨ªguez, de 89 a?os, tiene esa misma sensaci¨®n agridulce: ¡°Estoy alegre y a la vez triste. Esto ha sido muy importante, pero no creo que viva si es que consiguen cotejar el ADN¡±, reconoce con emoci¨®n. Ten¨ªa dos a?os cuando, a finales de julio de 1936, los falangistas apresaron a su padre, Enrique, trabajador en la Cartuja y afiliado a la CNT. ?l tambi¨¦n ha arrojado tierra este martes al ¨²ltimo hueco de la fosa.
Ese ha sido el momento final del acto de clausura de Pico Reja, en el que han estado representadas las cuatro administraciones que han financiado los trabajos de exhumaci¨®n, demandados durante muchos a?os por las asociaciones memorialistas: el Ayuntamiento, que fue quien impuls¨® los trabajos cuando era alcalde el socialista Juan Espadas ¡ªcuyo padre estaba entre los republicanos desaparecidos en esa zona¡ª; la Diputaci¨®n de Sevilla; la Junta de Andaluc¨ªa ¡ªque firm¨® el convenio cuando el PSOE estaba en el poder¡ª y el Gobierno central, que se sum¨® cuando Pedro S¨¢nchez lleg¨® a La Monclo
En su intervenci¨®n, el actual regidor hispalense, Antonio Mu?oz, del PSOE, ha confirmado el compromiso del Consistorio con la Ley de Memoria Democr¨¢tica, y ha confirmado que este a?o comenzar¨¢n los estudios para acometer la exhumaci¨®n de otra de las fosas franquistas que alberga el cementerio de San Fernando, la de Monumento, para la que ha pedido el mismo compromiso que con Pico Reja al resto de administraciones. Una adhesi¨®n que ya hab¨ªa garantizado poco antes el secretario de Estado para la Memoria, Fernando Mart¨ªnez. M¨¢s tibio ha estado el representante de la Junta, el viceconsejero de Cultura, V¨ªctor Manuel Gonz¨¢lez, que ha provocado los abucheos del centenar de asistentes al referirse en un momento de su discurso a la guerra de Ucrania y Vlad¨ªmir Putin. ¡°Hay que evitar que los renglones torcidos de la historia se vuelvan a repetir para evitar que megal¨®manos como el invasor ruso pretendan en el siglo XXI hacer los mimos¡±, ha dicho..
Pero el cierre de Pico Reja estaba dedicado a los familiares de las v¨ªctimas que han estado durante d¨¦cadas tiradas y revueltas en esa fosa, y as¨ª lo ha puesto de manifiesto Miguel Guerrero, nieto de uno de los integrantes de la columna minera de Huelva que fue apresado el 19 de julio cuando estaba a las puertas de Sevilla para defender la ciudad del golpe de Estado franquista. Su vida es una historia de ausencias. La Guerra Civil se llev¨® a su abuelo Miguel y a otros dos t¨ªos abuelos; y, si en el caso de Miguel s¨ª sabe, gracias al trabajo del equipo de Guijo, que est¨¢ entre los restos de Pico Reja, de los hermanos de aquel no tiene constancia. ¡°Me he hecho las pruebas de ADN para cotejarlos con las v¨ªctimas de las fosas de Nerva y Riotinto¡±, explica, y recuerda c¨®mo esas desapariciones marcaron a su padre y a su abuela. ¡°Tuvieron que irse, siempre con miedo¡±.
Guerrero no espera mucho del cotejo de ADN, que marcha lento y del que la Junta, sin informar a los familiares, ha contado estos d¨ªas que los primeros 400 cotejos han resultado. ¡°Quedan muestras por enviar, es una falta de respeto a las v¨ªctimas que se haya comunicado as¨ª¡±, se?ala. Tampoco le importa mucho poder identificar los restos del m¨¦dico socialista Jos¨¦ Aceituno a su bisnieto, del mismo nombre y, con 26 a?os, uno de los m¨¢s j¨®venes entre los congregados este martes en Pico Reja. ¡°Para m¨ª lo importante es que se conozca la Historia, lo que pas¨®¡±, afirma.
Impresiona pisar la tierra roja por la que hasta hace unos meses asomaban los vestigios del terror franquista. Pico Reja es una fosa que jam¨¢s se debi¨® abrir y que a trav¨¦s de sus restos mortales ha escrito un relato del horror de la represi¨®n mucho mayor que el que recogen los libros. Con su cierre se resta?a una herida, que mitiga en parte el dolor de las v¨ªctimas y sus familias. Es un punto y seguido que contin¨²a en la sepultura cercana de Monumento y en la esperanza lejana del cotejo del ADN.
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