Los canalones rotos y la humedad amenazan al patrimonio renacentista de Salamanca
Los edificios construidos con piedra de Villamayor sufren la erosi¨®n del agua sin apenas rehabilitaci¨®n o cuidados
El legado renacentista de Salamanca est¨¢ amenazado por canalones que gotean o tejas rotas. La delicada piedra de Villamayor que compone estos edificios hist¨®ricos sufre por las malas canalizaciones, que arrastran esta piedra arenosa o ti?en de verd¨ªn las paredes de emblemas del plateresco espa?ol. La decadencia se aprecia en las calles o en los adornos de la Casa de las Muertes, que van camino de morir. Este inmueble en pleno centro urbano tiene su puerta rodeada por vallas de obra y cercados de rediles, una burda protecci¨®n tras un reciente derrumbe que contrasta con la pulcritud art¨ªstica aparente desde lejos. Desde cerca, se ve que ornamentos como las caracter¨ªsticas calaveras que dan nombre a la casa de Juan de ?lava o detalles de la fachada est¨¢n erosionados, como otros tantos elementos arquitect¨®nicos del renacimiento charro.
La fr¨ªa ma?ana salmantina se combate paseando entre su patrimonio m¨¢s emblem¨¢tico y tomando nota de que hay muchas fallas bajo el mismo patr¨®n: la humedad. Jes¨²s Delgado, miembro de la asociaci¨®n Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio de Salamanca, indica, en un paseo por las calles, da?os causados por desag¨¹es desatendidos o chapuzas en los tejados. El recorrido comienza en la Casa de las Muertes, cuyo nombre real es Casa de Juan de ?lava. Este Bien de Inter¨¦s Cultural (BIC) del siglo XVI pertenece a los Cobaleda, una familia rica de banqueros que la puso a la venta por tres millones de euros hace tres a?os. Sin ¨¦xito. ¡°Da igual el propietario, hay que conservar el patrimonio, lleva 500 a?os en pie y ahora tiene da?os irreparables¡±, critica Delgado ante la dejadez de los due?os, pues la normativa de los BIC marca que ellos deben hacerse cargo del mantenimiento.
Fuentes del Ayuntamiento aseguran que a los propietarios de este hist¨®rico edificio se les ha instado a mejorarlo y que pronto habr¨¢ trabajos de restauraci¨®n. La fachada de tonos marrones tiene zonas oscuras fruto de la humedad y los l¨ªquenes. Hay relieves muy erosionados que apenas se distinguen, desconchones y algunos de los rostros tallados sobre los muros se han quedado chatos. Los viandantes que pasan ante el edificio apenas aprecian los da?os sobre la sensible piedra de Villamayor, popular en las fotos que miles de turistas hacen en la ciudad porque en funci¨®n de la luz que caiga sobre los edificios parece que cambian de color.
El procurador del com¨²n en Castilla y Le¨®n ha recordado recientemente la ¡°especial singularidad por su importancia arquitect¨®nica¡± de conjuntos como la Casa de las Muertes y ha instado a que la Consejer¨ªa de Cultura haga un ¡°seguimiento¡± a las labores de los propietarios para ¡°garantizar la debida conservaci¨®n¡±. El doctor en Geolog¨ªa de la Universidad de Salamanca Gaspar Alonso lamenta el ¡°enjambre de desprop¨®sitos¡± que acarrea estos deterioros. ¡°Hay factores climatol¨®gicos, los l¨ªquenes, las palomas o las personas, hay gente que pasa rascando las paredes o hace pintadas¡±, lamenta el ge¨®logo, que alerta sobre c¨®mo las salpicaduras y los goteos pueden castigar la sensible piedra de Villamayor: ¡°La maltratan mucho¡±. El salmantino avisa de que las reparaciones deben hacerse con cuidado, pues el cemento, los barnices o lacas impiden que esta piedra porosa ¡°respire¡±. El agua se acumula y acaba ¡°atacando¡± al mineral o causando ¡°chorretones de verd¨ªn¡±, fruto de que el agua aprovecha las malas canalizaciones. Alonso avisa de que este material ¡°sufre con las grandes fiestas¡± por culpa de los ultrasonidos o las luces muy potentes.
Estas manchas verdes se observan en el convento de las Agustinas o el Palacio de Monterrey, m¨¢s iconos charros amenazados por desag¨¹es en mal estado. Una grieta en un canal¨®n provoca que gota a gota, o incluso en chorro cuando llueve mucho, se erosione esta piedra arenisca hasta el punto de que en el paseo por Salamanca hay peque?os mont¨ªculos de arena desprendida de las paredes. ¡°No se van a caer ma?ana pero van camino de ello¡±, avisa Delgado ante z¨®calos desmenuzados.
Los musgos que crecen en ilustres edificios tambi¨¦n castigan el ¨¢rea de la Universidad Pontificia, la ilustre Facultad de Traducci¨®n junto al recordatorio a Miguel de Cervantes, la destacada Puerta de Ramos de la Catedral o la denominada Cueva de Salamanca, donde la leyenda dice que daba clase el mism¨ªsimo diablo. Belceb¨² deber¨ªa tener cuidado para impartir c¨¢tedra ahora mismo. Podr¨ªa desnucarse si tropieza en esos escalones ro¨ªdos por el tiempo y la desatenci¨®n que, para desesperaci¨®n de Delgado, pisan alegremente unos turistas. Esta antigua cripta tiene libre acceso y una mala canalizaci¨®n origina peque?as cascadas de agua cuando arrecia. La erosi¨®n se aprecia incluso rozando la pared, donde la piedra de Villamayor se queda en el dedo y cae hasta el suelo. Los gamberros o enamorados, que a veces son sin¨®nimos, han llegado a grabar sus nombres o insultos con punzones o llaves en esos edificios hist¨®ricos.
Fuentes del Ayuntamiento destacan que velan por ¡°que se cumpla la normativa vigente y actuar cuando lo requiere un particular¡±. La asociaci¨®n patrimonial censura que se hace poco caso al conjunto urbano y que solo se ha actuado, y de forma mejorable, en la plaza Mayor. El Ayuntamiento encarg¨® en 2018 un informe sobre la Cueva de Salamanca y la plaza Mayor. El estudio, elaborado por la ge¨®loga Jacinta Garc¨ªa y el investigador del CSIC Carlos I?igo, acredit¨® que ¡°la piedra de Villamayor utilizada en la Cueva de Salamanca se encuentra en un estado avanzado de deterioro y presenta eflorescencias salinas, costras, grietas¡¡±, e instaba a una ¡°restauraci¨®n y conservaci¨®n¡± que seg¨²n Delgado no han llegado. ¡°La plaza Mayor se encuentra mucho mejor aunque requiere intervenciones para evitar que el agua de lluvia recorra los alzados de los pabellones¡±, a?ad¨ªa el an¨¢lisis. Delgado se?ala que las ¡°eflorescencias salinas¡± de la plaza Mayor se aprecian mirando con ojo cr¨ªtico. Efectivamente: el medall¨®n de Carlos II El Hechizado ahora tiene una blanca calvorota por restos de sal que han goteado sobre ¨¦l.
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