Jaime Sartorius, un abogado en la lucha por la libertad y la democracia
El letrado, fallecido a los 83 a?os, coordin¨® las defensas del Proceso 1001, hizo de enlace entre los procesados y la direcci¨®n clandestina de CC OO y dio a conocer fuera de Espa?a la represi¨®n de la dictadura franquista
Despu¨¦s de una larga y penosa enfermedad asumimos, con gran tristeza, el fallecimiento este viernes de Jaime Sartorius (San Sebasti¨¢n, 83 a?os), el primo Jaime. No es ocasi¨®n de recordar toda una vida, de alguna manera compartida desde la infancia. Pero s¨ª rememorar que ya desde muy joven, como estudiante de derecho, Jaime milit¨® en el antifranquismo, primero en el Frente de Liberaci¨®n Popular (FLP, conocido como ¡°El Felipe¡±) y luego en el PCE y en Izquierda Unida, en las que siempre destac¨® por su entrega y coherencia.
Desde su profesi¨®n de abogado, que ejerci¨® durante toda su vida, realiz¨® una tarea fundamental en la lucha por la libertad y la democracia. Jaime se hizo un experto letrado, dedicado en cuerpo y alma a la defensa de los trabajadores, en el despacho ligado a las todav¨ªa ilegales Comisiones Obreras en Getafe y en las m¨²ltiples causas ante el Tribunal de Orden P¨²blico, ante el que fue uno de los m¨¢s asiduos defensores de resistentes.
Sin embargo, adem¨¢s de su tarea como abogado, Jaime Sartorius fue una pieza esencial en el apoyo a la dif¨ªcil lucha de entonces, tanto del PCE como de CC OO. Su despacho siempre fue centro neur¨¢lgico de contactos y reuniones. As¨ª, cuando la detenci¨®n en 1972 de la direcci¨®n nacional del sindicato y el subsiguiente proceso llamado del 1001, fue el encargado de la coordinaci¨®n de las defensas, adem¨¢s de hacer de enlace entre los procesados y la direcci¨®n clandestina. Su labor fue incansable, tanto en Espa?a como en el extranjero, incluyendo EE UU, con el fin de dar a conocer la represi¨®n de la dictadura y tambi¨¦n en el apoyo a las familias de los presos. Su compromiso fue intenso hasta el punto de que estuvo dispuesto a servir de enlace y ayudar en un plan de fuga de los presos del 1001 que, por diversas circunstancias, no lleg¨® a realizarse.
Ya en la legalidad, sigui¨® colaborando y batallando para el ¨¦xito de la conquista de la democracia. Recuerdo que la reuni¨®n que mantuvimos una delegaci¨®n de la direcci¨®n de CC OO ¡ªtodav¨ªa ilegales¡ª con el representante del presidente Adolfo Su¨¢rez y el ministro de Relaciones Sindicales, Enrique de la Mata, para tratar de la legalizaci¨®n del sindicato la celebramos en el despacho del primo Jaime que, por esos azares de la dial¨¦ctica, estaba ubicado en un garaje reformado de un chalet del Viso, cuya calle lleva por nombre Madre del Carmen del Ni?o Jes¨²s, que quiz¨¢ nos ampar¨® en aquel trance.
En aquellos a?os de la Transici¨®n, Jaime particip¨® en acontecimientos de gran relieve, dentro de su conocida discreci¨®n. Aparte de ser miembro destacado de la organizaci¨®n de abogados del PCE, fue protagonista en las negociaciones que condujeron a la Ley de Amnist¨ªa y actu¨® de asesor en los Pactos de la Moncloa. Lleg¨® a ser miembro del Comit¨¦ Central del PCE y siempre se mantuvo, hasta el final de sus d¨ªas, coherente con sus ideas y convicciones, dentro de las l¨®gicas transformaciones de los tiempos, as¨ª como con el sentido de su vida p¨²blica.
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